Trump ha sido una anomal¨ªa. Si gana el martes, dejar¨¢ de serlo
Se aviva el debate acad¨¦mico sobre si se le puede calificar o no de fascista
Por qu¨¦ vota tanta gente a Trump sabiendo lo que representa y a qui¨¦n representa, por qu¨¦ sigue habiendo tantos indecisos con la campa?a que ha hecho, y tantos abstencionistas. Cuestiones nada ret¨®ricas. En un cuento de Stefan Zweig la acci¨®n transcurre el 21 de enero de 1793, el d¨ªa de la ejecuci¨®n de Luis XVI; a orillas del Sena, a pocos pasos de la plaza de la Concordia donde se alza la guillotina, unos hombres est¨¢n pescando, dando la espalda a aquel espect¨¢culo ¨²nico. Concentran su atenci¨®n en sus respectivos corchos, que flotaban en el r¨ªo y ni siquiera volvieron la cabeza cuando los v¨ªtores de la multitud anunciaron que acababa de consumarse el mayor acontecimiento en los anales de la historia del pa¨ªs.
Miraron hacia otro lado. ?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª? El fascismo ha sido hasta hace poco un concepto raro y obsceno en la pol¨ªtica estado?unidense. Y sin embargo, desde 2016, cuando Trump gan¨® las presidenciales, se multiplica su presencia. Ya entonces se hablaba de un ¡°Trump fascista¡±. El general John Kelly, que fue su jefe de Gabinete, dice ahora que Trump admira a Hitler, que lo copia porque simplificaba al m¨¢ximo los problemas de la Alemania de entreguerras; en su experiencia, el expresidente entra en la definici¨®n de ¡°fascista¡±. El general retirado Mark Milley, que fue jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EE UU durante el mandato del republicano, ha dicho de ¨¦ste que es ¡°fascista hasta la m¨¦dula¡±. Y James Mattis, que fue secretario de Defensa tambi¨¦n con Trump, ya declar¨® que ha sido el primer presidente que ha conocido en su vida que no ha tratado de unir a los estadounidenses, lo que compara con la estrategia nazi de ¡°dividir y conquistar¡±. Con estos precedentes no es de extra?ar que cuando preguntaron por el asunto a Kamala Harris, respondiera que s¨ª, que Trump es evidentemente un fascista.
Hay un debate acad¨¦mico sobre el asunto. El fascismo es una ideolog¨ªa cerrada y un movimiento pol¨ªtico de car¨¢cter totalitario y antidemocr¨¢tico, que ha tenido mucha m¨¢s presencia en Europa que en EE UU, donde gran parte de la poblaci¨®n ¡ªincluso la que vota a Trump¡ª manifiesta desinter¨¦s e incluso rechazo ante las ideolog¨ªas compactas. El fascismo tiene un significado preciso, con unas ideas, una est¨¦tica y un r¨¦gimen espec¨ªfico, aunque con el paso del tiempo se haya degradado y se haya utilizado en el lenguaje cotidiano como un agravio m¨¢s, que funciona muy bien.
Trump es un personaje muy peligroso, no tiene coherencia intelectual e ideol¨®gica para ser etiquetado como fascista en el sentido m¨¢s profundo del t¨¦rmino. M¨¢s bien le representa una vulgaridad con ideas ultraderechistas, que incluso banalizan el concepto hist¨®rico de fascismo. Supremacista blanco (aunque en la campa?a haya tonteado con algunas minor¨ªas para que le voten), el trato a la mujer (los insultos y el ninguneo a Kamala Harris), la calificaci¨®n a la prensa de ¡°enemigos del pueblo¡± (m¨¢s que China y Rusia), el trato inmisericorde a los inmigrantes, ausente de cualquier grado de compasi¨®n, el negacionismo del cambio clim¨¢tico, la insensibilidad ante el sufrimiento de los m¨¢s d¨¦biles, la corrupci¨®n en la forma de llevar sus negocios privados, etc¨¦tera. Seg¨²n algunos acad¨¦micos es una figura arbitraria y xen¨®foba con muy mala reputaci¨®n, pero etiquetarlo de fascista ser¨ªa otorgarle una coherencia que no posee. Pero, como dice el dicho, si grazna como un pato, camina como un pato y se comporta como un pato, entonces es seguramente un pato.
As¨ª es como el fascismo habr¨ªa llegado a EE UU, no con las botas altas militares y los brazos en alto, sino a trav¨¦s de un mercachifle que se hizo famoso en televisi¨®n, que es un multimillonario mentiroso, un eg¨®latra de libro de texto que ha sacado provecho del resentimiento, de las consecuencias de la Gran Recesi¨®n, y de las inseguridades de las clases medias y bajas.
Trump ha sido hasta ahora una anomal¨ªa pol¨ªtica. Dejar¨¢ de serlo si vuelve a ganar las elecciones el pr¨®ximo martes.
?Suerte!
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