3.000 millones de personas votar¨¢n en 2024, con un giro ambiental hacia la derecha
Lo inveros¨ªmil, que vuelva Trump o la extrema derecha a Europa, se ha vuelto posible
El a?o 2019, el anterior a la covid y al gran confinamiento que detuvo el mundo, fue de enormes movilizaciones, heterog¨¦neas por sus causas pero en muchos lugares simult¨¢neas. Se le denomin¨® ¡°el a?o de las protestas¡±. Posiblemente el icono de todas ellas fue aquel manifestante con cascos para la m¨²sica y mascarilla antig¨¢s, armado con un paraguas, que parec¨ªa estar bailando ballet entre el humo generado por la polic¨ªa hongkonesa. Si alguien creyese en las teor¨ªas de la conspiraci¨®n, ah¨ª tendr¨ªa una de ellas: todo se par¨® y desde entonces se ha vivido un lustro de repliegue que nos ha llevado al lugar en el que nos encontramos, en el que cosas antes inveros¨ªmiles como que Trump vuelva a ganar las elecciones o que se instale el nacionalismo de extrema derecha en diversos pa¨ªses europeos puedan ser posibles.
El periodista Andrea Rizzi comenzaba su cr¨®nica de un modo espec?tacular: la mayor potencia del mundo (EE UU), el pa¨ªs m¨¢s poblado (India), el m¨¢s extenso (Rusia), el mayor bloque comercial (la Uni¨®n Europea), el mayor pa¨ªs musulm¨¢n (Indonesia), el mayor pa¨ªs de lengua espa?ola (M¨¦xico), el territorio (Taiw¨¢n) que encarna el mayor riesgo de confrontaci¨®n entre las dos superpotencias de este siglo (China y EE UU), en todos ellos se votar¨¢ este a?o. Alrededor de 70 pa¨ªses, que convocan a m¨¢s de 3.100 millones de habitantes, tienen previsto celebrar elecciones presidenciales o legislativas en el curso que ma?ana comienza.
En general se prev¨¦ un giro ambiental hacia la derecha. Entonces, en 2019, los analistas se preguntaban qu¨¦ suceder¨ªa tras ese espontane¨ªsmo de las movilizaciones, una vez que sus protagonistas se agotasen. Era una forma de volver al viejo debate sobre si se necesitan vanguardias pol¨ªticas y sindicales organizadas que encaucen y dirijan las cr¨ªticas de la calle. Es un asunto tradicional de las izquierdas. En uno de los libros publicados tras mayo de 1968, uno de sus dirigentes m¨¢s representativos se confesaba melanc¨®lico o decepcionado al hacer balance: despu¨¦s de mayo lleg¨® junio, y la derecha se reh¨ªzo y gan¨® las elecciones (Francia); la izquierda no ten¨ªa nada que proponer en el sentido de una ideolog¨ªa ni siquiera reformista.
Hace cinco a?os exist¨ªa un malestar difuso con m¨¢s frustraciones que aspiraciones, con agitaciones poco transformadoras de la realidad social. Mucha gente cre¨ªa pertenecer a una confusa clase media. Naci¨® el concepto del ¡°precariado¡±, un conglomerado amplio y confuso de ciudadanos de distintas capas superpuestas que no ten¨ªan conciencia de clase pero que expresaban su resentimiento porque la pol¨ªtica y sus representantes p¨²blicos los hab¨ªan abandonado. La Gran Recesi¨®n y los efectos de la covid hicieron el resto. Son los perdedores de aquella globalizaci¨®n, que se manifestaban interrog¨¢ndose sobre si aquello que les hab¨ªan vendido de la flexibilidad laboral, la liberalizaci¨®n comercial, la mundializaci¨®n de las finanzas, etc¨¦tera, har¨ªa avanzar sus econom¨ªas y su bienestar. En muchos casos no ha sido as¨ª y se sienten enga?ados.
Pero ya entonces se ve¨ªan vectores tirando en direcciones opuestas y ya estaban entre nosotros los Trump, Bolsonaro, Orb¨¢n, Boris Johnson, Erdogan, Mateo Salvini, Narendra Modi, Xi Jinping, etc¨¦tera. Los hombres fuertes. Hoy parece estar venciendo el vector m¨¢s regresivo, lo que hace que los pa¨ªses con gobiernos progresistas parezcan islas rodeadas, y de vez en cuando se contagien de lo que sucede a su alrededor.
En su ya tradicional C¨®mo mueren las democracias (Ariel), Levitsky y Ziblatt utilizan una f¨¢bula de Esopo para explicar lo que hay por delante: un caballo quiere vengarse de un venado que lo ha ofendido y comienza a perseguirlo; pronto se da cuenta de que nunca podr¨¢ alcanzarlo y pide ayuda a un cazador. Este accede a cambio de colocar riendas y sillas al caballo para poder cabalgar estable mientras persiguen al venado. Pronto lo logran. Entonces, el caballo le dice al cazador que le quite los arreos del hocico y el lomo. ¡°No tan r¨¢pido, amigo¡±, contest¨® el cazador. ¡°Ahora te tengo tomado por las bridas y las espuelas y prefiero quedarme contigo como regalo¡±.
?Feliz a?o, caballo!
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