Obama invita a Cuba a construir una nueva relaci¨®n
Washington ya no cree en el embargo como ¨²nica pol¨ªtica y apuesta por una transici¨®n controlada hacia la democracia
Barack Obama abri¨® ayer la Cumbre de las Am¨¦ricas en Trinidad y Tobago con una hist¨®rica oferta de reconciliaci¨®n con Cuba, en medio de una acumulaci¨®n de declaraciones y gestos, tanto de parte norteamericana como cubana, que han creado enormes expectativas de que pueda nacer aqu¨ª el inicio de un di¨¢logo para la normalizaci¨®n de relaciones entre los eternos enemigos del continente.
"Creo que podemos dirigir las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en una nueva direcci¨®n", afirm¨® el presidente de Estados Unidos, en el anuncio de una nueva pol¨ªtica que puede acabar con un conflicto que durante d¨¦cadas ha condicionado la relaci¨®n de Washington con Am¨¦rica Latina.
"Estados Unidos busca un nuevo comienzo con Cuba", manifest¨® Obama. "S¨¦ que hay un largo camino por delante para acabar con d¨¦cadas de desconfianza, pero hay pasos decisivos que podemos tomar hacia un nuevo d¨ªa". "En los dos ¨²ltimos a?os he indicado, y repito hoy, que estoy preparado para que mi Administraci¨®n se involucre con el Gobierno de Cuba en una amplia gama de asuntos, desde los derechos humanos a la libertad de expresi¨®n, las reformas democr¨¢ticas, las drogas y los asuntos econ¨®micos".
"D¨¦jenme decirlo con claridad", concluy¨® el presidente norteamericano, "no estoy interesado en hablar por hablar. Pero creo que podemos llevar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en una nueva direcci¨®n".
Se trata de la m¨¢s rotunda y concreta oferta de di¨¢logo presentada por un presidente de Estados Unidos desde que ese pa¨ªs rompi¨® relaciones con el r¨¦gimen comunista de la isla y le impuso un embargo econ¨®mico en 1962. Esta oferta, aparentemente bien recibida en la isla y rodeada de muchos apoyos en un continente que quiere sumarse a una nueva era mundial, significa, por tanto, una oportunidad de oro de acabar con el aislamiento de Cuba y de reincorporar a ese pa¨ªs, poco a poco, al conjunto de las naciones democr¨¢ticas.
Con esta oferta, Obama reconoce, al mismo tiempo, que el embargo de tantas d¨¦cadas no ha dado resultado y que es necesario corregir esa pol¨ªtica. Eso fue tambi¨¦n reconocido ayer expl¨ªcitamente por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien afirm¨® sin tapujos en la Rep¨²blica Dominicana que "la pol¨ªtica de Estados Unidos hacia Cuba ha fracasado".
Al mismo tiempo, Clinton acogi¨® de forma positiva las palabras del presidente cubano Ra¨²l Castro, quien parece aceptar un di¨¢logo con el Gobierno norteamericano con "todos los temas sobre la mesa", incluidos los derechos humanos y la democracia. Distintos l¨ªderes presentes en la cumbre de Puerto Espa?a realizan en estos momentos gestiones para favorecer ese di¨¢logo y, llegado el caso, actuar como intermediarios. Entre ellos, el secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos, Jos¨¦ Miguel Insulza, manifest¨® ayer que ha llegado el momento de reincorporar "paso a paso" a Cuba a la organizaci¨®n de la que fue expulsado hace casi medio siglo.
Todo ello est¨¢ ocurriendo de forma acelerada, pero con prudencia para no forzar ni a Obama ni a Castro a una posici¨®n inc¨®moda que dificulte sus movimientos. Por parte norteamericana, existe, no obstante, una intenci¨®n clara de no dejar pasar la oportunidad que esta cumbre constituye. "El presidente llega a Trinidad y Tobago en busca de una aproximaci¨®n pragm¨¢tica a los problemas de la regi¨®n, con la intenci¨®n de dejar atr¨¢s los debates ideol¨®gicos del pasado", afirma Dan Restrepo, asesor de la Casa Blanca para asuntos latinoamericanos. En esa l¨ªnea, Obama ha recordado que la democratizaci¨®n, los derechos humanos y el reconocimiento de las libertades individuales en Cuba siguen siendo las metas de su Administraci¨®n. Pero ha insistido en que no espera que "esos cambios se den de la noche a la ma?ana".
Obama ha dejado claro que el levantamiento de todas las restricciones para que los norteamericanos con parientes en Cuba viajen a la isla, anunciado el pasado lunes, es solo un primer paso en el camino de la normalizaci¨®n de relaciones. "Se pueden dar otros cuando Cuba est¨¦ dispuesto a darlos tambi¨¦n", afirm¨® poco antes de salir de M¨¦xico.
Entre tanto, a?adi¨® el presidente norteamericano, el Gobierno cubano podr¨ªa mostrar algunos gestos de reciprocidad con las medidas tomadas en Washington. Incluso sugiri¨® que el permiso para los viajes a Cuba sea respondido con la autorizaci¨®n para que los cubanos que residen en la isla puedan salir al extranjero. Otro paso que Estados Unidos apreciar¨ªa de parte de los responsables cubanos ser¨ªa la libertad para que sus ciudadanos puedan acceder a los canales por sat¨¦lite de la televisi¨®n norteamericana.
"Necesitamos comprobar la seriedad de ambos lados en la b¨²squeda de un nuevo modelo de relaciones", precisa el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs. Las medidas tomadas hasta ahora son, seg¨²n dijo Obama, "una prueba de nuestra buena fe".
El as de la Casa Blanca para reconducir las negociaciones
El principal asesor de Barack Obama en la Cumbre de Trinidad y Tobago, el embajador Jeffrey Davidow, de 65 a?os, es el hombre clave para la intenci¨®n del presidente de recuperar peso en Am¨¦rica Latina. Lejos de ser un convidado de piedra, Davidow tiene a sus espaldas 34 a?os de servicio exterior, la mayor¨ªa en Am¨¦rica Latina. Durante sus primeras dos d¨¦cadas de trabajo fue embajador en Guatemala, Chile y Venezuela. Al amparo de la Administraci¨®n Clinton, no par¨® de ganar peso en la diplomacia. Tras sus a?os en Caracas, de 1993 a 1996, fue designado sub secretario de Estado para Asuntos Interamericanos y presidi¨® el comit¨¦ de supervisi¨®n de los proyectos puestos en marcha en el marco de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA).
En 1998, jur¨® el cargo de embajador en M¨¦xico y tuvo a su cargo restablecer las deterioradas relaciones con Estados Unidos tras la llamada Operaci¨®n Casablanca. Durante los tres a?os previos a la llegada de Davidow, el Gobierno estadounidense hab¨ªa llevado a cabo una operaci¨®n encubierta a gran escala en M¨¦xico. Fueron detenidos 26 altos cargos de una docena de bancos comerciales mexicanos acusados de lavado de dinero para los carteles de Ju¨¢rez y Cali. El esc¨¢ndalo involucr¨® directamente tres grandes entidades financieras mexicanas: Bancomer, Serfin y Conf¨ªa.
M¨¢s de un diplom¨¢tico latinoamericano recuerda con admiraci¨®n los a?os de Davidow tanto en la Secretar¨ªa de Estado como en M¨¦xico, pa¨ªs en el que estuvo hasta 2002. Dos a?os antes de marcharse, en una conferencia en San Diego, el entonces embajador enfatiz¨® que "la pol¨ªtica del dedo acusador" no serv¨ªa para nada y que el primer paso para solucionar problemas como la inmigraci¨®n o el narcotr¨¢fico era que EE UU y M¨¦xico compartieran la responsabilidad en estas cuestiones. La tesis de Davidow fue muy bien recibida en Am¨¦rica Latina.
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