Un contrato para ser franc¨¦s
El Gobierno de Sarkozy obligar¨¢ a firmar una carta de derechos y deberes a los nuevos ciudadanos.- Se exigir¨¢ conocimiento del idioma y respeto a las leyes
Tras cuatro meses de debatir encendidamente sobre en qu¨¦ consiste la esencia de lo franc¨¦s, el primer ministro Fran?ois Fillon ha dado por cerrada la primera etapa de la cuesti¨®n al anunciar una serie de medidas -catalogadas de simb¨®licas por algunos- encaminadas a reforzar la identidad nacional gala. Propuestas por diferentes ministros, van desde propiciar el canto de La Marsellesa en el colegio a reforzar la autoridad del maestro u obligar a firmar un contrato de deberes y derechos para los nuevos franceses.
El primer ministro ha anunciado tambi¨¦n que el presidente de la Rep¨²blica, Nicolas Sarkozy, hablar¨¢ del pol¨¦mico asunto... en abril, tras las elecciones regionales de marzo. Fillon ha estado acompa?ado este lunes por el alma y motor del envenenado debate, el incansable y activo ministro de Inmigraci¨®n e Identidad Nacional, Eric Besson, que no abri¨® la boca.
El primer ministro ha precisado que, aunque ya no habr¨¢ reuniones en las prefecturas (delegaciones del Gobierno) para discutir sobre qu¨¦ es lo franc¨¦s -se han llevado a cabo 340 en cuatro meses-, se crear¨¢ una comisi¨®n de sabios e historiadores que, ellos s¨ª, intentar¨¢n llegar a una conclusi¨®n sobre el particular y, en todo caso, entregar¨¢n al Gobierno otra serie de propuestas. La p¨¢gina web que ha registrado las definiciones de lo franc¨¦s, que cuenta ya con m¨¢s de 58.000 entradas, seguir¨¢ abierta. "Es un buen instrumento", ha justificado Fillon.
Educaci¨®n
Entre las iniciativas propuestas por los ministros y que se pondr¨¢n en marcha figuran varias reunidas bajo el ep¨ªgrafe "Cultivar el orgullo de ser franc¨¦s". Aqu¨ª se inscribe el propiciar "a todos los ni?os de Francia ocasiones para cantar al menos una vez al a?o La Marsellesa". Tambi¨¦n ser¨¢ obligatorio que la bandera tricolor figure en los frontispicios de todas las escuelas e institutos de Francia. En muchas figura ya. Tambi¨¦n se deber¨¢ colocar en la pared de cada clase un cartel con la Declaraci¨®n de los Derechos del Hombre, s¨ªmbolo tambi¨¦n de la Rep¨²blica Francesa. La escuela "se abrir¨¢" a la sociedad para que los padres acudan a ella y "aprendan sus derechos y deberes".
En el apartado "Hacer vivir los principios republicanos" se incide en el hecho de "favorecer la autoridad de los profesores". El profesor, a juicio de Fillon, no est¨¢ s¨®lo investido de autoridad por su saber y por la instituci¨®n escolar, sino por el propio Estado. Por eso, el Ministerio de Educaci¨®n buscar¨¢ formas, a partir del pr¨®ximo curso, para reforzar su posici¨®n frente a los estudiantes.
Otro punto es el de "Acoger a los nuevos franceses". En este apartado se da cuenta de la ceremonia de "naturalizaci¨®n", por la cual alguien se convierte en ciudadano franc¨¦s. Actualmente hay varios tipos de actos. La intenci¨®n del Gobierno franc¨¦s es unificarlos en una ¨²nica "ceremonia solemne". "El acceso a la ciudadan¨ªa francesa no puede constituir exclusivamente una formalidad administrativa", explica Fillon. Pronto, los nuevos franceses deber¨¢n, bajo la mirada y aprobaci¨®n de una autoridad francesa, firmar un contrato de deberes y derechos antes de entrar a formar parte de Francia. Tambi¨¦n a los inmigrantes que residen en territorio galo y que necesitan renovar cada cierto tiempo el contrato de residencia se les pedir¨¢ un determinado nivel de franc¨¦s, que respeten "los compromisos adquiridos en cuanto a formaci¨®n" y el respeto a las leyes de la Rep¨²blica. Todo esto sin precisar demasiado.
El debate sobre la identidad nacional, que arranc¨® el 25 de octubre con la puesta en marcha de la p¨¢gina web y reuniones y charlas en las prefecturas, se convirti¨® pronto en un problema para Sarkozy, con un temible efecto bumer¨¢n de la iniciativa. Pronto empezaron a surgir voces cr¨ªticas que denunciaban que la propuesta hab¨ªa sido mal organizada, mal planteada y peor llevada a cabo, y que acabar¨ªa arrastrando el debate a una mera bronca racista. De hecho, buena parte de los comentarios vertidos en Internet fueron borrados precisamente por incluir insultos racistas. Poco a poco el debate sobre lo franc¨¦s se redujo a cuestionar el papel de la inmigraci¨®n.
A esto tambi¨¦n contribuy¨® el mismo presidente de la Rep¨²blica, que en una tribuna publicada en el peri¨®dico Le Monde en diciembre centr¨® la cuesti¨®n de la identidad nacional en el papel del islam en Francia. Sin duda, el hecho de que Suiza votara en esas fechas contra la construcci¨®n de minaretes en las mezquitas contribuy¨® a polarizar a¨²n m¨¢s el debate.
Hubo, adem¨¢s, excesos verbales por parte de algunos miembros del Gobierno, tachados de racistas, que acabaron por avinagrar un debate explosivo que, a juicio de muchos, ha sido ahora desactivado por parte de Fillon, a menos de un mes de las elecciones de marzo.
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