15 a?os y ni rastro de culpables
El atentado contra la sede de la AMIA en Argentina, en el que murieron 85 personas, sigue sin estar cerrado y no hay ni un solo detenido
Uno de los casos m¨¢s enrevesados y vergonzosos en los que se han visto envueltos la justicia, la polic¨ªa y los servicios de inteligencia argentinos en ¨¦poca democr¨¢tica es el llamado caso Amia, del que se cumple este s¨¢bado el decimoquinto aniversario. Se trata del peor atentado cometido contra la comunidad jud¨ªa despu¨¦s de la II Guerra Mundial: un coche bomba estall¨® a las 9.05 de la ma?ana del 18 de julio de 1994 frente a la sede de la Asociaci¨®n Mutual Israelita Argentina (AMIA), en el barrio de Once, y caus¨® 85 muertos y 300 heridos. Pasados 15 a?os, el caso sigue sin estar cerrado, no hay detenidos y el esc¨¢ndalo sigue dando coletazos. El ¨²ltimo porque los familiares de las v¨ªctimas rechazan que se nombre jefe de la reci¨¦n creada Polic¨ªa de la capital a Jorge Palacios, que era comisario de la Polic¨ªa Federal cuando ocurri¨® el atentado y al que acusan de haber obstruido gravemente la investigaci¨®n.
Argentina cuenta con la sexta poblaci¨®n hebrea m¨¢s grande del mundo, fuera de Israel, y solo en el ¨¢rea de Buenos Aires se calcula que viven, aproximadamente, 200.000 jud¨ªos.
El atentado contra la Mutual se produjo dos a?os despu¨¦s de que otro coche bomba destruyera la embajada de Israel en Buenos Aires, el 17 de marzo de 1992, y causara 29 muertos y 242 heridos. No hubo detenidos, ni tan siquiera sospechosos claros, pero la Corte Suprema estableci¨®, en diciembre de 1999, que el atentado hab¨ªa sido obra de la Yihad Isl¨¢mica, brazo armado de Hezbol¨¢. El Gobierno israel¨ª insisti¨® desde el primer momento en la responsabilidad final de Ir¨¢n.
El segundo atentado fue todav¨ªa m¨¢s brutal y dio origen a una lastimosa investigaci¨®n judicial y policial que acab¨®, diez a?os despu¨¦s, con la liberaci¨®n de todos los sospechosos de haber colaborado en la masacre. Hace un a?o y medio, el nuevo fiscal encargado del caso reabri¨® la conexi¨®n internacional y pidi¨® a la Interpol la detenci¨®n de un liban¨¦s y ocho iran¨ªes, entre ellos el ex presidente Ali Rafsanyani, por cr¨ªmenes de lesa humanidad. El organismo internacional rechaz¨® la orden de captura para Rafsanyani pero emiti¨® la de otros seis ciudadanos iran¨ªes, entre ellos el agregado cultural de la embajada de Teher¨¢n en el momento del atentado, Moshen Rabbani, y la del acusado liban¨¦s, conocido ya por su implicaci¨®n en otros actos terroristas.
En Argentina el verdadero esc¨¢ndalo lo provoc¨® la investigaci¨®n de la conexi¨®n local. Las autoridades policiales y judiciales estimaron desde el primer momento que el atentado no hab¨ªa podido producirse sin apoyo interno: alguien facilit¨® los explosivos y la furgoneta en la que se instalaron. Detenido el due?o del veh¨ªculo, este implic¨® a su vez a miembros de la Polic¨ªa Federal, que fueron encausados y juzgados. En el juicio oral, que se prolong¨® durante tres a?os, se demostr¨®, sin embargo, que el propio juez instructor de la causa, Juan Jos¨¦ Galeano, hab¨ªa ofrecido una elevada cantidad de dinero al due?o del coche para que implicara a un comisario, Juan Jos¨¦ Ribelli, y a tres oficiales de la polic¨ªa. En septiembre de 2004, se dio por nulo el juicio y se dej¨® en la calle a los sospechosos. El magistrado implicado en el extra?o montaje fue expedientado y destituido. ?De d¨®nde hab¨ªa sacado el juez el dinero que ofreci¨®? Una posible interpretaci¨®n es que le fue proporcionado por los servicios de inteligencia argentinos, la famosa SIDE, convencida de la participaci¨®n del comisario, pero escasa de pruebas reales, o dispuesta a encontrar un culpable fuera como fuera.
Los familiares de las v¨ªctimas recurrieron la decisi¨®n de anular todo el juicio y solicitaron que se reabriera con lo actuado hasta el momento de la intervenci¨®n del juez Juan Jos¨¦ Galeano. Hace tres semanas y media, la Corte Suprema convalid¨® esa petici¨®n y acept¨® como v¨¢lidas pruebas anteriores, con lo que el caso Amia vuelve a manos de un juez de primera instancia y recomienza su peripecia.
Mientras tanto, siguen las denuncias por el comportamiento de la polic¨ªa. Es el caso de Jorge Palacios, a quien el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, acaba de nombrar jefe de la reci¨¦n creada polic¨ªa porte?a. Palacios es, al parecer, uno de los hombres m¨¢s respetados en la Polic¨ªa Federal, en la que ocup¨® importantes cargos, pero seg¨²n los familiares de las v¨ªctimas fue investigado por un juez por haber entorpecido la investigaci¨®n del caso AMIA en relaci¨®n con un ciudadano sirio. En aquel momento, el presidente argentino era Carlos Menem, de ra¨ªces sirias. "El nombramiento de Palacios da verg¨¹enza ajena", protest¨® la agrupaci¨®n Memoria Activa.
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