Noelia Ad¨¢nez: ¡°Las mujeres seguimos muy expuestas a que se nos trate de locas e hist¨¦ricas¡±

Noelia Ad¨¢nez no solo ha escrito un libro sobre la incomodidad del feminismo a partir de los legados de Doris Lessing y Kate Millett, sino que adem¨¢s se anima a trasladar sus reflexiones al presente. No hay complacencia en su literatura sino, por el contrario, una mirada cr¨ªtica y exigente tanto hacia el interior del movimiento como de la sociedad. La doctora en Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa nacida en Madrid en 1973 firma Parentesco animal (Galaxia Gutenberg), un repaso de los estigmas y contradicciones que pueden sacudir a las mujeres. Ad¨¢nez, que colabora con el proyecto de Teatro del barrio, ha escrito tambi¨¦n textos teatrales, imparte talleres y trabaja desde distintos ¨¢mbitos por recuperar la obra de escritoras olvidadas (Emilia Pardo Baz¨¢n, Gloria Fuertes). Recibe a Ideas en Madrid en la zona de Ferraz, epicentro de una revuelta reaccionaria que tambi¨¦n analiza.

PREGUNTA. ?Qu¨¦ es vivir una vida feminista?

RESPUESTA. Es sobre todo un desaf¨ªo. Tanto en los a?os sesenta o setenta, en los tiempos de Lessing o Millett, como ahora, es lidiar con contradicciones. Veo a muchas j¨®venes que se aproximan al feminismo en t¨¦rminos de epifan¨ªa y yo no he tenido esa vivencia. Soy hija de una madre feminista, a m¨ª me lleg¨® por otras v¨ªas y para m¨ª es una contradicci¨®n. El feminismo es contradicci¨®n, tensi¨®n, no es c¨®modo.

P. ?Contradicci¨®n interna o con el resto de la sociedad?

R. Ambas. Dentro del feminismo hay conflicto todo el rato. Lessing por ejemplo se pelea bastante con el feminismo. Millett busca m¨¢s la concordia, pero se pelea porque la acusan de ser lesbiana, ergo de no ser feminista. El conflicto nos acompa?a siempre, sobre todo en momentos de efervescencia. El feminismo adem¨¢s conflict¨²a con la sociedad, es una impugnaci¨®n del r¨¦gimen de privilegios, de uno de los varios que existen. So?amos con una unidad del feminismo que nunca ha existido ni existir¨¢.

P. Asegura que se ha fortalecido ¡°un feminismo burocr¨¢tico que hoy se revuelve en defensa de sus privilegios¡±. ?En qui¨¦n est¨¢ pensando?

R. Hay muchos feminismos y ha habido uno muy concreto que hoy ha adquirido cierto protagonismo. Hemos visto un feminismo desde el Ministerio de Igualdad con una orientaci¨®n debatible, que ha intentado hacer pol¨ªticas con una contundencia y un af¨¢n de transformaci¨®n que no s¨¦ si el BOE garantiza. La sociedad no se cambia por decreto. Se ha intentado con muy buena intenci¨®n, pero hurt¨¢ndonos debates necesarios. La ley del solo s¨ª es s¨ª necesitaba un debate sobre consentimiento que no hemos podido tener, tambi¨¦n por el acoso extraordinario que ha sufrido el ministerio. A m¨ª no me interesa qui¨¦n es feminista y qui¨¦n no o qui¨¦n lo patrimonializa. Me interesa el feminismo de base, los movimientos sociales.

¡°El feminismo es contradicci¨®n, tensi¨®n, no es c¨®modo¡±

P. ¡°La maternidad es un honor o una carga¡±, se debate en su libro. ?Lo hemos superado?

R. El debate sigue, quiz¨¢ sobre bases diferentes. Sigue habiendo mucho sufrimiento con relaci¨®n a la maternidad, hay una reivindicaci¨®n de las malas madres, las malas hijas. Sigue habiendo una gran presencia de dolor.

P. Y la patologizaci¨®n que sufr¨ªan las mujeres como Kate Millett. ?Qu¨¦ ha implicado para el feminismo?

R. Yo trato de contar c¨®mo el feminismo ha tenido un aliado en la terapia psicol¨®gica, las propias feministas la utilizaron y politizaron. Y al mismo tiempo se sigue se?alando a las mujeres como si determinados dolores, por ejemplo los que tienen que ver con la maternidad, fueran una enfermedad. Seguimos estando muy expuestas a que se nos trate de locas, hist¨¦ricas, lo vemos cada d¨ªa. Es una tensi¨®n m¨¢s que forma parte de estos conflictos.

P. ?Por qu¨¦ eligi¨® a estas dos mujeres?

R. Me permit¨ªa trabajar con dos estigmas: la mala madre [Lessing dej¨® a sus dos primeros hijos con su exmarido] y la loca [cita a Millett como neurodivergente]. Tambi¨¦n quer¨ªa descanonizar a dos referentes de la segunda ola como ellas. Y reflejar lo dif¨ªcil que es ser feminista, lo mucho que te peleas contigo misma y con la sociedad, que te da un mandato que no tiene que ver con la vida que quieres llevar. En el caso de Lessing, ¡°s¨¦ buena madre¡±. En el de Millett, ¡°s¨¦ feliz, s¨¦ ordenada, no seas boyera, s¨¦ feminista¡­¡±. Todos esos mandatos y la angustia que sienten cuando tratan de ser quienes son.

P. Narra una escena de 1991 en la que el actor Oliver Reed planta un beso en un programa de televisi¨®n a Millett y ella reacciona. Parece lejano, pero a la vez hay momentos actuales que nos ponen ah¨ª otra vez.

R. Claro. Ha habido avances, nuevos derechos. Pero lo que no vimos venir era este revival reaccionario y machista con ese nivel de agresividad. Yo rescato ah¨ª su reacci¨®n: la mezcla de vulnerabilidad tremenda, su angustia, la barbilla le tiembla, pero es capaz de exigir una respuesta que solo puede ser marcharse del plat¨®. Ese es el feminismo que reivindico: el de poder responder en tus propios t¨¦rminos. Cuando hablo de feminismo burocr¨¢tico me refiero a eso: a interiorizar las herramientas. La ley es una herramienta, pero no es la ¨²nica.

¡°?Qui¨¦n est¨¢ gobernando en Madrid? Milei ya gobierna en Madrid. No queremos verlo¡±

P. Ha ganado Milei. Trump puede volver. Vox est¨¢ crecido, aunque haya perdido esca?os. ?Esta reacci¨®n amenaza los avances feministas?

R. Se puede llevar por delante varios consensos. El peligro es tan grande que ya no lo advertimos. No estamos sabiendo leer el ciclo pol¨ªtico pand¨¦mico. La pandemia fue una conmoci¨®n y un colapso del orden existente. Las decisiones que se tomaron eran excepcionales, pero tienen consecuencias. Y hay liderazgos pol¨ªticos que no se entienden sin la pandemia, por ejemplo, el de Ayuso. Ella hab¨ªa perdido las anteriores elecciones y arras¨® convocando otras al grito de ¡°libertad¡±. No hay que ser muy listo para entender que es una l¨ªder construida sobre la pandemia, como Milei. Milei lo ley¨® muy bien, vio el momento y su lema es el mismo: libertad. Estamos en el ciclo pol¨ªtico pand¨¦mico. Tenemos por delante una d¨¦cada en la que estas tendencias evolucionar¨¢n, se asentar¨¢n o se combatir¨¢n. Cuando nos preguntamos si va a pasar, es que ya est¨¢ pasando, pero no nos queremos dar cuenta. ?Qui¨¦n est¨¢ gobernando en Madrid? Milei ya gobierna Madrid. No queremos verlo.

P. ?Lo pol¨ªticamente correcto y los avances del feminismo han acelerado esta oleada reaccionaria?

R. Quienes han se?alado eso han sido las derechas, lo han utilizado como palanca para dar lo que llaman la batalla cultural, pero es de una enorme perversi¨®n, la correcci¨®n pol¨ªtica no estaba cambiando el mundo. Han atribuido a la correcci¨®n y a la cultura de la cancelaci¨®n una importancia que no tienen. Hablar de marxismo cultural o de lo woke es de una tremenda inconcreci¨®n, pero les ha servido para plantear una reacci¨®n a la cultura de los derechos humanos.

P. Algunos hombres sienten que han perdido su espacio.

R. Tambi¨¦n est¨¢n viviendo su momento. Es como los que vienen a rezar a Ferraz, hay mucha gente que est¨¢ viviendo su momento, no les vas a sacar de ning¨²n equ¨ªvoco, no hay interlocuci¨®n posible, hay una fractura social muy grande. Quienes creemos en los derechos humanos tenemos que hablar para fortalecerlos y ver c¨®mo nos defendemos de la reacci¨®n, afianzarnos en nuestros espacios.

P. ?Seguimos en guerra de sexos?

R. Ahora hay mujeres muy pesadas con ese tema, con Rubiales he visto bastante de eso. Hay una culpabilizaci¨®n del hombre constante. A m¨ª no me gustan los se?alamientos, ni las prohibiciones, me gusta la transgresi¨®n. No hace falta estar en confrontaci¨®n permanente, desgasta y pierdes el foco. Ahora hay un gran ¨¦nfasis en la identidad sexual. Yo estoy muy preocupada por otros asuntos m¨¢s atravesados por la clase, como la feminizaci¨®n de la pobreza, y se est¨¢ desatendiendo.

P. ?Defiende la incomodidad como forma de vida?

R. No s¨¦ de qu¨¦ otra manera se puede vivir con un m¨ªnimo de conciencia. No me identifico con el confort, este feminismo de homil¨ªa que nos dice c¨®mo hay que interpretar lo que pasa alrededor. Mi feminismo ser¨ªa: vamos a hablarlo, yo te escucho y t¨² me escuchas, pero no creo en las interpretaciones un¨ªvocas y c¨®modas sobre qu¨¦ es violencia y qu¨¦ es denunciable.

P. ?El estigma es un revulsivo para ser feminista y avanzar?

R. Para Millett fue un revulsivo porque transform¨® el estigma de loca en activismo antipsiquiatr¨ªa. Lessing no lleg¨® a interiorizar el suyo. Yo no cargo con m¨¢s estigma que el de la clase social y no lo he superado nunca. Sigo teniendo un sentimiento de impostura por mi clase social y lo gestiono siendo consciente. Siempre me sale la hija de una limpiadora de Villaverde.

P. Annie Ernaux siente que ha traicionado a su clase.

R. Yo eso no lo he superado, pero es una condici¨®n social que me alegro de llevar conmigo. Soy muy de izquierdas y creo que tiene que ver con no renunciar a la clase, llevarla siempre conmigo. Va antes que el feminismo.

P. ?Aprecia una demonizaci¨®n del hombre por el hombre?

R. S¨ª, es otra vez esa guerra de sexos que no me interesa nada. Todas albergamos una necesidad de que el feminismo en singular sea como queremos. Y no nos gusta o¨ªr a mujeres decir en nombre del feminismo cosas con las que nunca vamos a estar de acuerdo. Nos dar¨¢ mucha tranquilidad darnos cuenta de que podemos ser muy feministas y pensar lo que nos d¨¦ la gana, aunque haya se?oras que digan cosas muy feas y desagradables sobre los trans y otras que escriban sobre la cultura de la violaci¨®n y c¨®mo interpretar determinados gestos. Paso totalmente de esto, no lo sigo, no me interesa y no estoy ah¨ª. No estoy en buscar qu¨¦ es feminista y qu¨¦ no lo es. Estoy bastante segura de mis propias convicciones. Me interesa la incomodidad, el conflicto y las contradicciones porque la vida es eso. A veces me enfado con debates que creo que no deber¨ªamos tener, que nos agotan, nos hast¨ªan, nos hacen sentir perdidas, nos debilitan. Cada una sabe lo que piensa en su fuero interno y lo gestiona como buenamente puede. Cada una cargamos lo que podemos.

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