"El peligro est¨¢ en Pakist¨¢n"
"Afganist¨¢n y Pakist¨¢n son parte del mismo problema. Y lo m¨¢s importante ahora es apoyar a Pakist¨¢n. Ah¨ª est¨¢ el peligro". Sir Lawrence Freedman, vicerrector del King's College de Londres, catedr¨¢tico de Estudios de Guerra y uno de los principales expertos brit¨¢nicos en seguridad, cree que Pakist¨¢n es el eslab¨®n d¨¦bil en el polvor¨ªn centro asi¨¢tico. En Madrid, donde ha participado en una conferencia sobre radicalismo isl¨¢mico organizada por la Fundaci¨®n para las Relaciones Internacionales y el Di¨¢logo Exterior (FRIDE) y la Universidad de Warwick, el acad¨¦mico asegura que la noci¨®n de "guerra contra el terrorismo" ha quedado desfasada en un escenario en el que Al Qaeda ha fracasado en su objetivo de convertirse en un actor global.
Cre¨ªamos hasta ahora que Pakist¨¢n era parte del problema afgano, pero estamos viendo que Afganist¨¢n es parte del problema de Pakist¨¢n
Pregunta. ?Qu¨¦ ocurre con la "guerra contra el terrorismo" tras la salida de George Bush?
Respuesta. Ese t¨¦rmino se us¨® inmediatamente despu¨¦s de los atentados del 11-S y desde el principio fue problem¨¢tico. ?Era realmente una guerra? ?Contra qui¨¦n? Hab¨ªa objetivos claros en Afganist¨¢n, pero tambi¨¦n trat¨¢bamos con movimientos pol¨ªticos. Pero adem¨¢s, el problema es ligeramente distinto de lo que pens¨¢bamos hace siete a?os. La propia Al Qaeda ha mostrado sus limitaciones. Est¨¢ dispersa, ha perdido potencial para llevar a cabo campa?as efectivas. Obviamente, a¨²n hay riesgo de terrorismo, incluso de acciones catastr¨®ficas, pero no es ¨²til pensar como si estuvi¨¦ramos ante la continuidad de lo que comenz¨® en septiembre de 2001.
P. Algunos expertos dicen que Al Qaeda est¨¢ adaptando su estrategia y diversificando sus operaciones.
R. Tiene que diversificar sus operaciones porque fueron expulsados de Afganist¨¢n. La paradoja es que los grupos como Al Qaeda, que se ha presentado como una suerte de insurgencia global, con un objetivo global y con una direcci¨®n central fuerte, solo tienen posibilidades de ¨¦xito all¨ª donde tienen poderosas ra¨ªces locales y pueden responder a circunstancias y a agravios particulares. Pero cada vez que han tenido la oportunidad, sobre todo en Irak y en Indonesia, han fracasado. La campa?a en Arabia Saud¨ª fue aplastada. Al Qaeda no ha logrado lo que pretend¨ªa. Queda es un movimiento todav¨ªa bastante fuerte, pero sin una direcci¨®n pol¨ªtica. Si algo sale mal, a nadie se le ocurre llamar a Osama Bin Laden para pedirle consejo.
P. ?Bin Laden sigue siendo importante?
R. No lo creo. Se ha convertido en una figura marginal. Es muy interesante que no hicieran nada durante la reciente guerra de Gaza, que indign¨® al mundo musulm¨¢n. Pero no tienen la capacidad de responder. Ah¨ª es donde est¨¢n mucho m¨¢s d¨¦biles. Con esto no quiero decir que tengamos que ser complacientes, sino que tenemos que repensar c¨®mo miramos a los violentos.
P. ?Y cu¨¢l debe ser el enfoque?
R. Hay que entender que los terroristas son parte de un movimiento pol¨ªtico. La gente se enrola en esto por venganza, por agravios, por alienaci¨®n, etc... Por ello, en Europa se est¨¢ poniendo el foco en el proceso de radicalizaci¨®n. Mucho del trabajo que se hace ahora se centra en c¨®mo impedir que la gente pase del discurso pol¨ªtico a la acci¨®n extremista. Eso plantea problemas tambi¨¦n, porque al permitirles que expresen sus agravios, puedes encontrarte ante grupos que esgrimen posiciones pol¨ªticas o sociales inaceptables: hom¨®fobas, contra los derechos de la mujer, etc. No es f¨¢cil, pero es mucho mejor retar a esos grupos a nivel pol¨ªtico, buscar v¨ªas para implicar a la comunidad, y tambi¨¦n a los j¨®venes.
P. Recientemente el Gobierno brit¨¢nico impidi¨® la entrada en el pa¨ªs al diputado holand¨¦s Geert Wilders. El Home Office dijo que rechazaba "toda clase de extremismo". Comparar un parlamentario que critica duramente el islam con aquellos que alientan el terrorismo no parece aquilatado.
R. No. Yo no estuve de acuerdo con esa decisi¨®n y no quiero a defenderla. Wilders habla, obviamente, en t¨¦rminos provocadores, pero una parte de las cosas que dice, las dicen tambi¨¦n muchas personas en Inglaterra. Una de las dificultades con la posici¨®n del Gobierno brit¨¢nico es que tiene que demostrar, de alguna manera, que respeta la sensibilidad y las opiniones de los musulmanes. No estoy en contra, pero, ?qui¨¦n decide cu¨¢les son la sensibilidad y las opiniones de los musulmanes? Porque algunos grupos que dicen hablar en nombre de la comunidad musulmana tienen una agenda pol¨ªtica de l¨ªnea dura, y existe el riesgo de legitimarlos al darles el papel de portavoces. Este enfoque se ve acompa?ado por muchos episodios recientes, en los que cada vez que se percibe un supuesto desaire al islam, tenemos manifestaciones en la calle.
P. En Europa hemos visto escritores o dibujantes llevados a los tribunales, amenazados de muerte e incluso asesinados, como el cineasta Theo Van Gogh. Asistimos tambi¨¦n a casos de censura y autocensura: a veces se opta por limitar la libertad de expresi¨®n en lugar de defenderla.
R. S¨ª, y creo que es un camino muy peligroso. En Gran Breta?a siempre hemos satirizado la religi¨®n. Deber¨ªamos poder seguir haci¨¦ndolo sin temer amenazas de muerte. La sensibilidad extrema alienta a algunas personas a creer que pueden intimidar e imponer el silencio. Por otro lado, alguna gente puede expresar opiniones anti musulmanas cargadas de odio, y eso tampoco es aceptable para un Gobierno. Todo esto ilustra las dificultades en torno a las relaciones entre comunidades.
P. La mejor¨ªa de la situaci¨®n en Irak ha permitido a Obama concentrar los esfuerzos en Afganist¨¢n. ?Hay all¨ª una guerra contra el terror?
R. La situaci¨®n es distinta. En Afganist¨¢n nunca ha habido demasiada ley ni orden. ?Se puede establecer un Gobierno fuerte, o un Gobierno de cualquier clase en Afganist¨¢n? Creo que ahora, de hecho, es m¨¢s importante apoyar a Pakist¨¢n. Cre¨ªamos hasta ahora que Pakist¨¢n era parte del problema afgano, pero estamos viendo que Afganist¨¢n es parte del problema de Pakist¨¢n.
P. ?Y c¨®mo puede manejarse la cuesti¨®n paquistan¨ª? El Ej¨¦rcito y los servicios secretos no son fiables, est¨¢n infiltrados.
R. El Gobierno dice las cosas adecuadas, no es hostil a Occidente, pero que carece de autoridad sobre los fieles. Los servicios de inteligencia han sido depurados, pero ni ellos ni el Ej¨¦rcito controlan amplias zonas del pa¨ªs. La atm¨®sfera pol¨ªtica es febril, la econom¨ªa est¨¢ en un estado desastroso y son una potencia nuclear. Ah¨ª est¨¢ el peligro. La gente de Obama act¨²a de forma adecuada, y eso se ha reflejado en el nombramiento de Richard Holbrooke [representante especial para Pakist¨¢n y Afganist¨¢n], al considerar a ambos pa¨ªses como un mismo problema. Creo que tambi¨¦n hace bien al mostrar que se est¨¢ ah¨ª para largo, y que se va a ayudar a la estabilizaci¨®n. Pero al final, hay que impulsar un aut¨¦ntico liderazgo afgano, porque lo se ha estado haciendo, desde que los americanos y los brit¨¢nicos se centraron en Irak, es tratar con los se?ores de la guerra locales, y esto ha elevado los niveles de corrupci¨®n y la desconfianza en el Gobierno. Muchos de los problemas en Pakist¨¢n y Afganist¨¢n tienen que ver con el liderazgo pol¨ªtico. En Irak, el liderazgo ha mejorado en los dos a?os ¨²ltimos a?os, y de ah¨ª el ¨¦xito: el aumento de tropas americanas ayud¨®, pero ayud¨® mucho m¨¢s el giro en la composici¨®n pol¨ªtica, la atm¨®sfera anti Al AQaeda, la habilidad para aislar a M¨²qtada al S¨¢der...
P. Es la estrategia del general David Petraeus.
R. El general Petraeus trabaj¨® en los cauces de la pol¨ªtica local, en lugar de combatirla. A Petraeus le ayud¨® que la pol¨ªtica local iba en el mismo rumbo que la pol¨ªtica estadounidense. Hay que hacer lo mismo en Afganist¨¢n y Pakist¨¢n. No puedes imponer Gobiernos pro occidentales en esos pa¨ªses: es la garant¨ªa de que ser¨¢n impopulares.
P. Hablar con los talibanes, ?es la estrategia adecuada?
R. Es inevitable. Estos grupos no son monol¨ªticos, y menos en Afganist¨¢n. Hay algunos fan¨¢ticos en su n¨²cleo, pero son muy pragm¨¢ticos.
P. Y en cuanto a Ir¨¢n, ?es parte del problema del terrorismo? ?Es parte de la soluci¨®n?
R. Ambas cosas. Ir¨¢n ha promovido activamente el terrorismo en el pasado. Era parte de la amenaza. Ahora, a Ir¨¢n le gustar¨ªa est¨¢ m¨¢s integrada en la pol¨ªtica internacional y tiene cosas que hacer y decir sobre Afganist¨¢n e Irak. De nuevo creo que el enfoque de Obama es el correcto. La naturaleza de la respuesta iran¨ª, en plan duro, pero sin cerrar las puertas, indica que lo toman en serio.
P. ?Cu¨¢l es el nivel de amenaza en pa¨ªses como Espa?a o Reino Unido?
R. No sabemos. No creo en los niveles de alerta rojos, amarillos o verdes, porque hay una actividad constante, y la mayor¨ªa de las veces, las fuerzas de seguridad logran parar a los conspiradores antes de que hagan da?o. Pero alguien, alguna vez y en alg¨²n lugar, lo conseguir¨¢. Desde Londres no ha habido un ataque en Europa... Si bien la amenaza fundamental y existencial ha pasado, algo terrible puede todav¨ªa suceder, porque no necesitas mucha gente para hacerlo. Pero si ocurre, hay que asumir que no refleja en s¨ª un gran enemigo, sino las visiones de un pu?ado de gente que logr¨® conspirar y tener ¨¦xito. Hay que estar vigilante y aplicar la m¨¢xima de Mao: Debes respetar a tu enemigo t¨¢cticamente, pero despreciarle estrat¨¦gicamente.
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