Israel y la normalizaci¨®n de la barbarie
El Gobierno de Netanyahu afronta en su pa¨ªs una crisis interna que intenta ocultar, pero que aterroriza a muchos de sus propios habitantes
El Comit¨¦ de Seguridad de Naciones Unidas, con la inesperada abstenci¨®n de Estados Unidos, aprob¨® esta semana requerir a Israel la inmediata apertura en Gaza de corredores humanitarios por donde entre ayuda para los beb¨¦s sacados de las incubadoras, las decenas de miles de heridos desprovistos hasta de calmantes y los ni?os sin agua limpia ni alimentos. ?Por qu¨¦ el gobierno de Israel se niega a la menor muestra de humanidad, cuando hasta su mejor aliado comprende que es insostenible mantener la operaci¨®n de castigo sobre la organizaci¨®n terrorista Ham¨¢s, extendida a toda la poblaci¨®n civil palestina, sin el menor alivio? Quiz¨¢s porque Israel no tiene estrategia pol¨ªtica, solo fuerza militar, una circunstancia que la hace caminar ciega.
Israel, con un gobierno de extrema derecha al frente, afronta una crisis interna que intenta ocultar, pero que aterroriza a muchos de sus propios habitantes. La ¨²nica alternativa que propone es integrar todos los territorios ocupados por la fuerza, lo que le llevar¨ªa, o bien a expulsar a todos sus habitantes palestinos, algo inaceptable para los pa¨ªses lim¨ªtrofes, o a imponer un r¨¦gimen de estricto apartheid a las poblaciones de Gaza y Cisjordania. Un r¨¦gimen insoportable para la comunidad internacional y para una parte de la propia poblaci¨®n israel¨ª. La otra opci¨®n, aceptar la creaci¨®n del Estado palestino, le sit¨²a ante la realidad que han ido creando sus ¨²ltimos gobiernos: 500.000 colonos-soldados armados hasta los dientes y dispuestos, quiz¨¢s, a provocar una guerra civil.
Los corredores humanitarios impuestos por EE?UU?no son un alto el fuego, pero quiz¨¢ no est¨¦ lejos. Tambi¨¦n por primera vez en la historia, 400 funcionarios de su Gobierno han dirigido una carta al presidente Biden, exigi¨¦ndole que busque la inmediata paralizaci¨®n de las operaciones militares. ?Por qu¨¦ esa extraordinaria acci¨®n? Quiz¨¢s porque la actitud israel¨ª est¨¢ empezando a perjudicar los intereses estadunidenses. Si el conflicto se extiende, EE?UU tendr¨¢ que proteger dos frentes, Ucrania e Israel, y enviar armamento a los dos, mientras mantiene su propia fortaleza militar. Y, por otro lado, el atentado terrorista de Ham¨¢s ha hecho a?icos los Acuerdos de Abraham, que mu?i¨® Trump, justo cuando se produc¨ªa otro hecho nuevo: Arabia Saud¨ª y su eterno enemigo, Ir¨¢n, se sentaban al lado del primer ministro chino, algo sin precedentes, como recuerda Javier Solana en su libro Testigo de un tiempo incierto.
Mientras, la impotencia ante tanto sufrimiento se acumula en las opiniones p¨²blicas. ¡°Todas las ma?anas me despierto, miro las redes y encuentro a alguien tratando de convencer al mundo de que matar inocentes a veces, para algunas personas, dadas algunas tragedias hist¨®ricas, est¨¢ bien. Y todas las ma?anas me pregunto por qu¨¦ es tan dif¨ªcil decir simplemente NO¡±. La escritora y polit¨®loga Lea Ypi expres¨® as¨ª hace pocos d¨ªas su terrible desaz¨®n por el intento de normalizar tanto el ataque terrorista cometido por Ham¨¢s el pasado 7 de octubre como lo que ha ocurrido y est¨¢ ocurriendo en Gaza (y Cisjordania) como si fuera la consecuencia l¨®gica de aquel atentado. Pero no lo es. La respuesta del Gobierno israel¨ª viola tantas reglas humanitarias que est¨¢ dejando anonadadas a las m¨¢s importantes Ongs del mundo. Lo dicen el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, Unicef, Save the Children, Oxfam, M¨¦dicos Sin Fronteras y el secretario general de la ONU. Seg¨²n un comunicado de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud: ¡°El reciente asalto al mayor hospital de Gaza y la destrucci¨®n que afecta a todos los hospitales de Gaza se ha vuelto insoportable y debe detenerse¡±.
El gobierno israel¨ª est¨¢ perdiendo, adem¨¢s, su guerra medi¨¢tica. Imposible atribuir credibilidad a sus portavoces porque su ej¨¦rcito impide la presencia de periodistas internacionales en el terreno. Si la raz¨®n que esgrime es que no puede garantizar su seguridad, esa es una decisi¨®n que corresponde a los propios periodistas y a sus medios. La obligaci¨®n militar no es garantizar la vida, sino ofrecer la mayor protecci¨®n posible. Adem¨¢s, los pocos periodistas locales que continuaron informando est¨¢n siendo asesinados uno a uno. Claro que tambi¨¦n han muerto m¨¢s de 100 empleados del Comit¨¦ de Naciones Unidas para Refugiados, maestros, trabajadores humanitarios con expedientes inmaculados, que no podr¨¢n dar testimonio de lo que ocurre. Pero es sabido que si los periodistas no pueden ver, tampoco pueden o¨ªr y los portavoces se vuelven mudos.
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