Judith Butler, fil¨®sofa: ¡°Las feministas que no repudian a la derecha antig¨¦nero son sus c¨®mplices¡±
La intelectual estadounidense, una de las m¨¢s influyentes de nuestro tiempo, regresa a su tema bandera con ¡®?Qui¨¦n teme al g¨¦nero?¡¯, libro en el que acusa a las feministas antitrans de formar ¡°una alianza inconsciente¡± con las corrientes conservadoras, que han hecho del g¨¦nero una batalla cultural
De lejos, impone. El impacto de su obra en el debate p¨²blico, raro en alguien de la academia. La prosa cr¨ªptica. El estatus de s¨ªmbolo en el que adoradores y enemigos proyectan sus fantasmas. Judith Butler (Cleveland, 68 a?os) es una de las figuras intelectuales m¨¢s influyentes de nuestro tiempo. De cerca, es otra cosa. Aparece una persona menuda y de aspecto fr¨¢gil en la puerta de ...
De lejos, impone. El impacto de su obra en el debate p¨²blico, raro en alguien de la academia. La prosa cr¨ªptica. El estatus de s¨ªmbolo en el que adoradores y enemigos proyectan sus fantasmas. Judith Butler (Cleveland, 68 a?os) es una de las figuras intelectuales m¨¢s influyentes de nuestro tiempo. De cerca, es otra cosa. Aparece una persona menuda y de aspecto fr¨¢gil en la puerta de La Coupole, la vieja brasserie de escritores y artistas en el parisiense bulevar Montparnasse. En la conversaci¨®n se descubre como una mente de acero, implacable: no deja pasar una. Tambi¨¦n ir¨®nica, sarc¨¢stica. Ligereza y sesuda seriedad. La profesora de la Universidad de Berkeley, California, que est¨¢ en Par¨ªs porque ha participado en un ciclo en el Centre Pompidou, adem¨¢s de abrir el g¨¦nero, ha escrito ensayos sobre la violencia por parte de los Estados, la resistencia o el dolor, entre otros temas.
Butler, que se registr¨® hace unos a?os como persona no binaria en California, explica cuando se le pregunta por los pronombres: ¡°Es una forma de solidaridad con los otros elles (theys, en ingl¨¦s) del mundo¡±. Cuando le decimos que la Real Academia Espa?ola no admite el pronombre elle, y le preguntamos qu¨¦ hacer, responde: ¡°Mencione esta norma, si EL PA?S quiere estar en conformidad con la Real Academia, pero ponga que es consciente de que no es correcto respecto a m¨ª. Depende de usted. No soy la polic¨ªa. No voy a decir: ¡®Haga esto¡±.
Elle, pues, acaba de publicar ?Qui¨¦n teme al g¨¦nero? (Paid¨®s, 2024, traducci¨®n de Alicia Martorell Linares), quiz¨¢ el m¨¢s accesible de sus libros desde que irrumpi¨® en 1990 con El g¨¦nero en disputa, escrito en una jerga que espantaba a muchos lectores, un estilo que defend¨ªa diciendo que ¡°ser¨ªa un error pensar que la gram¨¢tica heredada es el mejor veh¨ªculo para expresar ideas radicales¡±. Ahora opta por una mayor claridad: ¡°Si hubiese sabido que El g¨¦nero en disputa tendr¨ªa una audiencia amplia, probablemente lo habr¨ªa escrito de otra manera.¡±
PREGUNTA. Hablaba en El g¨¦nero en disputa de su t¨ªo, ¡°encarcelado debido a su cuerpo anat¨®micamente an¨®malo¡±. ?C¨®mo influy¨® en su manera de entender el g¨¦nero?
RESPUESTA. Yo no era consciente, cuando crec¨ªa, de que ten¨ªa este t¨ªo. Nunca le vi. Mi madre nos dec¨ªa que le mandaron a otro lugar, que no era capaz de pensar ni hablar, que no era comunicativo y que no podr¨ªamos visitarlo. Cuando muri¨®, un primo m¨ªo descubri¨® que de hecho s¨ª hablaba y que podr¨ªamos haberlo conocido. Con mi primo investigamos y preguntamos a mi madre, que ahora lamenta c¨®mo se gestion¨® la vida de su hermano. Mi t¨ªo no desarroll¨® rasgos sexuales y mentales considerados normativos, y mi familia, al parecer, se sent¨ªa avergonzada de ¨¦l, y le mandaron a una instituci¨®n para personas desafiadas psicol¨®gicamente. ?Estaba desafiado psicol¨®gicamente? ?O respond¨ªa al rechazo por parte de su familia? La pregunta est¨¢ abierta.
¡°Con la libertad de g¨¦nero quienes no encajan en la norma son libres y son reconocidos y amados por ser quienes son¡±
P. ?C¨®mo era su familia?
R. Mis padres y abuelos, especialmente mis abuelos, se esforzaban por asimilarse a las normas culturales de Estados Unidos. Ven¨ªan de Europa oriental y, al menos en el lado de mi madre, muchas personas en su familia eran jud¨ªos que fueron asesinados por los nazis. As¨ª que a mi familia les preocupaban las apariencias. Copiaban las figuras de Hollywood y quer¨ªan tener un aspecto muy americano, muy chic y elegante. El g¨¦nero era importante. Uno deb¨ªa aparentar bien su g¨¦nero: ser un hombre guapo y una bella mujer. Crec¨ª en este mundo de secretos e ideales de g¨¦nero. Y supongo que as¨ª empec¨¦ a pensar en la crueldad de las normas de g¨¦nero y en lo importante que es la libertad de g¨¦nero, la libertad de producir un mundo en el que las personas que no siempre encajan en la norma son libres de vivir y respirar, y ser aceptadas y amadas y reconocidas por ser quienes son, sin discriminaci¨®n ni patolog¨ªa.
P. La idea del libro ?Qui¨¦n teme al g¨¦nero? parte de una experiencia de acoso y violencia en Brasil. ?Qu¨¦ ocurri¨®? ?Y qu¨¦ aprendi¨®?
R. Quemaron una efigie m¨ªa en el exterior del centro cultural Sesc Pompeia en S?o Paulo, yo lo vi por internet, estaba escondida dentro. Era 2017. Despu¨¦s me acosaron en el aeropuerto cuando estaba march¨¢ndome con mi novia, mi pareja [la polit¨®loga Wendy Brown], no mi mujer porque no quiere casarse conmigo. Llevamos 33 a?os en pareja y no quiere casarse conmigo, es marxista, no cree en esto [se r¨ªe].
P. ?Le gustar¨ªa a usted?
R. No, pero me gusta ped¨ªrselo, se lo pido siempre, es como una broma. Dice que deber¨ªa divorciarse de m¨ª si me casase con ella. Puede ponerlo en la entrevista.
P. Contaba que les acosaron en el aeropuerto.
R. S¨ª. Me dec¨ªan: ¡®?Eres ped¨®fila!¡¯. O: ¡®¡¯?Quite sus manos de nuestros hijos!¡¯. Me confundi¨® profundamente. Yo no hab¨ªa entendido que, al menos para algunas personas que forman parte del movimiento antig¨¦nero, si quitas la prohibici¨®n contra la homosexualidad, entonces se derrumba la prohibici¨®n de la sexualidad con los animales, con los menores, y te conviertes en una peligrosa y ca¨®tica criatura sexual sin restricciones morales. Es una fantasmagor¨ªa. Y me pregunt¨¦: ¡®?Qu¨¦ creer¨¢ esta gente que es el g¨¦nero?¡¯. No es un movimiento depredador ni adoctrinador, y, sin embargo, se nos atribuy¨® la depredaci¨®n y el adoctrinamiento.
P. Entonces, ?qui¨¦n teme al g¨¦nero?
R. Todo el mundo.
¡°Rechazaremos votar por Biden hasta el ¨²ltimo minuto. Estamos presionando a su Administraci¨®n¡±
P. ?Todo el mundo? ?De verdad?
R. S¨ª, eso creo [estalla en una carcajada]. Disculpe, se supone que soy intelectual y hablo con seriedad. Lo soy, por cierto.
P. ?Por qu¨¦ dice que todo el mundo lo teme?
R. Si Giorgia Meloni dice que estos ide¨®logos del g¨¦nero te quitar¨¢n tu identidad sexual, suena terror¨ªfico. La mayor¨ªa de las personas quiere saber que su identidad sexual es firme y que nadie le puede quitar su estatus legal como hombre o mujer. Meloni lo dice porque quiere quitar la identidad sexual de las personas trans, les quiere quitar el derecho legal de autoasignarse una identidad sexual. Hay que producir un fantasma, un relato ficticio que asuste a la gente para atraerlo a su bando y atacar a comunidades trans, queer, que son, en una parte mayoritaria, comunidades vulnerables. Pero la verdad es que a todos, en relaci¨®n con nuestro sexo o g¨¦nero, sea cual sea el lenguaje que usemos, se nos puede hacer sentir ansiedad al respecto. El psicoan¨¢lisis va de eso.
P. ?Usted siente esta ansiedad?
R. Probablemente tanto como usted.
P. As¨ª que todos tenemos miedo del g¨¦nero¡
R. Pueden lograr que tengas miedo, o que experimentes una inestabilidad. Los ni?os, ?deben actuar as¨ª, o jugar as¨ª? El g¨¦nero siempre va acompa?ado de normas, y hay que aprenderlas, no son naturales. Y se aprenden, en parte, con errores, y cuando dicen: ¡°Qu¨ªtate este lazo del cabello¡±, o ¡°el color rosa, no, querido¡±. Aunque Rafa puede llevar rosa.
P. ?Qui¨¦n?
R. Rafael Nadal. ?C¨®mo puede Rafa llevar el color rosa? Siempre va de rosa. Es el tipo de masculinidad definitiva. ?l est¨¢ c¨®modo con su masculinidad: ¡°Dadme rosa, dadme violeta¡±. ?Me encanta!
P. La ansiedad, ?c¨®mo la explica?
R. ?Lo estoy haciendo bien? ?C¨®mo se me percibe? ?Soy un hombre suficientemente fuerte? Si no lo soy, ?no soy un hombre? Si no llevo seg¨²n qu¨¦ cosa, ?no soy una mujer? Hay muchas normas sociales que nos pueden hacer sentir ansiedad por el g¨¦nero. Los padres, las religiones, las instituciones educativas o estatales. Esta ansiedad la explotan las fuerzas de extrema derecha, la amplifican.
P. ?Votar¨¢ a Joe Biden para evitar que gane Donald Trump?
R. No. Le dir¨¦ lo que pienso. Rechazamos votar por Biden hasta el ¨²ltimo minuto. Presionamos a la Administraci¨®n de Biden, porque todos los j¨®venes que se oponen a Biden hace bien en oponerse. As¨ª que no dir¨¦ nada en favor de Biden.
P. Pero en el ¨²ltimo minuto lo dir¨¢.
R. Probablemente, pero depender¨¢ de c¨®mo est¨¦n las cosas. Al votar en California [un Estado no decisivo, donde la victoria dem¨®crata ya est¨¢ garantizada], no es necesario que vote.
P. Su voz tiene peso.
R. No apoyar¨¦ a Biden. Criticar¨¦ a Trump. Los criticar¨¦ a ambos, francamente.
P. ?Por qu¨¦ no apoyar¨¢ a Biden?
R. Porque est¨¢ apoyando este genocidio horrible en Gaza, y porque ha continuado con las pol¨ªticas de Trump en la frontera sur de EE UU dejando a una enorme cantidad de personas en una condici¨®n de detenci¨®n indefinida. La frontera sur viola cualquier ley de derechos humanos posible. Prometi¨® que lo cambiar¨ªa y no lo ha hecho.
¡°J. K. Rowling censur¨® la cr¨ªtica fascista al g¨¦nero. Putin dijo que coincid¨ªan. Ella contest¨® veloz: ¡®No, somos diferentes¡±
P. Llama genocidio a lo que ocurre en Gaza. ?No es un t¨¦rmino legal, algo que los tribunales decidir¨¢n?
R. Es un genocidio. Centenares y centenares de juristas han confirmado que lo que est¨¢ ocurriendo en Gaza est¨¢ conforme con lo que dice la Convenci¨®n contra el genocidio. Esto est¨¢ establecido.
P. Se ha metido en problemas por sus opiniones sobre esta cuesti¨®n.
R. Siempre me meto en problemas.
P. Ahora nos apartamos del g¨¦nero, pero volveremos¡
R. ¡puede que se trate del g¨¦nero. La manera en que se me trata puede que tenga que ver con el g¨¦nero. Quiz¨¢, no lo s¨¦. ?Se me habr¨ªa tratado igual si fuese un hombre? Es una pregunta.
P. En todo caso, para usted est¨¢ claro que lo que sucede en Gaza es un genocidio. El ataque de Ham¨¢s del 7 de octubre, ?dir¨ªa que fue genocida?
R. No. Hubo atrocidades, pero no buscaban la muerte de todas las personas en la regi¨®n sobre la base de su religi¨®n o de su nacionalidad.
P. ?Lamenta haber dicho que lo que Ham¨¢s hizo el 7 de octubre fue un ¡°levantamiento¡± y un ¡°acto de resistencia¡±?
R. Debemos hacer una distinci¨®n. He condenado a Ham¨¢s desde el principio y contin¨²o conden¨¢ndolo. Yo defiendo una ¨¦tica y pol¨ªtica de la no violencia. Las organizaciones palestinas a las que apoyo son todas no violentas. La resistencia, para m¨ª, no es algo rom¨¢ntico ni un ideal, es descriptivo. Entiendo que resisten, combaten la ocupaci¨®n, pero nunca he apoyado a Ham¨¢s y sigo condenando sus atrocidades.
P. Volvamos al g¨¦nero. Hay algo que se le ha criticado en el nuevo libro y puede sorprender a los lectores, y es que pone en el mismo saco a la extrema derecha, al Vaticano y a las feministas progresistas¡
R. ¡ ?Oh! ?Feministas progresistas? ?O bien feministas regresivas? ?Wow!
P. Se consideran progresistas.
R. No lo creo. ?Usan esa palabra? Me sorprender¨ªa. Si me lo puede usted documentar¡
¡°?C¨®mo puede Rafa [Nadal] llevar siempre el color rosa? Es el tipo de masculinidad definitiva. ?Me encanta!¡±
P. As¨ª que no son progresistas.
R. Regresan al reduccionismo biol¨®gico, que es aquello contra lo que el feminismo siempre luch¨®. La biolog¨ªa no es el destino: Simone de Beauvoir.
P. Simone de Beauvoir tambi¨¦n dice que la biolog¨ªa existe, habla de hembras y machos.
R. Y yo tambi¨¦n lo digo. Yo acepto que la biolog¨ªa existe, no niego la biolog¨ªa. Una cosa es decir que la biolog¨ªa te determina y otra distinta decir que la biolog¨ªa existe. Puede existir sin determinarte. Yo afirmo que la biolog¨ªa existe, pero lo interesante es que las ciencias biol¨®gicas constantemente est¨¢n cambiando el marco en el interior del cual decidir la determinaci¨®n del sexo. ?Leemos toda la biolog¨ªa, y vemos los debates internos, los estudios biol¨®gicos sobre el sexo y la sexualidad? ?O solo elegimos los que nos gustan y los conectamos a nuestra teor¨ªa para decir ¡°esto es lo que dice la biolog¨ªa¡±?
P. Pone a estas feministas en el mismo saco que los fascistas.
R. No el mismo saco. Son sacos muy distintos. Lea con atenci¨®n. Lo que digo es que es una alianza inconsciente. Me pregunto por qu¨¦ feministas que deber¨ªan estar aliadas con gais, lesbianas, trans y con movimientos sociales a veces rompen estas alianzas y se hacen eco de los mismos argumentos de la derecha.
P. Las llama ¡°c¨®mplices¡±.
R. Si no repudian el ataque de la derecha contra el g¨¦nero, entonces son c¨®mplices. Deber¨ªan repudiarlo, luchar en contra. ?Les importa la violencia basada en el g¨¦nero? ?El derecho al aborto? ?S¨ª! ?Quieren oponerse a la discriminaci¨®n basada en el sexo? Todo esto est¨¢ siendo atacado por el ¡°movimiento contra la ideolog¨ªa de g¨¦nero¡±, que ataca tambi¨¦n al feminismo porque lo coloca junto a los movimientos de gais, lesbianas y trans. ?Por qu¨¦ no se disocian de ello? Ser¨ªa genial si lo repudiasen. Necesitamos una solidaridad contra el fascismo y el autoritarismo emergente. Es una invitaci¨®n.
P. ?Una invitaci¨®n a abandonar su punto de vista?
R. No, pueden mantenerlo, pero asegur¨¢ndose de que lo hacen de manera que tambi¨¦n censuran la cr¨ªtica fascista del g¨¦nero, para no ser identificadas con ella. J. K. Rowling lo hizo maravillosamente cuando Putin dijo: ¡°Estoy de acuerdo con J. K. Rowling¡±, y J. K. Rowling r¨¢pidamente dijo: ¡°No, somos diferentes¡±. Y pens¨¦: ¡°Qu¨¦ bonito¡±.
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