Jes¨²s Leal, soci¨®logo: ¡°La ¨²nica salida a la crisis de vivienda es invertir mucho en vivienda social¡±
El impuesto a las casas vac¨ªas en las grandes capitales no ser¨ªa rentable, calcula este catedr¨¢tico experto en desigualdad urbana. ¡°Las ciudades con poca mezcla social se vuelven m¨¢s ingobernables¡±, defiende
Jes¨²s Leal (Cartagena, 79 a?os) vive en el l¨ªmite de la ciudad de Madrid. Cuando sube hasta el campo de golf colindante, se asoma a 60 kil¨®metros de bosque, sobre todo de encinas, hacia el norte. Cuando se gira al sur: 40 kil¨®metros de ladrillo y asfalto. El campo le gusta para respirar, a la ciudad ha dedicado su vida de soci¨®logo: catedr¨¢tico de la Universidad Complutense de Madrid, investigador y profesor invitado en Par¨ªs y Berkeley (California, Estados Unidos), ha colaborado con diversas administraciones, del ayuntamiento del Madrid de Juan Barranco al Gobierno auton¨®mico del Partido Popular, siempre pregunt¨¢ndose si lo que construye el presente servir¨¢ a los ciudadanos del futuro. Autor de La dimensi¨®n de la ciudad (CIS), La pol¨ªtica de vivienda en Espa?a (editorial Pablo Iglesias) y Housing and Welfare in Southern Europe (Blackwell), fue redactor del pionero Libro Blanco de la Vivienda en Espa?a. La calidad de la democracia, dice, afecta a la segregaci¨®n urbana. Y viceversa. La ley de vivienda en tr¨¢mite le parece una promesa ineludible.
PREGUNTA.?En 2020, sosten¨ªa usted que lo que define la pol¨ªtica de la vivienda en Espa?a desde hace 60 a?os ¡ªde la dictadura a la democracia, y de la hegemon¨ªa del PSOE a las mayor¨ªas absolutas del PP¡ª es ¡°la continuidad¡±.
RESPUESTA.?S¨ª, es cierto. En pol¨ªtica de vivienda no hubo transici¨®n. No existi¨® la Transici¨®n. La figura de alguna manera clave, la vivienda de protecci¨®n oficial, sigui¨® siendo la misma.
P.?La dificultad de acceso a la vivienda tambi¨¦n se mantiene. ?Cu¨¢les dir¨ªa usted que son sus causas?
R.?La producci¨®n de vivienda es muy costosa. Y adem¨¢s tiene un problema: la mayor parte de los promotores construyen a cr¨¦dito. De alguna forma, la rentabilidad de la producci¨®n viene dada en parte por la existencia de cierta escasez. Y en Espa?a eso ha agudizado ese proceso.
P.?Pero ?no es Espa?a uno de los pa¨ªses con m¨¢s vivienda vac¨ªa?
R. Eso es una falacia. Vamos a ver: ?d¨®nde est¨¢n esas viviendas vac¨ªas? Te aseguro que en Madrid y Barcelona, no. Yo hice una encuesta a partir de los datos de Madrid sobre las viviendas vac¨ªas y result¨® que, de las supuestamente vac¨ªas, un tercio era un error censal; otro tercio estaban en venta, vac¨ªas, efectivamente, pero para que funcione el mercado tiene que haber un periodo en el que est¨¦ vac¨ªa; y el otro, ten¨ªa detr¨¢s una casu¨ªstica judicial, sobre todo de herencias. [...] Aunque es cierto que a veces los fondos o el Sareb han retenido sus viviendas.
P.?Es m¨¢s bien un problema de escasez de vivienda en las ciudades.
R.?Hay un problema brutal de escasez de vivienda en Madrid. Y en las otras grandes ciudades como Barcelona, exactamente igual. Yo siempre he dicho que el coste de encontrar esas viviendas vac¨ªas y de ponerles un impuesto no sale rentable. Esa medida, tan espectacular, en las ciudades grandes est¨¢ condenada al fracaso.
P.??Qu¨¦ espera de la ley de vivienda que el Gobierno quiere aprobar?
R.?El borrador va un poco en todas direcciones. Toca las viviendas vac¨ªas. Toca o intenta tocar el l¨ªmite al alquiler y toca lo que yo creo que es la ¨²nica salida que tenemos a la crisis de vivienda, que es una inversi¨®n p¨²blica muy fuerte de vivienda social. Desde mi punto de vista, hab¨ªa que centrarse m¨¢s en el palo fundamental que es la producci¨®n de un parque de viviendas sociales. Es decir, de viviendas cuyo alquiler sea independiente del mercado y se adecue de alguna manera a las posibilidades de los inquilinos. Aqu¨ª se llama vivienda p¨²blica. Pero no tiene que ser completamente p¨²blica ni tiene que ser p¨²blica la gesti¨®n. Es m¨¢s, yo recomendar¨ªa una p¨²blico-privada.
P.?Madrid y Barcelona son ya lo que Saskia Sassen llam¨® ¡°ciudades globales¡±. ?El precio de la vivienda tiene que ver con eso?
R.?Claro, con eso lo que est¨¢ habiendo es un posicionamiento creciente de los fondos de inversi¨®n en el inmobiliario. Porque ven que es m¨¢s seguro, por una parte, y por otra parte, a veces es incluso m¨¢s rentable que la inversi¨®n en los fondos mobiliarios.
P.??Y qu¨¦ pasa con la estructura social de esas urbes que atraen a capitales y formas de trabajo desterritorializadas¡?
R. Ha habido un grupo de arriba que se ha enriquecido brutalmente, en todos los pa¨ªses. Luego, unas clases profesionales que se han estancado. Y una clase trabajadora en la que ha aparecido un nuevo sector que tiene que ver con los servicios personales, que es el nuevo proletariado. Pero ya no es un proletariado sindicado. En EE UU, ni siquiera se les permite, los echan. Aqu¨ª pueden, pero con trabajos tan precarios, inmigrantes muchos de ellos, no tienen estructuras¡
P.?Madrid y Barcelona, dec¨ªa en un art¨ªculo en la Revista Espa?ola de Investigaciones Sociol¨®gicas de 2019, se han polarizado y tienen menos mezcla social. ?Es importante esa mezcla?
R.?Es b¨¢sica. Es decir, en la medida en que la sociedad est¨¦ m¨¢s polarizada, yo creo que va a ser m¨¢s ingobernable, porque lo que tienes son grupos sociales que no se encuentran, y en cualquier momento uno de ellos se rebela, saliendo a la calle, rompiendo y haciendo todas las historias que hemos visto en Francia, por ejemplo, con los chalecos amarillos. Lo curioso aqu¨ª es que como en este pa¨ªs no ha habido vivienda social y todo se da al mercado, tienes dos mercados, por ejemplo en Madrid: el del sur y el del norte, con precios distintos, calidades distintas, estructuras distintas, servicios distintos. Y eso contribuye a crear un proceso de malestar y de polarizaci¨®n.
P.?La ciudad es el lugar de la pol¨ªtica. ?La segregaci¨®n urbana puede provocar exclusi¨®n pol¨ªtica?
R.?S¨ª. David Harvey [antrop¨®logo y ge¨®grafo brit¨¢nico], cuando habla de los procesos urbanos, dice: ¡°La ciudad genera desigualdad¡±. No solo desigualdad econ¨®mica, tambi¨¦n desigualdad pol¨ªtica. Porque si yo tengo mucho capital, voy a tener tiempo y energ¨ªa para luchar por mis intereses. Si vivo de alquiler, ?qu¨¦ inter¨¦s defiendo? ?Qu¨¦ ciudad? Mi capacidad y mi fuerza interior para presionar es menor. Cuando tengo un negocio y trabajo por ¨¦l, tengo una capacidad de influencia pol¨ªtica, incluso en los grupos de izquierda, mayor que el que vive al d¨ªa. Esa es la historia. Y eso se da en la ciudad y se da por zonas. Las zonas con m¨¢s abstenci¨®n son las de renta m¨¢s baja.
P.??El decrecimiento llegar¨¢ a las ciudades o encontrar¨¢n al menos un punto de equilibrio sostenible?
R.?Cuando estuve la primera vez en Berkeley, a comienzos de los noventa, pensamos que el desarrollo de la inform¨¢tica iba a traer consigo una dispersi¨®n enorme de la poblaci¨®n porque la gente pod¨ªa trabajar fuera de la ciudad. Pero esto no ha sucedido. Aqu¨ª, de hecho, la gente ha aireado mucho esto de la deslocalizaci¨®n, pero lo vamos a ver estad¨ªsticamente con el pr¨®ximo an¨¢lisis con los datos del reparto de la poblaci¨®n. Los que se han ido a trabajar al campo son una minor¨ªa. Las ciudades siguen atrayendo brutalmente, aqu¨ª es donde se est¨¢n creando los empleos con m¨¢s futuro.
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