Las amistades peligrosas del obispo
El prelado logro?¨¦s ?ngel Sancasimiro, que ejerce en Costa Rica, intercedi¨® a favor de un espa?ol acusado de estafa
Pocos meses bastaron para que el obispo de origen espa?ol ?ngel Sancasimiro trabara en Costa Rica una estrecha amistad con el adinerado navarro Pedro Urrutia, intercediera por ¨¦l para completar los tr¨¢mites de la residencia, le diera confianza para que le extendiera un poder general¨ªsimo y, como si el espa?ol necesitara dinero, le prestara 165.000 d¨®lares, una cantidad que constitu¨ªa, al parecer, "los ahorros de su vida". El problema es que Urrutia fue detenido en la zona norte de Costa Rica: la justicia espa?ola lo acusa de haber estafado y blanqueado 18 millones de euros a socios del consorcio vasco Indaux.
Sancasimiro, un carism¨¢tico y activo religioso oriundo de Logro?o y afincado en Costa Rica desde 1966, se convirti¨® la semana pasada en el protagonista local de una novela polic¨ªaca alrededor de la figura de Urrutia, un ostentoso europeo de 71 a?os que hace un a?o lleg¨® al municipio de San Carlos (norte) con la idea de "vivir tranquilo".
El prelado ahora dirige la di¨®cesis de Alajuela (centro), pero fue en la zona norte donde conoci¨® al hombre que la polic¨ªa espa?ola califica como un h¨¢bil delincuente "de cuello blanco". Los dos espa?oles compartieron fiestas, almuerzos e intereses ben¨¦ficos en medio del pomposo ambiente que siempre rode¨® al navarro, quien espera hospitalizado la orden de extradici¨®n. Problemas card¨ªacos lo obligaron a ingresar en un hospital de San Jos¨¦, donde la polic¨ªa lo custodia.
Cinco juzgados de Espa?a emitieron ¨®rdenes de arresto contra Urrutia , a quien le atribuyen haberse asociado con un directivo de Indaux (Guip¨²zcoa) para desviar los 18 millones de euros a diferentes cuentas bancarias entre 2003 y 2007. Recibi¨® dos condenas en Barcelona, pero logr¨® presentar un expediente limpio ante las autoridades migratorias costarricenses para pedir el estatus de residente. Ese documento ayud¨® quiz¨¢ tanto como la recomendaci¨®n del obispo de 65 a?os, entonces tesorero de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, cuyo abogado tambi¨¦n da servicio al fugitivo espa?ol.
Despu¨¦s result¨® ser amigo de Urrutia, pero la relaci¨®n parece cada vez m¨¢s estrecha. El navarro extendi¨® en octubre un poder para que el prelado hiciera lo que le viniera en gana con los bienes y el dinero, en caso de fallecimiento por la enfermedad card¨ªaca que padece. "Yo no sab¨ªa nada de su vida. Ahora, ni aunque me dieran todo el oro del mundo lo aceptar¨ªa", declar¨® Sancasimiro al peri¨®dico Al D¨ªa. Otro poder igual extendi¨® el pr¨®fugo a su hija, Ainoa, en representaci¨®n de la firma Tropic Fresh, SA, la empresa instituida por Urrutia.
Pero faltaba m¨¢s. El pasado domingo, el peri¨®dico Al D¨ªa public¨® hechos que demuestran el grado de confianza: Sancasimiro prest¨® a Urrutia 165.000 d¨®lares para que pagara el combustible de una estaci¨®n gasolinera reci¨¦n comprada. "?l se gan¨® mi confianza y me fi¨¦ perfectamente; por eso no escatim¨¦ en prestarle todo lo que hab¨ªa ahorrado", arguy¨® el religioso.
La opini¨®n p¨²blica se pregunta ahora c¨®mo un obispo pudo ahorrar 165.000 d¨®lares y, m¨¢s a¨²n, c¨®mo los prest¨® tan f¨¢cilmente a un inversor capaz de regalar a su novia, de 24 a?os, un autom¨®vil Mercedes Benz de 70.000 d¨®lares y de invertir 1,5 millones de d¨®lares en valores en el estatal Banco de Costa Rica. Las autoridades locales estiman que los negocios de Urrutia en Costa Rica superan los 4,7 millones, a pesar de que la ¨²nica transacci¨®n con la que se le vincula se cifra en 760.000 d¨®lares, transferidos a la cuenta de un costarricense en otro banco p¨²blico, el Nacional, seg¨²n las numerosas informaciones aparecidas en los peri¨®dicos locales.
Sancasimiro est¨¢ acostumbrado a la exposici¨®n p¨²blica por ser, entre siete miembros de la Conferencia Episcopal, uno de los m¨¢s dispuestos a hablar sin pelos en la lengua, pero tambi¨¦n por su vocaci¨®n m¨¢s social y popular. Se le recuerda incluso porque en los a?os ochenta intent¨® vincular a un conocido futbolista costarricense con el club riojano Logro?¨¦s, como muestra de su afici¨®n por el f¨²tbol. Otras veces ha debido poner la cara para defender a la Iglesia en investigaciones financieras. Pero ahora, las circunstancias lo han colocado s¨®lo a ¨¦l, ?ngel Sancasimiro Fern¨¢ndez, en aprietos.
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