EE UU y Rusia pactan la mayor reducci¨®n at¨®mica en 20 a?os
El acuerdo representa una reducci¨®n de alrededor del 30% de los arsenales desplegados de ambos pa¨ªses
Tras la aprobaci¨®n reciente de una ley que hace la sociedad norteamericana m¨¢s justa, Barack Obama ha anunciado un tratado de desarme que hace el mundo m¨¢s seguro. El Nuevo START, que permitir¨¢ la eliminaci¨®n de un 30% de los arsenales at¨®micos de Estados Unidos y Rusia, sirve adem¨¢s para cimentar un clima de cooperaci¨®n entre los dos pa¨ªses y para encarar con renovada autoridad la empresa de contener la proliferaci¨®n nuclear.
El Nuevo START, que sustituye al que firmaron en 1991 Mija¨ªl Gorbachov y George Bush, es el primer acuerdo de desarme que Estados Unidos suscribe con la Rusia post sovi¨¦tica; es la primera prueba efectiva de que las dos grandes potencias nucleares deciden trabajar a favor de la paz. A¨²n con todas sus limitaciones -el volumen de armamento conjunto sigue siendo enorme-, este ¨¦xito contribuye a la respetabilidad de Rusia y eleva el prestigio personal de Obama, que firmar¨¢ el 8 de abril en Praga un tratado que contin¨²a la obra del ¨²ltimo gran presidente estadounidense en pol¨ªtica exterior.
"Con este acuerdo", afirma Obama, "enviamos una clara se?al al mundo de que estamos dispuestos a encabezar los esfuerzos internacionales para frenar la expansi¨®n de ese armamento y para asegurarnos de que otras naciones cumplen con sus responsabilidades".
"Hemos demostrado la importancia del liderazgo norteamericano en beneficio de nuestra propia seguridad y de la del mundo", ha dicho Obama despu¨¦s de haber cerrado los ¨²ltimos detalles del tratado en una conversaci¨®n telef¨®nica con su colega ruso, Dmitri Medv¨¦dev. Como a?adi¨® la secretaria de Estado, Hillary Clinton, "tanto Estados Unidos como Rusia salen de esta negociaci¨®n con m¨¢s credibilidad".
La Administraci¨®n norteamericana tiene ahora m¨¢s argumentos para pedir la colaboraci¨®n de otros gobiernos frente a las naciones, particularmente Ir¨¢n y Corea del Norte, que pretenden desarrollar planes nucleares al margen del control internacional. La segunda semana de abril, Obama recibir¨¢ en Washington a m¨¢s de 40 jefes de Estado en una cumbre contra la dispersi¨®n nuclear, y en mayo la ONU discutir¨¢ en Nueva York la revisi¨®n del Tratado de No Proliferaci¨®n.
El acuerdo anunciado este viernes crea una nueva perspectiva de cara a esas importantes citas. Estados Unidos y Rusia llegan de la mano, comprometidos en la causa del desarme. Obama, particularmente, acude despu¨¦s de haber demostrado que su mensaje de hace un a?o, precisamente en Praga, a favor de un mundo sin armas nucleares no era un gesto vac¨ªo.
"La armas nucleares", ha declarado Obama, "representan al mismo tiempo los d¨ªas m¨¢s oscuros de la guerra fr¨ªa y las amenazas m¨¢s problem¨¢ticas de nuestro tiempo". "Con este acuerdo", ha agregado, "enviamos una clara se?al al mundo de que estamos dispuestos a encabezar los esfuerzos internacionales para frenar la expansi¨®n de ese armamento y para asegurarnos de que otras naciones cumplen con sus responsabilidades".
Batalla larga
Se trata, por supuesto, de una batalla larga y repleta de obst¨¢culos. Las armas at¨®micas son esenciales desde la perspectiva de algunos pa¨ªses, no s¨®lo Ir¨¢n, implicados en largos conflictos en Oriente Pr¨®ximo, como es el caso de Israel, o en hist¨®ricas rivalidades fronterizas, como India y Pakist¨¢n. Tambi¨¦n en Europa, ese armamento sigue siendo considerado disuasorio por Francia y Reino Unido. En Estados Unidos, desde luego, el mantenimiento de un arsenal nuclear es todav¨ªa, como ha dicho el secretario de Defensa, Robert Gates, "un pilar esencial de la seguridad".
El camino que queda es tan dif¨ªcil que ni siquiera est¨¢ todav¨ªa garantizado que el tratado anunciado hoy llegue a aplicarse jam¨¢s. Antes tendr¨¢ que ser ratificado por el Parlamento ruso y por los dos tercios (67 esca?os) del Senado de Estados Unidos, lo que no ser¨¢ f¨¢cil, pese a las palabras optimistas pronunciadas hoy.
"La seguridad nacional siempre ha dado lugar a grandes mayor¨ªas bipartidistas y no veo ninguna raz¨®n para que ahora sea diferente. La gran mayor¨ªa de los senadores ver¨¢n que esto es un asunto que afecta a los intereses nacionales, que no es un asunto pol¨ªtico", ha manifestado Clinton.
Obama mencion¨® los nombres de grandes figuras de la pol¨ªtica exterior norteamericana, dem¨®cratas y republicanos, que han dado su apoyo a este tratado: George Shultz, Sam Nunn, Herry Kissinger, William Perry. Pero no dijo que este pa¨ªs y este Congreso no son hoy los mismos que cuando esos personajes exhib¨ªan por el mundo su autoridad con la certeza del respaldo mayoritario en su pa¨ªs. EE UU vive todav¨ªa enfangado en la pol¨¦mica sobre la reforma sanitaria y muchos republicanos no ven causa de suficiente altura para apoyar a un presidente al que manifiestamente detestan.
Una nueva din¨¢mica
El Nuevo START puede, adem¨¢s, ser una oportunidad para algunos halcones conservadores de acusar a Obama de debilitar las defensas de la naci¨®n. Precisamente por eso, Gates ha comparecido para certificar que los misiles defensivos no se ver¨¢n afectados por este tratado y que se han aprobado nuevas inversiones para asegurar la perfecta disponibilidad de las armas que permanecer¨¢n despu¨¦s de este recorte. El jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen, prometi¨®, por su parte, que todos los mandos militares responsables "apoyan s¨®lidamente este tratado".
Todos los obst¨¢culos citados no niegan el hecho de que, con este acuerdo, el mundo entra en una din¨¢mica distinta. "No necesitamos arsenales de estas dimensiones para defender a nuestra naci¨®n", ha dicho Clinton. "Somos realistas", ha a?adido la secretaria de Estado, "sabemos que el objetivo de la completa desnuclearizaci¨®n puede llevar muchos a?os, pero los pasos que estamos dando est¨¢n encaminados a ese fin; esa es nuestra meta".
El ¨¦xito de esta negociaci¨®n, que ha costado m¨¢s de ocho meses y que ha rebasado dos veces el plazo marcado, ha ense?ado una ¨²ltima cosa, a juicio de la secretaria de Estado: "la diplomacia tambi¨¦n puede servir para defender los intereses nacionales".
Los tratados anteriores
START I (1991): Este tratado bilateral dio inicio al mayor proceso de desarme de la historia. Inclu¨ªa un mecanismo de verificaci¨®n. En 2001 ambas partes hab¨ªan cumplido el l¨ªmite de tener menos de 6.000 cabezas desplegadas cada una.
START II (1993): Nunca entr¨® en vigor. Reduc¨ªa el n¨²mero de cabezas que pod¨ªan ser fijadas a misiles bal¨ªsticos.
SORT (2002): Aunque no inclu¨ªa verificaci¨®n, ambas partes acordaron reducir sus cabezas desplegadas a un margen de entre 1.700 y 2.200 en 2012.
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