Deflagraciones y detonaciones
La desaparici¨®n de ETA ha relajado las alarmas sobre el l¨¦xico terrorista y la precisi¨®n al usar las palabras sobre la violencia
El Partido Popular mueve todo lo que puede para que ETA no desaparezca de la actualidad. Sin embargo, hace ya 12 a?os que los periodistas dejamos de hablar de cartuchos 9 mil¨ªmetros parabellum, de calibres o de subfusiles, de pistolas Geka, de armas recortadas, de Goma 2, de zulos y de secuestros. Esas palabras se han evaporado del l¨¦xico informativo porque la banda asesina se disolvi¨® en 2018 y su ¨²ltimo crimen data de marzo de 2010.
Una de las consecuencias de la extinci¨®n de ETA se aprecia en que algunos periodistas llegados al oficio cuando los terroristas ya hab¨ªan desaparecido de la sinraz¨®n cotidiana no dominan ciertos t¨¦rminos que manejaba con rigor la generaci¨®n anterior. Y los usan sin precisi¨®n cuando deben acudir a ellos ahora, bien sea para informar de un accidente dom¨¦stico, de un atentado ocurrido en el extranjero o por alguna noticia sobre la agresi¨®n rusa en Ucrania.
Por ejemplo, a menudo se oye y se escribe que se ha producido una ¡°deflagraci¨®n¡± cuando ocurre un estallido. Sin embargo, se trata de fen¨®menos muy distintos. La deflagraci¨®n se da cuando una sustancia arde s¨²bitamente, con llama pero sin explosi¨®n; no cuando revienta una bomba y se lleva consigo vidas y hogares.
¡°Deflagar¡± y ¡°deflagraci¨®n¡± proceden del lat¨ªn deflagare, ¡°consumirse por el fuego¡±, ¡°quemarse por entero¡±. Y este verbo se forma a su vez a partir de flagare, ¡°arder¡± y ¡°ser ardiente¡±. De ah¨ª sali¨® tambi¨¦n ¡°flagrante¡±; es decir, ¡°ardiente¡± o, en sentido figurado, ¡°resplandeciente¡±, ¡°que brilla¡± y por tanto que salta a la vista con facilidad; y por eso naci¨® la expresi¨®n latina in flagranti (transformada luego en espa?ol como in fraganti). La explosi¨®n, como se ve con flagrancia en toda la serie, no aparece por ning¨²n lado.
Tambi¨¦n en el mundo de los atentados, se interpreta en los diarios ¡°detonar¡± como sin¨®nimo de ¡°explotar¡± o ¡°estallar¡±. Pero ese verbo significa en este contexto ¡°iniciar una explosi¨®n o estallido¡±; es decir, provocarlos de manera intencionada. Por ejemplo, la polic¨ªa detona preventivamente una bomba (la hace estallar) una vez que ha reducido sus efectos y ha desalojado la zona; y a menudo la activa mediante un robot articulado. La detonaci¨®n equivale por tanto en la pr¨¢ctica a una explosi¨®n controlada.
Todo eso lo manejaba con soltura la generaci¨®n que trabaj¨® en los diarios durante los a?os de ETA.
M¨¢s preocupante parece el uso indebido del verbo ¡°ejecutar¡± y del sustantivo ¡°ejecuci¨®n¡± en casos de muertes causadas por terroristas. El l¨¦xico period¨ªstico de a?os atr¨¢s proscrib¨ªa esos t¨¦rminos ante tales hechos, por m¨¢s que la organizaci¨®n los incluyera en sus abyectos comunicados (lo cual consegu¨ªa colar de vez en cuando alg¨²n error en los diarios).
La ¡°ejecuci¨®n¡± de un reo ocurre tras un juicio con las garant¨ªas de un pa¨ªs democr¨¢tico (lamentablemente, algunos hay que mantienen la pena de muerte, como EE UU). Pero en el caso de las acciones terroristas, ¡°ejecutar¡± desplaza sin duda a ¡°asesinar¡±, un verbo que condena la acci¨®n que nombra.
La violencia de ETA nos puso en alerta ante esas y otras expresiones de su l¨¦xico tramposo, como ¡°impuesto revolucionario¡± (extorsi¨®n), ¡°lucha armada¡± (asesinatos) o ¡°refugiados vascos¡± (fugitivos). Su extinci¨®n ha relajado las alarmas y se va perdiendo el conocimiento de aquel vocabulario. La parte buena de eso es que ETA ya no existe, que su independentismo se defiende ahora con la palabra en el Parlamento, como reclam¨¢bamos entonces, y que por tanto no hace falta desactivar a Bildu como si fuera un explosivo.
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