Judith Butler: ¡°Luchamos contra la dominaci¨®n social, no contra los hombres y su anatom¨ªa¡±
La pensadora abri¨® en 1990 la definici¨®n de g¨¦nero, cre¨® la teor¨ªa ¡®queer¡¯. Enemiga de la violencia del Estado, dice que Putin representa lo peor de las normas de g¨¦nero. Y reconoce que tiene que pensar mejor la cuesti¨®n de los vientres de alquiler
La fil¨®sofa Judith Butler (66 a?os, Cleveland, EE UU), ha pasado la semana en Barcelona, donde ha recibido el XIII Premio Internacional Catalu?a, dotado con 80.000 euros, por sus aportaciones en el ¨¢mbito de la no violencia. Hace 32 a?os, en 1990, public¨® El g¨¦nero en disputa, donde despleg¨® una nueva mirada respecto al g¨¦nero: la teor¨ªa queer. Subi¨¦ndose a la senda abierta por Simone de Beauvoir ¡ª¡±La mujer no nace. Llega a serlo¡±¡ª, Butler introdujo la idea del g¨¦nero fluido. Desde entonces ha tratado muchos otros asuntos y, de hecho, querr¨ªa que no mir¨¢ramos tan intensamente en su direcci¨®n cuando hablamos de g¨¦nero. Es jud¨ªa y, antes de nacer, hab¨ªa perdido a buena parte de su familia materna durante el Holocausto. Ha criticado la postura de Israel hacia los palestinos, se le lleg¨® a prohibir la entrada al pa¨ªs, y es contraria a la violencia que ejercen los Estados (La fuerza de la no violencia. La ¨¦tica en lo pol¨ªtico, Ed. Paid¨®s, 2021) y ha repensado la resistencia (Sin miedo. Formas de resistencia a la violencia de hoy, Taurus, 2020). Tiene una original forma de plantear el ideal de igualdad en nuestras sociedades: a partir de esta distinci¨®n entre las vidas que se lloran y las que no, las vidas que socialmente merecen ser lloradas y las que no se lloran (Vida precaria: el poder del duelo y la violencia, Paid¨®s, 2007). Profesora de la Universidad Berkeley, el viernes habl¨® en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, del que es asidua. Menuda, de ojos rasgados y con estilo, es pareja de la polit¨®loga Wendy Brown y tienen un hijo. California le ha reconocido el g¨¦nero no binario, ni mujer ni hombre.
PREGUNTA.?Usted hace una defensa de la no violencia desde el Estado. En el caso de Ucrania, ?deb¨ªan defenderse atacando?
RESPUESTA.?Por supuesto, y espero que tengan ¨¦xito. Para m¨ª la no violencia es relevante como filosof¨ªa, creo que deber¨ªamos seguir luchando por un mundo en el que los conflictos se resuelvan de manera no violenta. La responsabilidad en este caso es de Putin, no hacia el pueblo ruso que si se resiste sufre amenaza de encarcelamiento, de exilio o de p¨¦rdida de empleo. ?Podemos imaginar una resistencia no violenta ante Putin? Yo s¨ª.
P.??Por qu¨¦ ha decidido Putin invadir Ucrania?
R.?Puede haber tenido objetivos concretos al comienzo, pero una vez dentro y con la gente pidi¨¦ndole que parara o deseando que perdiera¡ Continuar¨¢ y continuar¨¢. Mostrar¨¢ que puede destruir m¨¢s vidas, acaparar m¨¢s tierra. No veo l¨ªmite a su satisfacci¨®n. Sabe que el mundo lo condena y se r¨ªe de nuestra condena. Har¨¢ lo que desee. Es un tipo autoritario peligroso, perverso, asesino. Necesitamos una solidaridad internacional tan fuerte como para que los rusos y los militares puedan decirle basta.
P.??Dir¨ªa que el g¨¦nero juega alg¨²n papel en esta ofensiva?
R.?El g¨¦nero est¨¢ en todas partes. Por supuesto. Recordemos que hace poco m¨¢s de un lustro Putin firm¨® un documento [la conocida como ley de propaganda homosexual] y afirm¨® que el feminismo de lesbianas, gais y transexuales de Occidente amenazaba los valores espirituales rusos, su seguridad. Defend¨ªa al pa¨ªs de estos gais, trans y feministas que pondr¨ªan en entredicho a la familia tradicional, la estructura patri¨®tica del Estado.
P.??Qu¨¦ tipo de masculinidad dir¨ªa que promulga Putin?
R.?Una que ni siquiera podemos tildar de t¨®xica, suena edulcorado. Una que no da explicaciones a nadie y que mide su fuerza en funci¨®n de su poder destructor. Quiere que veamos que no tiene l¨ªmites. A estas cuestiones las llamamos g¨¦nero, y ¨¦l representa lo peor de las normas de g¨¦nero. El g¨¦nero es mucho m¨¢s que, oh, hay una gente aqu¨ª a la que querr¨ªamos que se le reconociera su identidad. Es mucho m¨¢s que una preocupaci¨®n urbana. El g¨¦nero est¨¢ en la guerra. Justo en medio.
P. Critic¨® la invasi¨®n de Irak por parte de EE UU ¡ªcon el apoyo del Reino Unido y Espa?a¡ª y fue silenciada junto a otros pensadores. El debate ha vuelto. ?Qu¨¦ opina ahora?
R.??Que me opusiera entonces significa que siempre estar¨¦ en contra de una intervenci¨®n? No, pero pensemos en la diferencia entre autodefensa y el reforzamiento militar como ¨²nica manera de actuar en pol¨ªtica. Hay gente que cree que la pol¨ªtica es una guerra por otros medios; no estoy de acuerdo. Me gustar¨ªa una pol¨ªtica contraria a la guerra, que se pregunte sobre c¨®mo debemos gobernarnos para salvar la Tierra, c¨®mo hacer frente al cambio clim¨¢tico, aumentar la igualdad y la libertad con tratados internacionales, colaborando, entendiendo nuestra interdependencia. Muchos dicen que la ¨²nica forma de hacer frente a Putin es con armas nucleares. Yo contesto: no. Opong¨¢monos a la idea de que las armas nucleares son necesarias.
P.??Qu¨¦ opina del diferente trato que otorgamos a los refugiados?
R.?Los pa¨ªses europeos tienen m¨¢s que ofrecer poniendo en marcha una pol¨ªtica humana e inclusiva. Hay tantos refugiados en el mundo ¡ªucranios, sirios, afganos, del norte de ?frica¡¡ª que los pa¨ªses europeos con recursos deber¨ªan estar colaborando para construir refugios y una nueva vida para ellos. Es una oportunidad para Europa para revertir sus pol¨ªticas raciales hacia los inmigrantes.
P.?Si se comienza a hablar, como est¨¢ pasando en Francia, en t¨¦rminos identitarios, ?no nos separamos del ser universalista que busca el bien com¨²n? ?Est¨¢ esta idea amenazada?
R.?Es un debate equivocado. El movimiento identitario m¨¢s amplio del mundo es la supremac¨ªa blanca, los barcos en el Mediterr¨¢neo empujando de vuelta a los inmigrantes del norte de ?frica, esos grupos se tildan de identitarios. Defienden la identidad nacional griega, italiana¡ Debemos ser conscientes de qui¨¦n invierte en identidad ahora mismo. Los franceses tienen una larga historia con la idea de universalidad, creen que es un concepto neutral. Pero ?c¨®mo es la imagen del hombre universal? ?Es un hombre? ?Es blanco? ?Europeo? Siempre hay exclusiones en la idea de universalidad. Quiz¨¢ la forma que nos permita llegar a lo com¨²n es trabajar con nuestras diferencias para encontrar formas de traducirnos desde diferentes mundos, dar con modos de colaborar que preserven qui¨¦nes somos.
P.??Est¨¢ la izquierda identitaria robando el protagonismo que antes ten¨ªa la convergencia de clases?
R. Algunos lo creen. El movimiento feminista ?trata sobre la identidad o sobre igualdad? Si desde la izquierda creemos en las pol¨ªticas democr¨¢ticas, querremos igualdad para todos. Pero si nuestras ideas sobre la igualdad no tienen en cuenta el g¨¦nero, estar¨ªamos dejando fuera la igualdad de g¨¦nero. No estar¨ªamos siendo conscientes de qu¨¦ deber¨ªa ser la igualdad. ?Qu¨¦ pasa con los menores trans y queer de Polonia, Rumania o Hungr¨ªa, que lo tienen tan dif¨ªcil para caminar por la calle sin miedo a ser perseguidos? ?Est¨¢n afirmando su personalidad o est¨¢n buscando libertad para vivir, respirar y moverse sin miedo a sufrir violencia policial? Desde la izquierda queremos m¨¢s libertades. Si no pensamos en la libertad de estos j¨®venes quiz¨¢ no hemos pensado suficientemente en la libertad. Tenemos que repensar la libertad, la igualdad y la justicia para tener una izquierda m¨¢s amplia y poderosa. La clase recorre todas estas categor¨ªas, pocas cosas son m¨¢s dif¨ªciles que vivir en una zona rural siendo un joven queer esforz¨¢ndose por ganarse la vida y vivir siendo quien desea ser.
P.?Ahora vemos, especialmente entre los j¨®venes, mucha m¨¢s flexibilidad con el g¨¦nero, pero tambi¨¦n un regreso a las tradiciones que est¨¢ llevando a un auge de la extrema derecha. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
R.?Debemos tomarnos muy en serio el movimiento antig¨¦nero que llega desde la derecha, forma parte del nuevo rostro del autoritarismo. Es interesante o¨ªr sus cr¨ªticas: algunos dicen que es una fuerza diab¨®lica y un ataque al cristianismo, que es algo que viene desde los centros urbanos intelectuales, que intenta destruir la cultura local. Otros, que quienes experimentan con su g¨¦nero o quieren cambiarlo est¨¢n destruyendo la sociedad, ofendiendo lo que supone ser femenino o masculino, valores naturales o valores culturales. La derecha tiene miedo al g¨¦nero. Pero cuando pregunto a quien se opone a este asunto si ha le¨ªdo alg¨²n estudio sobre g¨¦nero, me contesta que jam¨¢s tocar¨ªa un texto as¨ª; no puedo conversar con ellos. La gente est¨¢ asustada por el curso de la econom¨ªa, por su p¨¦rdida de poder adquisitivo, porque su trabajo es m¨¢s inseguro, adem¨¢s temen el cambio clim¨¢tico y la inmigraci¨®n. El g¨¦nero se ha convertido en el punto de encuentro de todos estos miedos.
P.?En Espa?a Vox aspira a que la violencia de g¨¦nero pase a llamarse violencia ¡°intrafamiliar¡±. Hay mujeres que lo apoyan. ?C¨®mo se evita la p¨¦rdida de espacios conquistados?
R.?Algunas conquistas sociales hay que pelearlas una y otra vez. Vox repite lo que afirm¨® Erdogan en 2021 al salirse del Convenio de Estambul [el marco jur¨ªdico internacional promovido por el Consejo de Europa para legislar contra la violencia de g¨¦nero], que se compromet¨ªa a luchar contra la violencia generalmente infligida por hombres contra mujeres y ni?os dentro de las familias. En la familia tradicional, vienen a decir, no hay violencia, no hay desigualdad, no hay falta de protecci¨®n. Las familias no necesitan protecci¨®n de los maridos. Hay mujeres que no quieren que el Estado intervenga. La manera de hacer frente a esta negaci¨®n es estar presentes en los medios, en las redes de solidaridad que unen a los ni?os y a las mujeres de todos los espectros, tambi¨¦n los ?LGTBIQ+, documentar lo que pasa, mantener nuestra solidaridad fuerte e inclusiva. Tenemos que salir de nuestros c¨ªrculos habituales, atraer a m¨¢s gente.
P.?Algunos menores, una vez emprendido el cambio de g¨¦nero, se arrepienten y dan marcha atr¨¢s.
R. Conozco las estad¨ªsticas de estos casos en EE UU. Es cierto que hay un porcentaje muy peque?o que cuando deciden hacer la transici¨®n hacia otro sexo llegan a arrepentirse.
P.??Sabe el dato concreto?
R.?No s¨¦ el rango de edad, pero le pasa a menos del 5%. Recordemos que lo que muchos buscan es un reconocimiento legal, m¨¢s que cambios en su cuerpo. Otros buscan acceso a hormonas; otros, cirug¨ªa. Hay distintas formas de hacerse trans que pueden ser f¨¢cilmente reversibles, otras son m¨¢s complejas. Los doctores con los que he hablado me dicen que los efectos de las hormonas pueden ser reversibles sin causar mucho da?o. Lo importante en este debate no es la decisi¨®n de a partir de qu¨¦ edad puede un adolescente decidir emprender el cambio, entiendo que es una pregunta importante que tiene que ser resuelta. Lo relevante es que no patologicemos a quienes desean explorar, a quienes se est¨¢n haciendo preguntas sobre cu¨¢l es su g¨¦nero o c¨®mo vivir en sus cuerpos. Es dif¨ªcil habitar un cuerpo. La mayor¨ªa de las personas tienen problemas de un tipo u otro. Seguramente tambi¨¦n obtendr¨¢n placer, pero apropiarse de cualquier g¨¦nero no es f¨¢cil.
P.??Cree que esto afecta a la mayor¨ªa de las personas, como dice?
R.??Oh! Las adolescentes cuando se miran en el espejo y se dicen: ¡°No puedo salir con estas pintas¡±. ¡°Mira mi pelo¡±. ¡°Tengo que ponerme maquillaje para no parecer tan masculina¡±. Mi madre, a sus 92 a?os, no sale de casa sin pintarse la raya del ojo. Hay mucha ansiedad. Pero d¨¦jame aclarar que lo que yo querr¨ªa es que permiti¨¦ramos a los j¨®venes encontrar su propio camino en un entorno que los apoye, sin temor a ser patologizados o criminalizados como en Polonia. O en lugares donde ser trans o gay todav¨ªa es ilegal o considerado una enfermedad.
P. En Espa?a, este 8 de marzo, en 20 ciudades se ha producido una escisi¨®n, de un lado las partidarias de la libre autodeterminaci¨®n de g¨¦nero y del otro las contrarias. ?Ve al feminismo dividido en dos?
R.?Me entristece y resulta dif¨ªcil de comprender. El feminismo trata sobre todo de autodeterminaci¨®n, igualdad y antidiscriminaci¨®n. Est¨¢ contra todo lo que limite nuestra autodeterminaci¨®n. Las personas trans son aliadas del feminismo, sus peticiones se solapan. Si el feminismo discrimina a las personas trans, promover¨¢ la desigualdad y la discriminaci¨®n. Para m¨ª eso no ser¨ªa feminismo. El feminismo lucha contra el racismo, contra la explotaci¨®n de los trabajadores, contra la transfobia. Las personas trans muchas veces son tambi¨¦n feministas, es importante recordarlo. Espero que superemos pronto esta divisi¨®n.
P.?Entre las personas contrarias a la autodeterminaci¨®n de los trans hay mucho miedo a perder a?os de conquistas. Existe, por ejemplo, el temor a que la violencia de g¨¦nero pierda su esencia. ?Qu¨¦ les contesta?
R.?En el pasado cre¨ªamos saber qu¨¦ era el g¨¦nero femenino, pero luego decidimos revisar esas ideas, nos dimos cuenta de que eran muy limitantes. No defin¨ªan lo que ¨¦ramos. Las mujeres no tienen por qu¨¦ casarse, pueden reproducirse fuera de la familia, pueden ser lesbianas, heterosexuales¡ Los significados sobre el g¨¦nero femenino han cambiado con los a?os y a trav¨¦s de las culturas. Al hablar sobre g¨¦nero femenino hablamos sobre algo din¨¢mico, abierto, hist¨®rico. No solo decimos que las mujeres deber¨ªan ser tratadas con igualdad, decimos c¨®mo se puede definir a una mujer. Hemos estado redefiniendo, es parte de nuestra liberaci¨®n. Y ahora, de pronto, nos dicen que no podemos redefinir. Hay mujeres trans que son mucho m¨¢s parte del g¨¦nero femenino de lo que yo nunca lo ser¨¦. Tengo mucho que aprender de ellas. Eso me libera, no tengo que pertenecer a esa categor¨ªa de la misma forma y me ayuda a ver la complejidad de ese g¨¦nero. La fuente de la violencia es la dominaci¨®n social. Contra eso luchamos. No contra los hombres y su anatom¨ªa. Simone de Beauvoir dijo: ¡°Nunca ser¨¢s determinada por tu anatom¨ªa¡±.
P.?Hay quien cree que sus teor¨ªas se han convertido en est¨¢ndar.
R.?El movimiento queer es muy amplio, hay muchas teor¨ªas queer, otros pensadores: Paul B. Preciado, Jos¨¦ E. Mu?oz... No represento la norma, represento el viejo paradigma.
P.??Qu¨¦ opina de los vientres de alquiler?
R.?S¨¦ que en Francia hay mujeres contrarias a la subrogaci¨®n, no creen que el cuerpo de la mujer deba ser alquilado, que eso supone una invasi¨®n por parte del capitalismo. Lo entiendo. Pero creo que hay diferentes formas de ganarse la vida y la subrogaci¨®n es una de ellas. Otra es la prostituci¨®n. Quiz¨¢ no sea la mejor opci¨®n, pero a lo mejor para algunos s¨ª. ?Por qu¨¦ nos importa tanto lo que hagan los dem¨¢s?
P.??No cree que supone un foco de desigualdad, que son mujeres ricas contratando a mujeres pobres?
R.??Un foco de explotaci¨®n? Puede ser que no haya pensado suficientemente sobre este asunto. Pero no me produce el mismo horror que a otros.
P.?California la reconoce como no binaria. ?Cu¨¢ntos pa¨ªses ofrecen esta posibilidad?
R. Varios Estados de EE UU, Alemania y creo que Escandinavia.
P.??Ha cambiado algo en usted?
R.?No ha cambiado nada, siempre me sent¨ª as¨ª. Alguien elev¨® esta categor¨ªa, se incluy¨® en la ley y desde luego quise formar parte de ella.
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