La diplomacia menguante y cruel del presidente Trump
El republicano ha dado un viraje radical a los objetivos de la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos. Voces internas avisan de que estos cambios abren la puerta a que sus adversarios expandan su influencia

Estos d¨ªas, el Kremlin no puede ocultar su satisfacci¨®n. Su portavoz, Dmitri Peskov, lo proclama a los cuatro vientos: ¡°EE UU se est¨¢ alineando cada vez m¨¢s con nosotros¡±. Mientras, Washington castiga a su en teor¨ªa aliado, Ucrania, al que cancela su ayuda militar, y zahiere al presidente, Volod¨ªmir Zelenski. Otros gobiernos amigos tambi¨¦n han probado la inquina de la Administraci¨®n de Trump: esta semana impon¨ªa aranceles del 25% a los productos de Canad¨¢ y M¨¦xico, sus vecinos y socios comerciales. Y asegura que har¨¢ lo mismo contra Europa: ¡°La Uni¨®n Europea naci¨® para joder a EE UU. Ese es su objetivo, y lo ha cumplido muy bien¡±, declaraba recientemente el republicano desde su querido Despacho Oval.
Mientras arremete contra sus aliados, concede trato de favor a Mosc¨²: se plantea retirar sanciones que los dem¨®cratas impusieron durante la guerra y por primera vez ha votado en la ONU junto a su supuesto adversario una resoluci¨®n sobre Ucrania que no culpa al Kremlin del conflicto. Algo impensable previamente. En seis semanas, Trump ha obligado al portaviones que es la pol¨ªtica exterior de su pa¨ªs a virar de rumbo con la rapidez de una moto de carreras.
¡°Cuando asumi¨® el cargo en 2017, ¨¦l pensaba que EE UU hac¨ªa demasiado: luchando guerras en todas partes, gastando dinero, perdiendo vidas¡±, explica el antiguo enviado de Trump para Ucrania, Kurt Volker. ¡°Su lema ¡®EE UU Primero¡¯ significaba retirarse de todo eso. Ahora vuelve tras cuatro a?os de un presidente Biden al que consideraba el colmo de la debilidad. Hoy su percepci¨®n es muy distinta. Es m¨¢s de paz mediante la fuerza, y es lo que hace. Una fuerza que no es necesariamente militar. Puede ejercerse con aranceles, sanciones o energ¨ªa¡±.
Si en su primer mandato Trump, el advenedizo, se rode¨® de figuras del establishment que bloquearon en m¨¢s de una ocasi¨®n sus iniciativas, y tuvo que someterse al control de un Congreso esc¨¦ptico, ahora tiene barra libre para actuar como quiera. Domina el Partido Republicano, con mayor¨ªa en ambas c¨¢maras; el Supremo le ha concedido inmunidad; para su equipo de asesores ha primado m¨¢s la lealtad que la competencia, y tiene todo el dinero que le haga falta, gracias al respaldo incondicional ¡ªpor ahora¡ª del hombre m¨¢s rico del mundo, el oligarca tecnol¨®gico Elon Musk. As¨ª, amenaza con tomar Groenlandia y Panam¨¢, promete crear un Benidorm en Gaza y se burla de pa¨ªses africanos cuyo nombre desconoce.
Para Trump, su inter¨¦s primordial es la pol¨ªtica interna. Lo que ocurra allende los mares le importa en la medida en que pueda afectar ¡ªo recibir alg¨²n r¨¦dito¡ª a EE UU, o a su Administraci¨®n. De ah¨ª la retirada de instituciones como la OMS, donde considera excesiva la aportaci¨®n estadounidense, o la presi¨®n a los aliados para unas relaciones mucho m¨¢s lucrativas para Washington.
Seg¨²n Dale Copeland, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de Virginia, ¡°mucho de lo que est¨¢ haciendo internacionalmente se puede ver a trav¨¦s del prisma de la pol¨ªtica interna. Tiene determinadas prioridades internas, y para ¨¦l conseguirlas requiere reducir la huella estadounidense en el resto del mundo¡±. Reducir la huella, y el zapato que la crea. El Departamento de Estado ha recibido ¨®rdenes de recortar su personal, mientras ve mermada su capacidad de influencia. Las decisiones sobre pol¨ªtica internacional se toman en la Casa Blanca, donde se encargan un pu?ado de enviados especiales ¡ªRichard Grenell para asuntos variados, incluida Venezuela, y Steve Witkoff para Rusia y Oriente Pr¨®ximo, entre otros¡ª y los cargos en el Consejo de Seguridad Nacional, encabezado por Michael Waltz. El secretario de Estado, Marco Rubio, parece quedar reducido en ocasionesa a jefe de Recursos Humanos de su departamento y portavoz de la diplomacia trumpista. Ya es carne de numerosos memes, entre otros por su silencio en la bronca de Trump y su vicepresidente, J.D. Vance, al presidente ucranio Volod¨ªmir Zelenski en el Despacho Oval.
Para el presidente, el Departamento de Estado es parte integral de lo que llama el ¡°Estado Profundo¡±, la burocracia y el poder establecido de simpat¨ªas dem¨®cratas que se rebelan y bloquean sus planes. En el primer mandato de Trump, su secretario de Estado inaugural, Rex Tillerson, tambi¨¦n dej¨® numerosas vacantes sin cubrir y fue una figura aislada, sin gran poder de decisi¨®n. Pero ahora tambi¨¦n se plantea algo impensable antes: despedir personal en el exterior y cerrar consulados, incluso embajadas, en pa¨ªses no prioritarios. Algo que los expertos advierten que dejar¨¢ la puerta abierta a un aumento de la influencia de China.
Entre los afectados puede haber pa¨ªses europeos. La alianza transatl¨¢ntica ha sido durante 80 a?os la base de la pol¨ªtica exterior estadounidense y un pilar del orden internacional. Pero Trump, como dejaba claro en sus comentarios sobre la UE, no se f¨ªa gran cosa de esta, algo que comparte con sus seguidores. Para estos, el bloque ¡ªsalvo la Hungr¨ªa de Orb¨¢n o quiz¨¢ la Italia de Meloni¡ª es un conjunto de gobiernos de izquierdas muy woke, dispuestos a desmembrar a golpe de regulaci¨®n cualquier intento de innovaci¨®n o de negocio. ¡°Trump no cree que la UE sea algo real¡±, se?ala Volker.
El desd¨¦n es especialmente evidente en los nombramientos de embajadores: al frente de legaciones europeas ha puesto a personalidades sin m¨¢s idoneidad que ser amigos personales, compa?eros de negocios o de golf o parte de su c¨ªrculo familiar: para Grecia ha nombrado como embajadora a la exnovia de su hijo Eric. Para Asia ¡ªsu prioridad¡ª ha elegido representantes especialistas de prestigio y con amplia experiencia.
La renuncia a esa influencia en el exterior se se?alaba en los primeros d¨ªas de su segundo mandato, cuando Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) ordenaban el cierre casi total de la agencia de ayuda al desarrollo estadounidense (Usaid), la mayor del mundo, y el despido de la gran mayor¨ªa de sus funcionarios. En 2023, Usaid desembols¨® cerca de 72.000 millones de d¨®lares en asistencia en todo el mundo, para la lucha contra el sida, el acceso al agua potable, la lucha contra el tr¨¢fico de personas o contra la corrupci¨®n. Ahora, la Administraci¨®n ha decidido una reducci¨®n del 92% de sus proyectos y un recorte de 54.000 millones de d¨®lares. El cambio ha suscitado las en¨¦rgicas protestas de los diplom¨¢ticos de carrera, que advierten que la retirada de EE UU a dentro de sus fronteras dejar¨¢ un espacio abierto a la influencia de sus rivales.
M¨¢s de 700 miembros del Servicio Exterior han suscrito una carta en la que advierten que la decisi¨®n de congelar y cancelar los contratos de ayuda exterior ¡°sin ninguna revisi¨®n cuidadosa pone en peligro nuestras alianzas con socios clave, socava la confianza y crea espacio para que los adversarios expandan su influencia¡±. La misiva, a la que ha tenido acceso la agencia Reuters, se transmitir¨¢ a Rubio por el correo interno conocido como ¡°canal de la disensi¨®n¡±, donde los funcionarios pueden argumentar de modo an¨®nimo su desacuerdo con pol¨ªticas oficiales. ¡°La ayuda exterior no es una limosna. Es una herramienta estrat¨¦gica que estabiliza regiones, previene conflictos y promueve los intereses de EE UU¡±, sostienen.
De momento se han apuntado un tanto. El Tribunal Supremo decid¨ªa el mi¨¦rcoles no permitir al Gobierno que deje de pagar a organizaciones de ayuda externa por contratos oficiales ya cumplidos. Pero Trump no va a cejar en sus prop¨®sitos. En su discurso de esta semana ante ambas c¨¢maras del Congreso lo dejaba claro: ¡°Esto es solo el principio¡±.
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