Ernesto Castro, fil¨®sofo: ¡°La gente que m¨¢s libre se siente es quiz¨¢ la m¨¢s esclava de sus deseos y apetitos¡±
El joven pensador madrile?o, que tiene 143.000 seguidores en YouTube, dedica su ¨²ltima novela a las distintas formas de libertad
El fil¨®sofo Ernesto Castro (33 a?os), profesor de Est¨¦tica en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, mezcla en su pensamiento el rigor y los aprendizajes de la cultura popular. Gran comunicador y divulgador (tiene un canal en YouTube con 143.000 seguidores y alrededor de 200 miembros, seg¨²n Castro, que pagan 4,99 euros al mes), ha publicado seis libros en los ¨²ltimos tres a?os. En el ¨²ltimo, ...
El fil¨®sofo Ernesto Castro (33 a?os), profesor de Est¨¦tica en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, mezcla en su pensamiento el rigor y los aprendizajes de la cultura popular. Gran comunicador y divulgador (tiene un canal en YouTube con 143.000 seguidores y alrededor de 200 miembros, seg¨²n Castro, que pagan 4,99 euros al mes), ha publicado seis libros en los ¨²ltimos tres a?os. En el ¨²ltimo, Perictione o de la libertad (Temas de Hoy), trata los diferentes conceptos de la libertad en el contexto del Mayo del 68 parisiense: la libertad positiva (disponer de las condiciones materiales para actuar), la libertad negativa (hacer lo que te d¨¦ la gana), la libertad pol¨ªtica o la libertad ¡°c¨®smica¡±. El libro forma parte de su trilog¨ªa plat¨®nica, que versiona tres di¨¢logos del sabio griego (Fed¨®n, Fedro y Banquete), y de la que ya tiene publicado Jantipa o del morir, sobre la muerte. En ?El gran Pan ha muerto! (La Caja Books), otro de sus lanzamientos recientes, recopila ensayos de tem¨¢ticas variadas, porque Castro es un pensador de amplio espectro.
Pregunta. ?Qu¨¦ le parece la forma en la que se usa el concepto de libertad en el lenguaje pol¨ªtico?
Respuesta. Se utiliza de forma lib¨¦rrima, casi libertina. Es una categor¨ªa flotante, un significante vac¨ªo que, dependiendo de quien lo enarbole, significa una cosa diferente: libertad pol¨ªtica, o econ¨®mica, o colectiva, o individual¡ Es inevitable que todo el mundo esgrima la libertad.
P. Con la libertad es todo muy complejo.
R. Es curioso, probablemente la gente que m¨¢s libre se siente sea la m¨¢s esclava de sus deseos y apetitos. Lo que pasa es que hay quien est¨¢ en una condici¨®n social que nunca le ha impedido satisfacer esos apetitos. Por otro lado, un esclavo que nunca haya so?ado la libertad puede sentirse muy libre subjetivamente. La libertad se manifiesta negativamente cuando la deseas y la buscas. Cuando la tienes, y, por ejemplo, puedes votar cada cuatro a?os, te parece una banalidad. Pero hay gente que ha muerto por eso y en algunos pa¨ªses todav¨ªa luchan por tener elecciones.
P. ?No resulta insultante esa utilizaci¨®n demag¨®gica en pol¨ªtica?
R. S¨ª, pero, como suele decirse: quien quiera enga?ar y mentir encontrar¨¢ mucha gente que quiera ser enga?ada y mentida. Y quiz¨¢s los enga?ados son m¨¢s listos de lo que pensamos y entienden que esos conceptos abstractos luego se concretan en realidades que les favorecen.
P. En su libro habla tambi¨¦n del comunismo. ¡°Comunismo o libertad¡± fue uno de esos lemas utilizados por Isabel D¨ªaz Ayuso. ?Por qu¨¦ el fantasma del comunismo sigue utiliz¨¢ndose para atemorizar?
R. Vivimos en una sociedad muy acelerada en t¨¦rminos tecnol¨®gicos, donde el ¨²nico elemento fijo es el calendario y sus efem¨¦rides. Nuestras efem¨¦rides son el 8-M, el 12 de octubre, la muerte o nacimiento de tal figura. En torno a eso se repiten debates fantasmag¨®ricos sobre si el Imperio espa?ol era depredador o generador, sobre qu¨¦ pas¨® en la Guerra Civil o sobre si se desentierran dictadores. El debate, m¨¢s que tratar sobre un futuro que se presenta dist¨®pico o incontrolable, trata sobre c¨®mo lidiar con la herencia recibida. Y con qui¨¦n somos. La visi¨®n identitaria de la pol¨ªtica nos lleva a esos ajustes de cuentas con el pasado.
P. ?Qu¨¦ es el comunismo hoy en d¨ªa?
R. Otra palabra fetiche; menos apreciada que la libertad, claro. Ya es un -ismo, no un valor que todo el mundo busca, como la igualdad. De la misma forma que la libertad para algunos se corrompe al convertirse en liberalismo; la comunidad, para otros, se vuelve deplorable en el comunismo. Pero por comunismo se han entendido un mont¨®n de cosas durante la historia. Supongo que hay gente que quiere rehabilitar la categor¨ªa, porque las categor¨ªas van cambiando. El liberalismo de hoy es casi lo opuesto al de las Cortes de C¨¢diz.
P. ?La filosof¨ªa, cuya ense?anza siempre est¨¢ en controversia, puede ayudar a la ciudadan¨ªa a orientarse en este bosque de palabras?
R. S¨ª, y ayuda a no creerte mucho la pel¨ªcula. Lo fundamental de la filosof¨ªa es darte cuenta de que sabemos muy poco y nos lo creemos todo.
P. ?Con cu¨¢l de sus personajes se identifica?
R. Yo no estoy de acuerdo con el anticomunismo de Perictione, ni con el racismo de su madre, ni con el socialismo ut¨®pico del hermano, ni con la visi¨®n pacata de la amiga, pero son posibilidades te¨®ricas que he llegado a desarrollar hasta el punto en el que ya no me las cre¨ªa, al borde de la verosimilitud.
P. Algo interesante de los di¨¢logos plat¨®nicos es que se discuten ideas sin ese ¨ªmpetu por imponer la propia opini¨®n que se ve en las discusiones actuales, ya sea la pol¨ªtica, la televisi¨®n o las redes.
R. Bueno, el problema de esa especie de especulaci¨®n monologada que se ve en el Banquete es que lleva al solipsismo y a la locura. Cada uno cuenta su pel¨ªcula, pero el lector puede quedar en ascuas. El lector siempre tiene que ganar algo, haber aprendido algo.
P. Entiendo que S¨®crates es siempre el que parte la pana¡
R. Claro, pero en algunos di¨¢logos, como la Rep¨²blica, s¨ª que se percibe un conflicto mucho m¨¢s intenso con ciertos personajes que quieren doblarle el brazo al fil¨®sofo. Se cabrean much¨ªsimo y est¨¢n a punto de pegarle.
P. Eso se parece m¨¢s a la actualidad.
R. Por muy fan¨¢tico que sea el debate, por muy aturullada que sea la conversaci¨®n, siempre se puede extraer una moraleja. La filosof¨ªa, en el fondo, no es un conjunto de contenidos, tampoco de temas, ni siquiera de aptitudes, es la forma de ver el mundo. De un debate parlamentario tambi¨¦n se puede sacar filosof¨ªa, si lo miras desde una cierta iron¨ªa.
Las categor¨ªas van cambiando a trav¨¦s de la historia. El liberalismo de hoy es casi lo opuesto al de las Cortes de C¨¢diz¡±
P. En la caverna de Plat¨®n hab¨ªa quien estaba atado en la oscuridad de la caverna y quien sal¨ªa a ver el sol. ?Qu¨¦ le parece el uso y reproche pol¨ªtico del t¨¦rmino woke (despierto en ingl¨¦s)?
R. Durante algunos a?os el t¨¦rmino woke fue utilizado de manera no ir¨®nica por los propios izquierdistas. Luego se volvi¨® en contra de ellos y ahora est¨¢n renegando. Ahora hay quien lo usa a modo de burla. Fantasear con que uno est¨¢ despierto ya es mucho fantasear. Plat¨®n hablaba de la caverna y en el propio 15-M hubo el lema ¡°dorm¨ªamos, despertamos¡±.
P. Usted estuvo mucho por all¨ª.
R. Mi libro Memorias y libelos del 15M (Arpa), por cierto, estaba dedicado a ¡°las dormidas y las despiertas¡±. En ese libro est¨¢ el sustrato personal o biogr¨¢fico gracias al que he podido recrear Mayo del 68 en este. Cuando pienso en cargas de polic¨ªa, asambleas¡ pienso en el 15-M. As¨ª le puedo dar verosimilitud. Ah¨ª ya juego con el contraste entre lo que significa estar ¡°despierto¡± en el 15-M y en la actualidad.
P. ?Cu¨¢l es el contraste?
R. El contraste es salvaje. En el 15-M se arranc¨® un cartel que dec¨ªa ¡°la revoluci¨®n ser¨¢ feminista o no ser¨¢¡±: se consideraba poco inclusivo. A?os despu¨¦s es la herencia del 15-M la que tiene que pedir permiso para incorporarse al eje fuerte, que es el feminismo.
Los movimientos pol¨ªticos se vuelven fuertes cuando plantean un modo de vida que te da respuestas a modo de ¡®pack¡¯ ideol¨®gico¡±
P. ?C¨®mo podemos ver el Mayo del 68 desde ahora? Fall¨® en sus objetivos pol¨ªticos, pero introdujo las nociones de creatividad, rebeld¨ªa, relaj¨® la moral¡
R. Y no era su objetivo prioritario. Eran marxistas, mao¨ªstas, situacionistas¡ Persegu¨ªan la dictadura del proletariado, pero de otra manera: pensaban que en la Uni¨®n Sovi¨¦tica lo que hab¨ªa era una cronificaci¨®n burocr¨¢tica, una dictadura del partido¡ Eran estudiantes que fetichizaban la figura del obrero. Su ret¨®rica no era muy diferente a la de la Guerra Civil espa?ola. A partir de entonces, hay un estallido salvaje.
P. ?Por qu¨¦ fue importante?
R. Sobre todo por lo que se puso por escrito. Roland Barthes dijo que si la Revoluci¨®n Francesa fue la toma de la Bastilla, el 68 fue la toma de la palabra. Hubo una explosi¨®n ling¨¹¨ªstica en la que un mont¨®n de cosas que se hac¨ªan, pero no se dec¨ªan, empezaban a decirse.
P. El lenguaje es ahora central en la pol¨ªtica.
R. Muchas de las peleas de ahora son peleas sem¨¢nticas. Quiz¨¢s esa sea la herencia m¨¢s fuerte del 68. Hay gente que lo critica porque nos liber¨® mucho. Otros lo elogian precisamente por eso, y dicen que el feminismo, el ecologismo y lo pol¨ªticamente correcto nos vuelve a censurar. No se dan cuenta de que la misma censura, los mismos estudiantes fanatizados, los mismos escraches, y m¨¢s exaltado que ahora, los hubo entonces.
Muchas de las peleas de ahora son peleas sem¨¢nticas. Quiz¨¢s esa sea la herencia m¨¢s fuerte del 68¡å
P. ¡°Todas las luchas son iguales¡±, se dice en alg¨²n momento de su libro. ?Qu¨¦ opina del dilema entre la izquierda cl¨¢sica y posmoderna, o material y posmaterial?
R. Soy de los que piensan que en pol¨ªtica puede uno abarcar mucho y al mismo tiempo apretar mucho. Quienes abarcan poco, tambi¨¦n aprietan poco. Los movimientos pol¨ªticos se vuelven fuertes cuando plantean un modo de vida que da respuestas, a modo de pack ideol¨®gico, a todos los asuntos de la vida. Uno de los defectos de lo liberal, antes de la batalla cultural, es que ten¨ªa una doctrina muy s¨®lida en lo econ¨®mico, pero no dec¨ªa nada de los otros aspectos. ?Cu¨¢l es la novela liberal? ?Cu¨¢l es la m¨²sica liberal? En cambio, la izquierda siempre ha tenido su arte, su literatura, que ha sido hegem¨®nica. Un programa vital total.
P. ?A qui¨¦n beneficia esa batalla cultural?
R. Lo que ha visto el liberalismo en su conversi¨®n a la derecha alternativa es que en cuantos m¨¢s berenjenales se mete, m¨¢s fuerte es. La diversificaci¨®n de los proyectos pol¨ªticos ha sido vista por algunos como una trampa. Yo pienso que cuantas m¨¢s pol¨¦micas, m¨¢s debates, m¨¢s minucias del d¨ªa a d¨ªa, mejor. La nueva derecha relaciona todo, y sus seguidores saben qu¨¦ pensar respecto al nacionalismo catal¨¢n, el feminismo o el cambio clim¨¢tico, y todo lo han convertido en una cosa identitaria. Cuando no lo es: si sube la temperatura planetaria dos grados, pues todo a la mierda.
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.