Detenido en Barajas el yugoslavo Veselin Vukotic, testigo de cargo clave en el juicio a Milosevic
Es el presunto autor del asesinato del responsable del Comit¨¦ de Derechos del Hombre en la ex Yugoslavia, as¨ª como de otros dos homicidios cometidos en discotecas
La polic¨ªa ha arrestado en el aeropuerto de Barajas (Madrid) a Veselin Vukotic, presunto asesino del responsable del Comit¨¦ de Derechos del Hombre en la antigua Yugoslavia en 1990, Enver Hadri. En el momento de su muerte, Hadri portaba documentos que podr¨ªan implicar a Slobodan Milosevic en un importante n¨²mero de asesinatos, por lo que Vukotic se convierte en un testigo de cargo clave en el juicio que se sigue en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) contra el ex presidente yugoslavo.
Seg¨²n ha informado la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa en un comunicado, el asesinato del yugoslavo de origen alban¨¦s Enver Hadri se produjo el 25 de febrero de 1990 en Bruselas y fue cometido por tres individuos que, a bordo de un veh¨ªculo situado en un sem¨¢foro junto al coche de la v¨ªctima, dispararon a la cabeza de Hadri empleando un arma con silenciador. De acuerdo con las diversas informaciones de los servicios policiales, en el momento de su muerte Hadri portaba documentos que podr¨ªan implicar a Slobodan Milosevic en un gran n¨²mero de asesinatos, que algunas fuentes de la polic¨ªa no contrastadas cifran en unos 34, "por lo que la detenci¨®n de Vukotic se convierte en una prueba esencial de cargo contra Milosevic", se?ala el comunicado. Los autores del asesinato de Hadri fueron identificados como Andrija L., Darko A. y Veselin V.; los dos primeros fueron asesinados en marzo de 1990 y septiembre de 1995, respectivamente.
Al parecer, seg¨²n la nota de la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, con sede en La Haya (Holanda), confirm¨® esas informaciones y declar¨® que Veselin Vukotic se podr¨ªa hallar en Barcelona, mostrando un gran inter¨¦s por la detenci¨®n del mismo. Los investigadores de la polic¨ªa espa?ola pudieron comprobar que la compa?era sentimental del buscado, Lidija V., resid¨ªa en Barcelona, en la calle Manuel Girona, junto a sus dos hijas, sin que figurara dato alguno sobre el paradero del reclamado.
Dos asesinatos en discotecas
Vukotic, nacido en Montenegro (Yugoslavia) hace 47 a?os, est¨¢ reclamado adem¨¢s por otros dos asesinatos cometidos en dos discotecas yugoslavas. El 24 de marzo de 1990, tras una breve disputa en la discoteca Nana, dispar¨® con un arma de fuego contra Andrija L., produci¨¦ndole heridas que le causaron la muerte. En este tiroteo, otras dos personas resultaron gravemente heridas. El detenido es tambi¨¦n sospechoso de haber asesinado el 16 de noviembre de 1997, en la discoteca Fles de Prcanj, en Montenegro, al llamado Dusko B., y del intento de asesinato de Vlado Pavicevic, quien sufri¨® heridas graves.
La captura de Vukotic se produce tras diecis¨¦is a?os de fuga, en los que ha estado utilizando numerosas identidades falsas que le han permitido pasar desapercibido para la mayor¨ªa de los servicios policiales de los distintos pa¨ªses europeos e hispanoamericanos que ha visitado, desconoci¨¦ndose por el momento las fuentes de financiaci¨®n que le han permitido gozar de una vida de "alto nivel", seg¨²n la polic¨ªa, ya que se hospedaba en hoteles lujosos y viajaba frecuentemente.
Detenido a su llegada de Par¨ªs
Su detenci¨®n se ha llevado a cabo en la terminal 4 del aerpuerto madrile?o de Barajas, a su llegada de un vuelo procedente de Par¨ªs, lugar en el que hab¨ªa pasado unos d¨ªas acompa?ado de su esposa e hijas. Sobre ¨¦l pesaban dos ¨®rdenes de detenci¨®n: una Orden Europea de Detenci¨®n y Entrega (OEDE) dictada por las autoridades judiciales de B¨¦lgica, por el asesinato de Enver Hadri, y otra orden internacional para su extradici¨®n, emitida por la Rep¨²blica Federal de Yugoslavia.
En el momento de producirse el arresto, el fugitivo se ha identificado con un pasaporte y un permiso de conducir croatas, a nombre de Ludvig BULIC, que a pesar de tratarse de una excelente falsificaci¨®n, no ha enga?ado a los investigadores que le estaban siguiendo la pista y esperaban su llegada v¨ªa a¨¦rea a Madrid.
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