Solo una mujer desaf¨ªa a Zuma

El objetivo de Helen Zille en 2006 era el gobierno de Ciudad del Cabo. Se hizo con la alcald¨ªa, arrebat¨¢ndosela al Congreso Nacional Africano (ANC, en ingl¨¦s). En estas elecciones quer¨ªa vencer en la provincia del Cabo Occidental. Ya es suya, la ¨²nica donde el ANC no gobernar¨¢.

Su partido, la Alianza Democr¨¢tica (DA), se afianza como l¨ªder de la oposici¨®n al lograr el 15,9% de los votos (frente al 12% de 2004). Zille -a quien la prensa bautiz¨® Godzilla tras su ascenso a la presidencia del DA hace dos a?os- ha rentabilizado el descontento de la poblaci¨®n coloured (raza mixta) que se siente marginada y que en el Cabo Occidental tiene una fuerte presencia.

El dirigente del ANC y pr¨®ximo presidente de Sur¨¢frica, Jacob Zuma, advirti¨® el jueves en la celebraci¨®n de su victoria: "Tocar al ANC es tocar a un le¨®n". Si Zille pretende que el DA sea una alternativa al ANC, debe librarle del sambenito de partido de los blancos. Convencer de que no es racista. En los guetos se recuerda que el DA procede de otra formaci¨®n que a pesar de rechazar el apartheid se sent¨® en su Parlamento, lo que para muchos ayudaba a legitimar el sistema.

Zille, nacida en Johannesburgo hace 58 a?os de padres alemanes, tiene un pasado antiapartheid inmaculado. Trabaj¨® en el Rand Daily Mail, cuyo director, Allister Sparks, recuerda en su libro M¨¢s all¨¢ del Milagro: "Era la m¨¢s meticulosa de la redacci¨®n". Sparks y Zille destaparon en 1977 que la muerte de Steve Biko, l¨ªder del movimiento Conciencia Negra, no fue por una huelga de hambre como dec¨ªa el Gobierno, si no por torturas.

Su ascenso ha sido imparable desde que se afili¨® al DA, en los 90. Su eficiencia y un aura de incorruptible la acompa?an, lo que toca la fibra de la clase media, no s¨®lo blanca, harta de esc¨¢ndalos en el ANC, entre ellos los no resueltos de Zuma. "Es directa y honesta", dice Roshina Ratnam, actriz de 30 a?os, cuya familia es originaria de Sri Lanka, "y es dura en los asuntos que requieren dureza".

Zille ha aprovechado el descontento de los coloured, que han visto como el ANC primaba la inversi¨®n en barrios negros, muy deteriorados, frente a los suyos.

En los guetos coloureds (pese a estar menos marginados que los negros, tambi¨¦n ten¨ªan prohibido vivir en las ciudades) hay problemas. Los g¨¢ngsters y las armas son una constante y la metanfetamina, una epidemia. "Los j¨®venes sin trabajo ni dinero se desmandan. En nuestros barrios s¨®lo hay bares y camellos", dice June Hendricks, ama de casa de 58 a?os, del gueto de Mitchell's Plain.

Hendricks vot¨® antes al ANC, "ya no. Los pobres son m¨¢s pobres, el ANC nos margina ahora como antes el apartheid". No extra?a que el DA haya llegado a tener el 80% de los votos en barrios coloureds y supere el 50% provincial.

Zille, consciente del poder de los medios, frecuenta las emisoras de la ciudad y habla afrik¨¢ans, ingl¨¦s, alem¨¢n y xhosa.

Una l¨ªder natural a la que varios de los diputados del DA en pasadas legislaturas y que decidieron no repetir, acusan de cierto autoritarismo.

A falta del recuento final, que se espera concluya el fin de semana, el ANC se ha hecho con 10 de los 15 millones de votos escrutados, lo que sigue situ¨¢ndole con la mayor¨ªa de dos tercios (66%) que pretend¨ªa revalidar y el gobierno de todas las provincias. Excepto el Cabo Occidental, territorio Godzilla.