Todos a bordo de un taxi loco sin conductor
En el delirio que vivimos se impone algo propio de la ficci¨®n: la suspensi¨®n de la incredulidad. El espectador deja de lado su sentido com¨²n para creer lo que le est¨¢n contando, aunque sean cosas imposibles. Elige la fantas¨ªa
![Puerto Qaqortoq Groenlandia](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NERGTQ6SAZBGNJ47HTTTA43ALY.jpg?auth=81db8384c2e9195224b2a625dd37aba64f29ee35174711659f66727abee2461c&width=414)
Al levantarte por la ma?ana la vida no parece tener sentido, pero luego, con un caf¨¦, vas recuperando la confianza en que alguno debe de tener, y con otro caf¨¦, incluso con un tercero, hasta que sale Trump y dice que no descarta anexionarse Groenlandia, Canad¨¢ y el canal de Panam¨¢. Entonces vuelves al punto de partida. No s¨¦ si se hacen una idea, si estuvi¨¦ramos en Espa?a tendr¨ªamos un constructor millonario de Madrid y l¨ªder pol¨ªtico al que, tras perder las elecciones, pillan llamando al delegado de Gobierno de Sevilla exigiendo que le encuentre los votos para ganar. Luego es declarado culpable de 34 delitos de falsificaci¨®n de documentos para comprar el silencio de una actriz porno; tambi¨¦n es condenado a pagar cinco millones de d¨®lares a una periodista por difamarla y abusar de ella en un probador de unos grandes almacenes de la Gran V¨ªa, y condenado otra vez a pagarle 83,3 millones por decir que era todo mentira. Por otro lado, sus seguidores habr¨ªan asaltado el Congreso de los Diputados disfrazados de Rambo y j¨®venes castores, y ahora se plantea ocupar Portugal, Marruecos y Andorra. Quiero pensar que el ¨²nico debate que tendr¨ªamos es si mandarle a la c¨¢rcel o a un manicomio, pero aqu¨ª estamos, haciendo como que es todo normal. Ejem, ?alguien en Europa se ha planteado la posibilidad de mandar a este tipo a la porra e intentar arreglarnos sin ¨¦l, as¨ª como plan B? S¨ª, ya, es imposible, pero al menos d¨¦jenme o¨ªr como suena, como si no tuvi¨¦ramos que disimular. Me pregunto eso, hasta d¨®nde tendremos que disimular. Dado el precedente de Netanyahu si yo fuera groenland¨¦s me ir¨ªa haciendo a la idea.
Un an¨¢lisis poco consolador que se oye al respecto es que esto no va en serio, que lo dice por decir. Es la era de la tecnoderecha (definici¨®n de Elon Musk): hacer y decir lo que te d¨¦ la gana, sin control, sin ley, sin impuestos, gobernados por magnates de monopolios, y la tecnolog¨ªa se ocupar¨¢ de todo. No s¨¦ si han visto ese v¨ªdeo de un se?or atrapado en un taxi sin conductor en Estados Unidos. El coche da vueltas en c¨ªrculos, ¨¦l solito, y el hombre habla desesperado al tel¨¦fono con el servicio de atenci¨®n al cliente. Lo peor es que la operadora se comporta como un robot, no pronuncia una sola interjecci¨®n humana. No digo que suelte ¡°ahivalahostia¡±, como si fuera de Bilbao, pero al menos un ¡°Dios m¨ªo¡±, un ¡°canastos¡±. Con todo, el misterio inicial es el cliente: ?por qu¨¦ se sube?
En todo este delirio se impone algo propio de la ficci¨®n, del teatro o las pel¨ªculas: la suspensi¨®n de la incredulidad. El espectador, de forma voluntaria, deja de lado su sentido com¨²n, la noci¨®n de verdad y realidad, para creer lo que le est¨¢n contando, aunque sean cosas imposibles como un se?or que puede volar o una Navidad sin discutir. Anula el sentido cr¨ªtico para creerse lo que sea. Prefiere, elige, la fantas¨ªa, la credulidad. En esa l¨ªnea, Meta ha anunciado que deja barra libre para soltar cualquier trola. Todos nos debemos convertir en verificadores, pero por la cara, gratis, rollo asambleario, y yo de mayor no quiero ser verificador, tengo otras cosas que hacer. La palabra que define todo esto, de Trump a las redes sociales, es irresponsabilidad, gran tendencia de nuestro tiempo. La responsabilidad viene antes de hacer o decir algo, no despu¨¦s, y ahora lo dicho y hecho tampoco tiene consecuencias, simplemente se diluye en el caos. Quieren que hagamos como Blanche DuBois en Un tranv¨ªa llamado Deseo, depender de la amabilidad de los extra?os y, si lo recuerdan, esta buena mujer s¨ª que acab¨® en un manicomio.
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