Javier Aguirre y el "M¨¦xico que se jodi¨®"
El director t¨¦cnico mexicano genera pol¨¦mica al criticar la inseguridad y anunciar que debido a la misma no vivir¨¢ en el pa¨ªs
La ecuaci¨®n es casi predecible: 'personaje p¨²blico y popular' + 'declaraci¨®n controvertida' = 'esc¨¢ndalo seguro'. El respetable se alborota, la comentocracia se desborda: las pasiones nunca se hacen esperar.
Revisemos lo sucedido. Javier Aguirre, otra vez entrenador de la selecci¨®n Mexicana de F¨²tbol (y en su momento del Osasuna, del Atl¨¦tico de Madrid, del Pachuca, etc¨¦tera), habl¨®, toc¨® fibras y nos oblig¨® a vernos en diferentes espejos.
En una entrevista, hace unos d¨ªas, para la Cadena SER, Aguirre coment¨® la situaci¨®n de inseguridad que se vive en M¨¦xico; contundente, solt¨® un repetido "jodido" para calificar lo que aqu¨ª se vive (las inundaciones, puntualiz¨®, pero sobre todo la delincuencia y la violencia); matiz¨® al declarar "?hombre!, no es Hait¨ª"; se refiri¨® a la supuesta tranquilidad de hace d¨¦cadas, cuando los malos se mataban entre ellos, pero dejaban en paz a la sociedad; y sentenci¨® que al terminar el Mundial 2010, regresar¨¢ a Europa, como sea, porque vivir en M¨¦xico "?no!". Habl¨® tambi¨¦n de la Selecci¨®n mexicana para ubicarnos en la realidad de sus alcances. Y, bueno, de la radio espa?ola a los medios mexicanos: el trecho termin¨® siendo corto para encender la mecha de las pasiones.
Reacciones ha habido muchas. Entre las airadas est¨¢n desde quienes mientan la progenitora de Javier Aguirre, le exigen que se largue ya, lo tildan de malinchista (gen¨¦rico para nombrar al mexicano que ama lo extranjero), le recuerdan que de por s¨ª hace mucho no vive en el pa¨ªs (reside en Miami y parte de su familia en Espa?a), le restriegan los millones que recibe, y un mont¨®n de linduras m¨¢s. Entre quienes se dedican al turismo salen reclamos contra Aguirre: "sus palabras no ayudan a reactivar la imagen del pa¨ªs, ?joder!" (¨¦sta se convierte en la palabra de cambio).
Tambi¨¦n hay reacciones de apoyo, o que secundan lo dicho: voces que reclaman la hipocres¨ªa de quienes se enojan ("?a poco no todos nos ir¨ªamos de M¨¦xico si pudi¨¦ramos!"). Un estudiante recuerda una conferencia de hace algunos meses en que un profesor preguntaba qui¨¦nes se ir¨ªan de M¨¦xico si pudieran, y s¨®lo dos personas no levantaron la mano. Algunos reconocen la sinceridad de Javier al expresar lo que tantos sienten. Por ah¨ª otro m¨¢s sentencia: ?ya v¨¢monos todos, el ¨²ltimo que apague la luz! Y s¨ª, otro mont¨®n de linduras m¨¢s.
Javier Aguirre es un personaje que me cae bien, por sus logros, sin duda, pero sobre todo por su forma de ser: directa, casi bronca. Y sin duda lo que dijo en la entrevista radiof¨®nica refleja no s¨®lo lo que much¨ªsimos mexicanos sienten o piensan, sino tambi¨¦n algo de lo que sucede en el pa¨ªs. Yo misma, en ¨¦stas y otras p¨¢ginas, he sido profundamente cr¨ªtica con el rumbo que est¨¢ tomando M¨¦xico, con la violencia que se nos contagia a diario. No puedo negar la tragedia de los millones de j¨®venes que han visto cancelado ya no su futuro, sino el presente mismo, ante la imposibilidad de trabajar o estudiar. Sigo se?alando el peligro que implica la polarizaci¨®n extrema (en temas pol¨ªticos, sociales, morales) que se atiza a la menor provocaci¨®n. Recuerdo las tareas pendientes en materia de calidad y cobertura de la educaci¨®n, de densidad y participaci¨®n ciudadanas, de democracia comunicativa, de reconocimiento y celebraci¨®n de las diferencias. Temo la embestida conservadora que se deja sentir cada d¨ªa m¨¢s y amenaza con cancelar los avances logrados en reconocimiento de derechos. En fin, yo misma podr¨ªa decir que mucho de lo que pasa en M¨¦xico ?est¨¢ jodido! (para ponerme a tono con la expresi¨®n en turno). Pero alg¨²n prurito me recuerda que, con todo, Javier Aguirre es Javier Aguirre, entrena a la Selecci¨®n Mexicana y sus palabras tienen el peso de su innegable proyecci¨®n simb¨®lica.
No hagamos, sin embargo, una tormenta en un vaso con agua. M¨¢s all¨¢ del tono un poco condescendiente y de cierta arrogancia, con que Aguirre dijo lo que dijo -chocante para nuestra a veces muy delicada sensibilidad nacional-, y s¨ª, sin olvidar que hace menos de un a?o acompa?¨® al Presidente Calder¨®n en el lanzamiento de la campa?a Vive M¨¦xico para reactivar la industria tur¨ªstica mexicana, reconozcamos que en lo dicho se reflejan verdades y percepciones que son las que debemos atender. Nombrar las cosas no implica crearlas, si acaso hacerlas visibles. Y no nombrarlas tampoco implica desaparecerlas, si acaso reprimirlas.
Cuando los famosos hablan, las palabras resuenan. Recordemos el esc¨¢ndalo de hace apenas unos d¨ªas, al twittear el colombiano Juanes una especie de clave del supuesto Blackberry del venezolano Hugo Ch¨¢vez (ingeniosamente encriptada como H1J0D3PU7A). La herida fue tal que incluso a los simples mortales que en alg¨²n momento re-twitteamos el episodio, nos fue como en feria. Por eso las palabras y el tono de Javier Aguirre importan. Por quien es, por lo que representa y porque lo que vivimos en M¨¦xico no es juego de ni?os: es una realidad dolorosa y sentida. Aunque si lo expresado ayuda a que se acent¨²e la conciencia de que somos los mismos mexicanos los que debemos poner manos a la obra y seguir trabajando para que los intr¨ªngulis se desanuden y los escenarios se clarifiquen, bienvenido sea.
Lo s¨¦, lo s¨¦... suena ingenuo esto ¨²ltimo que escrib¨ª, pero, ni modo, soy de las que quieren seguir viviendo en M¨¦xico, con todo y lo que se jodi¨®. As¨ª que, Javier, muy a la mexicana: ?no nos ayudes compadre! O, bueno, ay¨²danos un poco m¨¢s.
Directora del Departamento de Comunicaci¨®n de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de M¨¦xico; Defensora del Televidente de Canal 22; conductora de radio y TV; articulista.
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