?Y si en vez de un gato, fuera un beb¨¦ el protagonista de la paradoja de Schr?dinger?
Tomando como ejemplo el fen¨®meno conocido como superposici¨®n cu¨¢ntica, Chuck Palahniuk construye un relato en su ¨²ltimo libro
Chuck Palahniuk, el autor de El club de la lucha, acaba de publicar su ¨²ltimo trabajo en castellano. Se trata de un manual dirigido a la gente que pretende dedicarse al oficio m¨¢s antiguo del mundo, es decir, el de contar historias. Se titula Plant¨¦ate esto (Random House).
Cap¨ªtulo a cap¨ªtulo, Palahniuk va construyendo una gu¨ªa para desarrollar un relato a partir de su experiencia personal. Es un trabajo sincero y muy propio para instruir a todas aquellas personas que nos dedicamos a esto. En uno de los cap¨ªtulos, cuenta c¨®mo sus perros empezaban a llorar cada vez que sacaba su maleta del armario para irse de gira promocional. Esto lo llev¨® a plantearse un cuento en el cual un gato se colaba en la maleta de alguien que sal¨ªa de viaje.
De esta manera, Palahniuk pone los cimientos para traer hasta la ficci¨®n la conocida paradoja de Schr?dinger, un experimento mental que toma el nombre del f¨ªsico y fil¨®sofo austriaco que lo expres¨®, construyendo una figura arquet¨ªpica cuya imagen forma parte del inconsciente colectivo. Para no complicarnos mucho, vamos a contar de manera sencilla en qu¨¦ consiste la citada paradoja de Schr?dinger.
Porque Erwin Schr?dinger utiliz¨® un gato para explicar lo inexplicable a ojos vista, tomando como ejemplo la dimensi¨®n macrosc¨®pica del citado gato. De esta manera, demostr¨® que una part¨ªcula elemental puede existir en varios estados a la vez, al igual que un gato dentro de una caja en la que se ha habilitado un dispositivo que consiste en una peque?a ampolla de vidrio cargada de un veneno mortal. Sujeto sobre la ampolla hay un martillo que, si cae sobre ¨¦sta, la romper¨¢, dejando salir el veneno. Con ello, el gato morir¨ªa. Para que esto ocurra, para que el dispositivo se accione, tiene que aparecer una part¨ªcula alfa, pues el martillo est¨¢ conectado a un detector de estas part¨ªculas.
Pero puede suceder que la part¨ªcula alfa no aparezca. En este caso, el gato continuar¨¢ vivo. Para saber si el gato est¨¢ vivo o est¨¢ muerto, s¨®lo hay que abrir la caja. Mientras tanto, mientras no se abra la caja, el gato est¨¢ vivo y muerto a la vez. Esta situaci¨®n parad¨®jica sirve como ejemplo de un fen¨®meno conocido como superposici¨®n cu¨¢ntica del que Chuck Palahniuk se sirve para llevarnos de viaje con el protagonista de su relato, un hombre que toma un vuelo nocturno a Europa y que, cuando aterriza, se encuentra un mensaje de voz en el tel¨¦fono. Es su mujer, dici¨¦ndole que el gato ha desaparecido. Cuando llega al hotel no quiere abrir la maleta, pues no sabe si el gato est¨¢ vivo o est¨¢ muerto.
A partir de aqu¨ª, Palahniuk comienza a superponer tramas, desarrollos que conducen al final del relato, siguiendo las directrices cu¨¢nticas que llevan a plantearse condicionales que van desde el hombre acariciando la maleta cerrada, compungido y ba?ado en l¨¢grimas, hasta el hombre abriendo la maleta y encontr¨¢ndose con el gato muerto por asfixia, llamando de inmediato a su mujer para decirle que... el gato no est¨¢ ah¨ª.
Pero tambi¨¦n puede pasar que el gato no sea un gato, y que sea un beb¨¦. M¨¢s inquietante todav¨ªa, ?verdad?
Con ello Palahniuk nos viene a decir que si podemos identificar el arquetipo que domina nuestro relato, se satisfacen ¡°las expectativas inconscientes¡± de las personas que lo vayan a leer. La f¨¢bula puede llegar a ser tan poderosa que una imagen ficticia, convertida en arquetipo universal, pase a convertirse en una imagen real, como lo es la imagen del gato dentro de la caja que contiene un dispositivo mortal que, a su vez, es hipot¨¦tico, es decir, que ni es verdadero ni es falso.
La sombra del fuego
Chuck Palahniuk publicó la novela El club de la lucha en contra de sus expectativas, es decir, que se la envió al editor como el que manda un artículo de broma, para reírse de él y, sobre todo, para reírse de sí mismo. El humor ha sido y es la constante de toda su obra, de eso no hay duda.
Sin ir más lejos, en una de sus novelas, una actriz porno intenta batir el récord de sexo en grupo con 600 hombres. Todo un reto para ella y para Chuck Palahniuk, que consigue articular el argumento a partir de los diálogos entre los participantes. Por si fuera poco, en otro de sus relatos sale un joven que, en busca de placer anal, se sienta sobre el desagüe de una piscina que succionará su colon, consiguiendo un colorido léxico tan salvaje y primario que bien podemos asegurar que Chuck Palahniuk compone su texto inspirado en la violencia de la música punk. Su obra tiene una distinción primitiva que alcanza esas regiones de sombra que mantenemos ocultas hasta que algo, o alguien, las descubre. Y Chuck Palahniuk elabora el fuego del relato desde ese territorio escondido. Con su lectura, nos ayuda a superar el umbral de nuestros complejos más íntimos. En su libro recién publicado, Plantéate esto, el escritor nos muestra su juego, desde que un buen día llegó a la casa de Tom Spanbauer dispuesto a descubrir dónde se esconde el tesoro, hasta darse cuenta de que lo mejor que le puede pasar a un relato es que no debe dar la sensación de que lo ha escrito un escritor. Con estas cosas, y contra todo pronóstico, Chuck Palahniuk se convertirá en uno de los grandes autores contemporáneos.
El jabón del club de la lucha, al igual que los desagües de las piscinas, son elementos que ya forman parte del imaginario colectivo. Su manera de contar ha conseguido colarse por una de las grietas del sistema, como en su día se colaron Hemingway, Mailer, Faulkner y Steinbeck, pero con más descaro.
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