Chalchuapa, territorio del miedo
Los habitantes de la ciudad salvadore?a sufren por igual la violencia de pandilleros y de grupos que exterminan delincuentes
Al occidente de El Salvador, exactamente a 78 kil¨®metros de la capital, San Salvador, se encuentra la ciudad de Chalchuapa, con algo m¨¢s de 66.000 habitantes, que en los ¨²ltimos d¨ªas viven presas del miedo a causa de las pandillas, llamadas maras, y de supuestos grupos de exterminio o escuadrones de la muerte, que han decidido poner "orden y hacer su propia justicia" ante la incapacidad de las autoridades para detener el auge de la delincuencia, que ya ha convertido a esta naci¨®n en la m¨¢s peligrosa de Latinoam¨¦rica.
Chalchuapa fue una ciudad esplendorosa por su rica producci¨®n cafetalera, una actividad que ahora ha entrado en crisis, motivo por el cual las tasas de desempleo son tan atroces que provocan migraci¨®n y delincuencia, seg¨²n el alcalde de la ciudad, Mario Ramos. "Sin embargo, la ciudad conserva su ¨ªmpetu gracias al turismo; hay que tomar en cuenta que aqu¨ª se encuentran las ruinas ind¨ªgenas de El Tazumal, una iglesia colonial de m¨¢s de 250 a?os de antig¨¹edad y la zona de Casa Blanca, donde se construy¨® una de las primeras plantas de fabricaci¨®n del a?il, un tinte natural para el algod¨®n", explica Ramos.
Ahora, sin embargo, en la ciudad "hay preocupaci¨®n, miedo e incertidumbre", denuncia el edil. El motivo es el siguiente: desde el pasado 18 de agosto han aparecido panfletos an¨®nimos firmados con las siglas EL —podr¨ªan corresponder a Escuadr¨®n de Limpieza, seg¨²n coinciden las autoridades y la poblaci¨®n de Chalchuapa— en los que se advierte: "Por su propio bienestar, les aconsejamos no andar en las calles a partir de las 10 de la noche, ya que estaremos iniciando una campa?a de limpieza de tantos maleantes que andan quit¨¢ndonos la tranquilidad".
Tanto el alcalde como el vicario de la parroquia de Santiago Ap¨®stol, Francisco Ba?os, aseguran que el toque de queda impuesto por ese grupo, cuyos miembros dicen estar "mejor equipados" que la propia polic¨ªa de la zona, se ha estado cumpliendo puntualmente cada noche. "No hay un alma en las calles; la gente cierra sus negocios y se encierra en sus casas", aseguran.
La empleada de una helader¨ªa confirm¨® a EL PA?S que sus jefes le han ordenado no arriesgarse y cerrar a las 7 de la noche. "Igual tengo que cerrar porque tengo miedo, no me arriesgo por nada; si no son las maras, son esos escuadrones los que te pueden confundir y te matan", acot¨®. Los comerciantes, que en ¨¦pocas normales cierran sus negocios entre las 9 y las 11 de la noche, ya est¨¢n sintiendo los efectos negativos en sus comercios. "Lo peor de todo es que despu¨¦s ya los turistas locales y extranjeros se quedar¨¢n con miedo y no querr¨¢n venir a Chalchuapa", se queja a su vez la joven Yamileth Soto, de 23 a?os y vendedora de golosinas.
El subinspector de la Polic¨ªa Nacional Civil (PNC) Jos¨¦ Rivas Garc¨ªa, de 47 a?os de edad, confirm¨® que su unidad, con 130 agentes y un refuerzo recibido de 20 efectivos m¨¢s de la filial de Santa Ana, est¨¢ "en emergencia". Reconoce que la actividad criminal se ha incrementado. Por ejemplo, los homicidios: en julio fueron 10; en agosto, 17. "No obstante, nuestro registro nos indica que la mayor¨ªa de los homicidios tiene que ver con enfrentamientos entre las maras M-18 y la Salvatrucha MS-13. Es por su modo de operaci¨®n: los testigos han visto que los delincuentes son atacantes con armas de fuego y que se desplazan en bicicletas... Los grupos de exterminio no act¨²an en bicicleta", apunta Rivas, aunque a?ade que se est¨¢ investigando la procedencia de los panfletos.
Con todo, las cifras de los asesinados facilitadas por la polic¨ªa y la alcald¨ªa, que tiene que emitir actas de defunci¨®n, no cuadran. La municipalidad asevera que los homicidios en agosto fueron al menos 50 en Chalchuapa y sus alrededores. "Nosotros creemos que esta situaci¨®n se ha salido de las manos de las autoridades. La percepci¨®n de la mayor¨ªa es que los homicidios no son enfrentamientos entre los mareros, al menos no los ¨²ltimos", dijo el alcalde Ramos, quien narr¨® c¨®mo incluso "un joven, quiz¨¢s sospechoso de ser pandillero, fue perseguido a plena luz del d¨ªa hasta que fue asesinado debajo de una cama por individuos fuertemente armados; al siguiente d¨ªa, quisieron asesinar a su padre, pero los tiros le cayeron a un ni?o de siete a?os de edad".
Supuestos pandilleros de la M-18, la mara que supuestamente domina en la zona, grabaron recientemente un v¨ªdeo que se ha transmitido en canales locales de televisi¨®n. En la cinta, cuatro enmascarados exigen a las autoridades detener la matanza. La exigencia fue dirigida a la polic¨ªa y a la Procuradur¨ªa para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) de El Salvador.
Por su parte, el presidente de El Salvador, El¨ªas Antonio Saca, ha negado la existencia de "grupos de exterminio" en Chalchuapa. "?sos son intentos de gente que quiere desestabilizar a El Salvador", dijo. No obstante, el domingo pasado cinco polic¨ªas investigadores fueron enviados a la c¨¢rcel despu¨¦s que un tribunal de justicia considerara que existen indicios suficientes para que sean procesados bajo la acusaci¨®n de pertenecer a grupos de exterminio en la regi¨®n oriental de El Salvador (en el extremo opuesto a Chalchuapa), donde supuestamente han asesinado a unos 30 pandilleros y extorsionistas por encargo de empresarios subyugados por el chantaje de las maras.
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