Persecuci¨®n de mujeres en Afganist¨¢n: ?a qu¨¦ esperamos?
Asombra que la Uni¨®n Europea no haya pedido aun al Tribunal Penal Internacional que se considere un crimen contra la Humanidad el trato a las mujeres afganas
Dice Richard Bennett, el relator especial de Naciones Unidas para los derechos humanos en Afganist¨¢n, que la institucionalizaci¨®n de la opresi¨®n sobre mujeres y ni?as en ese pa¨ªs ¡°deber¨ªa conmocionar la conciencia de la humanidad¡±. De acuerdo, pero sobre todo lo que hace falta es que el Tribunal Penal Internacional (TPI) declare, de una vez, que las leyes y normas que se han aprobado en Afganist¨¢n contra los derechos de mujeres y ni?as afganas constituyen un crimen contra la humanidad y que, como tal, sus redactores y responsables ser¨¢n perseguidos en todo el mundo civilizado, capturados cuando sea posible, juzgados y enviados a la c¨¢rcel.
No se comprende por qu¨¦ la comunidad internacional no ha dado a¨²n ese paso, porque es dif¨ªcilmente discutible que los m¨¢s de 100 edictos emitidos por las autoridades talibanas desde su regreso al poder en 2021 para restringir o eliminar los derechos de las mujeres y ni?as a la educaci¨®n, sanidad, libertad de expresi¨®n, empleo, representaci¨®n pol¨ªtica, cultura, libertad de movimientos, esclavitud sexual (obligaci¨®n de contraer matrimonio al margen de su voluntad), etc¨¦tera, entran de lleno en lo que se considera un atentado contra los derechos de la humanidad entera, un grav¨ªsimo delito reconocido desde el juicio de N¨²remberg (los dirigentes nazis no fueron condenados por genocidio, un delito que Naciones Unidas no reconoci¨® hasta un a?o despu¨¦s por insistencia de un extraordinario jurista polaco llamado Raphael Lemkin, sino por cr¨ªmenes de lesa humanidad, definidos por otro jurista polaco, Hersch Lauterpacht). (Nota aparte: La historia de los dos abogados puede seguirse en un maravilloso libro de Philippe Sands, Calle Este-Oeste, de la editorial Anagrama).
Si el r¨¦gimen de apartheid que imper¨® en Sud¨¢frica fue considerado por la Asamblea General de Naciones Unidas a partir de 1973 como crimen contra la humanidad y si el Tribunal Penal Internacional declar¨® igualmente crimen contra la humanidad cualquier tipo de apartheid, ?c¨®mo no se ha reconocido ya el mismo delito en la situaci¨®n que padecen mujeres y ni?as afganas? Aplicarlo en este caso acarrear¨ªa consecuencias que pueden ser beneficiosas para ellas. No es lo mismo que los firmantes y promotores de esos edictos sepan que ser¨¢n juzgados y enviados a prisi¨®n en un pa¨ªs extranjero por largos a?os, que todos sus bienes ser¨¢n confiscados y que, aun cuando permanezcan en su propio pa¨ªs, no podr¨¢n nunca participar en una negociaci¨®n, tratar con ninguna organizaci¨®n internacional ni viajar fuera de sus fronteras. Sobre todo, la declaraci¨®n de crimen de lesa humanidad ayudar¨ªa a que las mujeres y ni?as que consigan salir de Afganist¨¢n reciban inmediatamente, sin ninguna otra exigencia, la consideraci¨®n de asiladas pol¨ªticas. Es verdad que, en algunos pa¨ªses europeos, esa consideraci¨®n prima facie ya existe, pero no as¨ª en el pa¨ªs m¨¢s importante, Turqu¨ªa, donde m¨¢s mujeres afganas huyen y donde ya se han dado bastantes casos de mujeres deportadas de nuevo a Afganist¨¢n, sin que la comunidad internacional haya hecho nada para protegerlas de un destino tan cruel. Si el TPI hubiera declarado ya la existencia de un crimen contra la humanidad, el Gobierno turco, firmante del Estatuto de Roma, tendr¨ªa que impedir esas deportaciones.
Hace solo una semana, por primera vez, la Uni¨®n Europea, o por lo menos su Alto Representante para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad, plante¨® esa posibilidad. Josep Borrell declar¨® que la nueva ley afgana que proh¨ªbe a las mujeres hablar en p¨²blico (?tampoco hablar en voz alta en la calle?) ¡°puede equivaler a persecuci¨®n de g¨¦nero, que es un crimen contra la humanidad, seg¨²n el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, del que Afganist¨¢n es Estado Parte¡±. Bienvenida la declaraci¨®n y gracias al se?or Borrell por intentar abrir el debate, pero ¡°?puede equivaler¡?¡±. ?Qu¨¦ m¨¢s se necesita para establecer que existe persecuci¨®n por g¨¦nero? ?Se tolerar¨ªa que se aplicara en cualquier pa¨ªs del mundo un r¨¦gimen parecido de restricciones y prohibiciones a un grupo de hombres definido por su raza o religi¨®n?
Borrell ser¨¢ sustituido pronto por una mujer, la ex primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, pero no hay motivos para creer que la se?ora Kallas vaya a reclamar al TPI la declaraci¨®n de crimen contra la humanidad para la persecuci¨®n que padecen las mujeres afganas. Quiz¨¢s la ¨²nica forma sea que las ciudadanas europeas, espa?olas y de cualquier otro pa¨ªs socio, la inundemos de mensajes exigiendo que tome medidas inmediatas para abrir ese proceso. Una direcci¨®n posible para dirigirse a ella es esta: https://european-union.europa.eu/contact-eu/write-us_en. Intent¨¦moslo.
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