Un informe de EE UU resta cualquier valor a los 'soplos' de desertores iraqu¨ªes
Cient¨ªficos iraqu¨ªes aseguran que las armas fueron destruidas tras la guerra del Golfo
Ni eran quienes dec¨ªan ser ni lo que contaban ten¨ªa demasiada importancia. Esas son las principales conclusiones de un informe elaborado por la Inteligencia militar estadounidense sobre los soplos de supuestos altos cargos desertores del r¨¦gimen iraqu¨ª que contactaron con Washington a trav¨¦s del Congreso Nacional Iraqu¨ª (CNI) de Ahmad Chalabi. Seg¨²n este informe los chivatos exageraron sus credenciales y s¨®lo un tercio de la informaci¨®n que aportaron era potencialmente ¨²til.
Seg¨²n informa el diario The New York Times, las entrevistas con al menos media docena de desertores se llevaron a cabo entre finales de 2002 y principios de 2003 en varias capitales europeas y en una base de la ciudad iraqu¨ª de Erbil (norte). El despliegue supuso un gasto de cerca de 1 mill¨®n de d¨®lares (870.000 euros) procedentes de los fondos estadounidenses entregados al exilio iraqu¨ª en virtud del Acta de Liberaci¨®n de Irak de 1998.
Tampoco se sac¨® demasiado partido a la "informaci¨®n potencialmente ¨²til". Seg¨²n se reconoce en el informe los esfuerzos llevados a cabo para seguir las pistas proporcionadas "generalmente fracasaron a la hora de obtener resultados ¨²tiles", sobre todo las relativas a los arsenales de armas no convencionales. Chalabi se defendi¨® de las acusaciones con los argumentos de que el CNI actu¨® s¨®lo de intermediario con tres desertores y que en su momento la inteligencia estadounidense dio por cre¨ªbles las informaciones proporcionadas por dos de ellos. Por el momento los analistas que han elaborado el informe no se han pronunciado sobre si los desertores proporcionaron informaci¨®n falsa a sabiendas de que lo era.
Una mentira disuasoria
Este informe sale a la luz poco despu¨¦s de que la revista Time revelara, en un extenso art¨ªculo que resume tres meses meses de entrevistas a cient¨ªficos de la Comisi¨®n de Industrializaci¨®n Militar (CMI), que el r¨¦gimen de Husein puso fin a sus programas de armas de destrucci¨®n masiva tras la derrota en la Guerra del Golfo y que algunos cient¨ªficos o laboratorios simulaban tener programas de armas para asegurar la continuidad de la financiaci¨®n gubernamental. Lo que ninguno de los entrevistados puede explicar en ese reportaje son los motivos por los que Sadam no demostr¨® que hab¨ªa puesto fin a sus arsenales.
Para esta publicaci¨®n, las razones est¨¢n, tal vez, en que el dictador iraqu¨ª quer¨ªa disuadir a EE UU y a pa¨ªses vecinos de Irak de lanzar un ataque preventivo. La ocultaci¨®n de datos y trabas impuestas a los inspectores de la ONU estuvieron motivadas, seg¨²n los testimonios, en que Bagdad no quer¨ªa que se conociera que sus cient¨ªficos trabajaban s¨®lo en programas de armas convencionales de alta tecnolog¨ªa.
Tambi¨¦n se apunta que los programas nucleares no fueron reanudados tras la Guerra del Golfo porque EE UU destruy¨® la infraestructura precisa para su desarrollo. Varios ex mandos militares iraqu¨ªes, entre ellos miembros de la Guardia Republicana o de la Organizaci¨®n Especial de Seguridad, insisten en que el pa¨ªs no ten¨ªa armas qu¨ªmicas o biol¨®gicas cuando George W. Bush orden¨® la guerra contra Irak. "Si las hubi¨¦ramos tenido, las habr¨ªamos usado, especialmente en la batalla por el aeropuerto" de Bagdad.
Jordania formar¨¢ a 30.000 militares y polic¨ªas iraqu¨ªes
El rey Abdal¨¢ II de Jordania ha anunciado el lunes que su pa¨ªs entrenar¨¢ a 30.000 polic¨ªas y soldados iraqu¨ªes. "Env¨ªar tropas a Irak no es una buena idea, y no lo es justo por los iraqu¨ªes", ha asegurado el soberano hachem¨ª en una entrevista con la agencia AFP. Se espera la pr¨®xima llegada de un primer contingente con 3.000 reclutas.
Abdal¨¢ ha precisado que los soldados recibir¨¢n entrenamiento durante ocho semanas en grupos de 1.500. Tambi¨¦n se formar¨¢n instructores, en grupos de cien.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.