Con m¨¢s influencia y esperanza, Am¨¦rica Latina recibe nueva d¨¦cada
?Cu¨¢nto puede cambiar en s¨®lo una d¨¦cada!
Hace diez a?os, Am¨¦rica Latina y el Caribe recibieron el nuevo siglo en medio de una profunda incertidumbre. La crisis financiera asi¨¢tica y la suspensi¨®n de pagos de Rusia generaron un panorama desolador.
Incluso tras la recuperaci¨®n asi¨¢tica, Am¨¦rica Latina sigui¨® en apuros. En 2001, la econom¨ªa argentina colaps¨® y registr¨® la m¨¢s grande suspensi¨®n de pagos de la historia. Para evitar un destino similar, Brasil obtuvo en 2002 una l¨ªnea de cr¨¦dito de $30 mil millones de d¨®lares del FMI, la m¨¢s grande en la historia de esa instituci¨®n multilateral.
Hoy en d¨ªa, la situaci¨®n es muy distinta. Las crisis de liquidez afectan a otras regiones, no a Am¨¦rica Latina. Como destacan altos funcionarios brasile?os, hemos pasado de ser deudores a prestamistas. Por primera vez en la historia, Brasil recientemente le prest¨® $10 mil millones de d¨®lares- nada menos que al FMI, el prestamista de ¨²ltima instancia.
Esto es particularmente esperanzador teniendo en cuenta que la regi¨®n acaba de resistir la peor recesi¨®n econ¨®mica en 80 a?os. Y aunque su crecimiento promedio caer¨¢ a territorio negativo del 2 a 2.5 por ciento en 2009, sobre todo debido a la baja en M¨¦xico, se espera que el crecimiento en 2010 sobrepase el 3 por ciento.
Lo peor parece ya haber pasado para la regi¨®n. Brasil, junto a otros emergentes, est¨¢ ahora liderando la recuperaci¨®n mundial. Los exportadores netos de Am¨¦rica Latina, particularmente Argentina, Brasil, Chile y Per¨², est¨¢n aprovechando los mejores precios de las materias primas, cuya demanda aumenta desde Asia.
La recuperaci¨®n, el crecimiento y el fortalecimiento econ¨®mico han aumentado la influencia pol¨ªtica de los l¨ªderes regionales a nivel global. El Grupo de los 20, que incluye a Argentina, Brasil y M¨¦xico, oficialmente reemplaz¨® al G-7 como la plataforma oficial para la coordinaci¨®n de pol¨ªticas econ¨®micas. Asimismo contin¨²an los planes de darle a las econom¨ªas emergentes mayor voz y participaci¨®n en el FMI y el Banco Mundial.
Claro est¨¢ que esta influencia ganada con esfuerzo no quiere decir que la regi¨®n deje de confrontar sus asignaturas pendientes. As¨ª fuese para preservar la menguada tajada del comercial global pos crisis, es indispensable mejorar la competitividad. Muchas de las reformas que hacen de la integraci¨®n una causa valiosa - desde infraestructura y log¨ªstica hasta educaci¨®n terciaria y derechos de propiedad - se han atrasado varios a?os y son ahora m¨¢s urgentes que nunca. Los costos log¨ªsticos representan cerca del 10 por ciento del valor de un producto en los pa¨ªses industrializados, pero en la regi¨®n van desde un 15 por ciento en Chile hasta un 34 por ciento en Per¨².
Am¨¦rica Latina debe seguir diversific¨¢ndose, conect¨¢ndose a mercados distintos del estadounidense. Como el Presidente del Banco Mundial Robert Zoellick ha indicado, "una econom¨ªa multipolar menos dependiente del consumidor estadounidense ser¨¢ una econom¨ªa mundial m¨¢s estable". M¨¦xico, por ejemplo, el pa¨ªs latinoamericano m¨¢s golpeado por la crisis tiene un 80 por ciento de sus exportaciones ligadas a Estados Unidos.
La regi¨®n no puede continuar exportando m¨¢s de lo mismo, a saber: materias primas. Agregar valor a sus productos y crear otros nuevos es imprescindible y para ello hay que innovar.
Sin embargo, el n¨²mero de patentes en la regi¨®n sigue siendo s¨®lo una fracci¨®n del n¨²mero expedido a inventores en Corea, China, India o Singapur. Las universidades funcionan desconectadas de la econom¨ªa real. Con excepci¨®n de Brasil, los pa¨ªses de la regi¨®n invierten mucho menos del recomendado 1 por ciento de PIB en investigaci¨®n y desarrollo.
En el frente social, antes de la crisis, Am¨¦rica Latina hab¨ªa empezado a revertir por primera vez en los ¨²ltimos 30 a?os sus altos niveles de desigualdad, tras lograr que 60 millones de personas salieran de la pobreza entre 2002 y 2008. Sin embargo aun no est¨¢ en condiciones de ofrecer oportunidades a todos sus ciudadanos.
A pesas de estos retos, Am¨¦rica Latina est¨¢ en mejor posici¨®n que durante la ca¨ªda de los precios de exportaciones y la crisis de la deuda externa en los 70, las cuales dieron paso a la tristemente c¨¦lebre "d¨¦cada perdida" de los 80.
Asentada ahora en s¨®lidos fundamentos econ¨®micos, eficaz regulaci¨®n y supervisi¨®n financiera, super¨¢vits presupuestarios y elevadas reservas internacionales, la regi¨®n ha enfrentado la actual crisis sin devaluaciones monetarias masivas, colapsos bancarios, suspensi¨®n de pagos de deuda, repuntes inflacionarios o fugas de capital.
En otras palabras, Am¨¦rica Latina ha aprendido del pasado y se enfila hacia un futuro mejor. Pero el retorno al fuerte crecimiento de los ¨²ltimos a?os no est¨¢ garantizado. Se requerir¨¢ de pol¨ªticas proactivas y de largo plazo, impulsadas por l¨ªderes con visi¨®n de futuro, para as¨ª asegurar que la nueva d¨¦cada se convierta en una era de prosperidad compartida.
Por Pamela Cox es vicepresidenta del Banco Mundial para Am¨¦rica Latina y el Caribe
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