Ece Temelkuran, analista pol¨ªtica: ¡°Tendremos l¨ªderes autoritarios como regla, no como excepci¨®n¡±
La ensayista turca, que abandon¨® su pa¨ªs para escribir con libertad, dice que la democracia est¨¢ fracasando porque en su estado actual, ¡°el vac¨ªo¡±, nadie quiere defenderla
La analista pol¨ªtica y ensayista Ece Temelkuran (Esmirna, 51 a?os) es una voz disidente turca. Las columnas que public¨® como periodista a principios de la d¨¦cada pasada, cr¨ªticas con el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, por lo que fue despedida en alguna ocasi¨®n, llegaron a ser las m¨¢s le¨ªdas en su pa¨ªs. En 2016, tras el intento se golpe de Estado, decidi¨® abandonar Turqu¨ªa para escribir con libertad. Hoy vive en Berl¨ªn, la capital alemana. Pero Temelkuran a?ora a¨²n su etapa como periodista. Se pregunta, insegura, si no habr¨ªa que viajar en estos momentos a Siria para contar algo tan hist¨®rico como lo que est¨¢ viviendo ese pa¨ªs que Turqu¨ªa tiene bajo la mira.
La ensayista cuenta que antes de publicar su libro m¨¢s conocido, C¨®mo perder un pa¨ªs: los siete pasos de la democracia a la dictadura (Anagrama, 2019), escuch¨® los recelos de sus editores y tuvo que recular. Donde pone dictadura, ella quer¨ªa escribir fascismo, pero hace tan solo cinco a?os, a muchos a¨²n les daba v¨¦rtigo un t¨¦rmino ligado al mayor de los horrores del siglo pasado. Signo de los tiempos, la cosa ha cambiado, en cierto modo, para mal. En una revisi¨®n del t¨ªtulo, la ensayista ha logrado poner lo que quer¨ªa: fascismo. No hay reparos. ¡°Hemos perdido mucho tiempo negando la llegada del fascismo, tratando de consolarnos o tranquilizarnos¡±, dice antes de participar en el ciclo Mujeres contra la impunidad, donde asisti¨® al encuentro De la democracia a la dictadura: el avance del fascismo global, en La Casa Encendida de Madrid. Sus palabras est¨¢n cargadas de iron¨ªa, a ratos de humor. Y eso que, como advierte al fot¨®grafo, no puede sonre¨ªr: ¡°Voy a hablar de fascismo¡±.
PREGUNTA. Para situarnos. Usted habla de populismo de extrema derecha y de neofascismo. ?Cu¨¢l es la diferencia?
RESPUESTA. La gente ha tenido mucho miedo de la palabra fascismo por razones ideol¨®gicas o emocionales. Ahora veo que en EE UU se utiliza. Hace cinco a?os, cuando la gente como yo hablaba sobre fascismo, me dec¨ªan que no, que era extrema derecha. El populismo de derecha o la extrema derecha no son etapas, sino herramientas para establecer el fascismo. Especialmente desde la victoria de Trump, los l¨ªderes pol¨ªticos con inclinaciones fascistas no tienen por qu¨¦ endulzar sus posturas. Es un neoliberalismo combinado con ideales fascistas, en EE UU y en Europa. Es la direcci¨®n que est¨¢ tomando la democracia liberal occidental.
P. Aun as¨ª, en Europa, en Espa?a tambi¨¦n, nos cuesta hablar de fascismo y usted lo hace. Ponga ejemplos.
R. Cuando se usa la palabra fascismo, la responsabilidad es clara, hay que hacer algo. Pero sabemos que no hay ning¨²n establishment pol¨ªtico que pueda ir contra la extrema derecha como se requiere. Esa es la raz¨®n emocional por la que no usamos la palabra. La ideol¨®gica es que existe econom¨ªa de libre mercado, capitalismo y democracia liberal. La propaganda occidental dec¨ªa que el autoritarismo solo pod¨ªa surgir del socialismo o del comunismo. Con democracia liberal y libre mercado, no deber¨ªa haber fascismo.
P. Hablar de extrema derecha ya no nos da tanto miedo, ?no?
R. Tras la elecci¨®n de Trump, creo que a nivel global estamos en el periodo de normalizaci¨®n de la extrema derecha, de los fascistas. El nuevo orden mundial tendr¨¢ l¨ªderes autoritarios como regla, no como excepci¨®n. A la clase pol¨ªtica europea le resultar¨ªa f¨¢cil excluir a [el primer ministro de Hungr¨ªa, Viktor] Orb¨¢n. Pero si eres Trump, es diferente. Los l¨ªderes europeos har¨¢n cola para darle la bienvenida. El periodo de miedo est¨¢ llegando a su fin para esta clase pol¨ªtica, no para la gente como t¨² o yo. Ya incorpora a la extrema derecha como la nueva centroderecha o fen¨®meno pol¨ªtico normal.
¡°El equilibrio de la democracia solo puede funcionar si se protege a la izquierda. Solo esta mantiene unido al centro¡±
P. Insisto, para que se entienda de qu¨¦ hablamos, ?qui¨¦n representa este fen¨®meno?
R. Trump [el l¨ªder antieurope¨ªsta], Nigel Farage, en el Reino Unido, o [la primera ministra de Italia, Giorgia] Meloni son l¨ªderes que no parecen fascistas. No hemos podido asimilar que el fascismo en los ¨²ltimos 70 a?os ha evolucionado. No ser¨¢ un r¨¦gimen autoritario que surja y mate gente, creando guernicas. Habr¨¢ confusi¨®n, demencia, teor¨ªas conspirativas, combinaciones extra?as de poder. Hay muchas representaciones teatrales, como las de Trump o Musk, pero tras bambalinas, al final, la gente se dar¨¢ cuenta de que no quedan instituciones para proteger los derechos humanos o la democracia.
P. ?C¨®mo nos enfrentamos a esto? Se prueban cordones sanitarios en Francia, Alemania y, recientemente, en Rumania, pero no parece que frene el voto.
R. El cord¨®n sanitario es interesante. Supone que la pol¨ªtica centrista es limpia. As¨ª que estamos alejando a los sucios. Pero no es verdad y se sabe. La democracia liberal y la pol¨ªtica centrista han sido corrompidas por el neoliberalismo. El capitalismo despiadado ha cancelado la principal promesa de la democracia, la igualdad. La gente no es est¨²pida. Entiende lo que est¨¢ pasando. La pol¨ªtica centrista en Europa deber¨ªa dejar de lado el miedo a la Guerra Fr¨ªa y de que el comunismo va a venir. As¨ª podr¨¢ entender que el equilibrio de la democracia solo funciona si se protege a la izquierda. Solo la izquierda puede mantener unido al centro.
P. Junto a todo esto, adem¨¢s, seg¨²n usted, la gente est¨¢ pol¨ªticamente exhausta, ?por qu¨¦?
R. ?Tiene sentido la democracia cuando no cumple su promesa de igualdad y dignidad para todos? No, es un vac¨ªo. El agotamiento proviene de que no sentimos el deseo de proteger esta forma de democracia. Por eso est¨¢ fracasando. Cuando tiene sentido, vemos a la gente salir a la calle, arriesgando a veces sus vidas y haciendo algo por el pa¨ªs. ?Qu¨¦ se puede cambiar a trav¨¦s de la democracia? Estamos exhaustos, no admitimos que fuimos derrotados. La pol¨ªtica centrista no admite la derrota. Por eso, en elecciones, votas por lo mejor de lo peor.
¡°No hay ning¨²n ¡®establishment¡¯ pol¨ªtico hoy que pueda ir contra la extrema derecha como se requiere¡±
P. Defiende que el neofascismo se nutre a trav¨¦s de la construcci¨®n del nosotros, en el que quiz¨¢ no estemos ni usted ni yo, en contra del ellos. Tengo la sensaci¨®n de que ese ellos es cada vez m¨¢s peque?o.
R. No estoy de acuerdo.
P. Eso es bueno.
R. Claro. No sabemos cu¨¢ntos somos. El neofascismo se ha apoderado de la pol¨ªtica y ha creado una decadencia moral, corrupci¨®n moral. Hay que hacer una declaraci¨®n que hable de los valores morales b¨¢sicos: ?quieres que la gente muera de hambre? Yo no. Cosas simples. Hay que recordar por qu¨¦ luch¨¢bamos, la igualdad y la dignidad.
P. Hablando de dignidad, usted vive en Berl¨ªn, desde donde sigue lo que ocurre en la franja de Gaza. ?Puede hablar con libertad?
R. No se pueden decir ciertas cosas. Uno puede creer que los humanos somos incapaces de ser bestias tan insensibles. A veces la gente realmente no siente.
P. El presidente Erdogan no es solo un referente dentro, sino tambi¨¦n fuera de Turqu¨ªa. Su papel es protagonista ahora mismo en Siria.
R. ?Sabes lo que ha dicho? Estaba dando un discurso a los universitarios. Una frase suya me hizo pensar que ten¨ªa raz¨®n: ¡°No quedan muchos l¨ªderes, solo Putin y yo¡±. No miente mucho sobre sus intenciones. Se est¨¢ haciendo m¨¢s fuerte despu¨¦s de Siria, s¨ª.
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