Miles de oaxaque?os exigen el cese de las detenciones y la represi¨®n
Algunos dirigentes de la APPO encabezan una multitudinaria manifestaci¨®n
Miles de oaxaque?os salieron ayer a la calle para exigir la retirada de la Polic¨ªa Federal y la libertad de los dos centenares de detenidos en las ¨²ltimas semanas en este Estado mexicano. La multitudinaria marcha signific¨® la reaparici¨®n de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), la organizaci¨®n que ha encabezado la revuelta de los ¨²ltimos seis meses y que hoy est¨¢ en desbandada. Algunos dirigentes apistas se dejaron ver en la marcha despu¨¦s de semanas de permanecer ocultos.
La mayor¨ªa tiene orden de busca y captura y est¨¢ en el punto de mira de las fuerzas federales desplegadas en Oaxaca desde el pasado 28 de octubre. Otros, como Flavio Sosa, la cara m¨¢s conocida de la APPO, est¨¢n presos en c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad acusados de sedici¨®n, conspiraci¨®n, da?os por incendio y robo.
Destacados l¨ªderes del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), de izquierda, con el presidente Leonel Cota a la cabeza, estuvieron en las primeras filas de la manifestaci¨®n para respaldar la lucha de los oaxaque?os, que exigen la salida del gobernador Ulises Ruiz. No viaj¨® a Oaxaca el candidato presidencial del PRD, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que estos d¨ªas recorre M¨¦xico en calidad de “presidente leg¨ªtimo” autoproclamado ante sus seguidores.
Los organizadores fueron especialmente escrupulosos en su esfuerzo por lograr que la marcha discurriera ordenadamente. Los manifestantes avanzaron perfectamente alineados y acordonados para evitar desmanes y provocaciones de grupos incontrolados, como los que protagonizaron los graves incidentes del pasado 25 de noviembre. Familiares de detenidos, maestros, universitarios, militantes de organizaciones sindicales y campesinos recorrieron un largo trayecto desde uno de los accesos de la ciudad hasta una plaza c¨¦ntrica. El gobernador de Oaxaca fue blanco de todo tipo de consignas, unas en tono abiertamente insultante y otras m¨¢s jocosas. “Ya cay¨®, ya cay¨®, Ulises ya cay¨®”, fue el estribillo m¨¢s coreado.
Muchos oaxaque?os se sacudieron el miedo de las ¨²ltimas semanas, a ra¨ªz de la persecuci¨®n desatada por la Polic¨ªa Federal contra la APPO, y se sumaron a la manifestaci¨®n en un d¨ªa soleado para gritar con fuerza que la organizaci¨®n que encabez¨® la revuelta iniciada en junio pasado no est¨¢ muerta, en contra de lo que proclaman las autoridades oaxaque?as. “La APPO somos todos”, clamaban mujeres y hombres de toda edad y condici¨®n. Y a?ad¨ªan: “Si Ulises no se va, la paz no llegar¨¢”. Apenas hubo se?ales de descontrol a lo largo de toda la marcha, salvo algunos j¨®venes que pintaban con aerosoles consignas contra el gobernador en las paredes. Ni encapuchados, ni armas caseras, ni actitudes agresivas, a diferencia de anteriores movilizaciones callejeras.
El panorama ha cambiado radicalmente en la ciudad colonial desde los violentos enfrentamientos del 25 de noviembre, en los que fueron incendiados edificios oficiales y veh¨ªculos, mientras polic¨ªas y grupos de radicales libraban una batalla campal en las calles del centro hist¨®rico. Aquella jornada marc¨® un punto de inflexi¨®n en el conflicto oaxaque?o y dio paso a una ofensiva policial. Empezaron las redadas de militantes y simpatizantes de la APPO y entraron en acci¨®n grupos paramilitares sin identificar, que amedrentaban a la poblaci¨®n.
La mano dura permiti¨® pacificar Oaxaca, pero el miedo se adue?¨® de las calles. Jessica S¨¢nchez Maya, secretaria t¨¦cnica de la Liga Mexicana de Defensa de Derechos Humanos de Oaxaca, asegura que hay 215 personas detenidas, de las que 138 est¨¢n presas en el penal de mediana seguridad de Nayarit. 34 de estos reclusos son mujeres y cinco, menores de edad. Unas 40 personas est¨¢n en paradero desconocido.
Las brigadas municipales de limpieza, custodiadas por los federales, retiraron las barricadas que durante meses dificultaron el tr¨¢nsito en distintos puntos de la ciudad, y taparon las numerosas pintadas contra el gobernador Ulises Ruiz. La polic¨ªa enviada por el Gobierno federal desaloj¨® las plazas p¨²blicas donde la APPO hab¨ªa instalado plantones (campamentos permanentes), recuper¨® las dependencias oficiales “tomadas” o “clausuradas” por los revoltosos, y los maestros y estudiantes volvieron a clase despu¨¦s de una huelga que parec¨ªa interminable.
El bullicio ha vuelto a Oaxaca. Restaurantes, bares y comercios recuperan poco a poco la clientela, el tr¨¢fico colapsa de nuevo las calles, y las autoridades se esfuerzan en lograr que la normalidad sea m¨¢s que una apariencia. La emblem¨¢tica plaza del Z¨®calo, en el coraz¨®n de la ciudad, fue campamento de la APPO, primero, y de la Polic¨ªa Federal, despu¨¦s. Estos d¨ªas de v¨ªsperas navide?as, la presencia de los uniformados convive con los ¨¢rboles decorados y las plantas de hojas verdes y rojas conocidas como nochebuena.
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