La vecina que nadie quiere en Per¨²
La liberaci¨®n de una estadounidense condenada por terrorismo abre nuevamente las heridas de la violencia
Los vecinos de la calle Miguel Grau, en el residencial barrio lime?o de Miraflores, est¨¢n oficialmente en pie de guerra. Ayer su abogado present¨® una solicitud al Poder Judicial para prohibir que la estadounidense Lori Berenson resida en su distrito. Berenson se aloj¨® en un departamento de dicha calle el 27 de mayo, inmediatamente despu¨¦s de ser liberada la semana pasada de prisi¨®n, donde pas¨® los ¨²ltimos quince a?os, condenada por terrorismo . Nadie la quiere all¨ª y ya la semana pasada un grupo de vecinos de Miraflores realiz¨® una vigilia pidiendo que se vaya a otro lado, de preferencia fuera del pa¨ªs.
Varios anotaron el desatino de la estadounidense de irse a vivir justamente a un distrito que sufri¨®, en 1992, uno de los atentados m¨¢s cruentos de la ¨¦poca terrorista, el coche bomba en la c¨¦ntrica calle Tarata, cometido por Sendero Luminoso, que mat¨® a 25 personas y dej¨® heridas a m¨¢s de 200. El gobierno baraja la posibilidad de expulsarla, aunque para ello primero deber¨¢ conmutarle la pena, una prerrogativa que solo tiene el presidente Alan Garc¨ªa, quien ya tiene la solicitud en su despacho pero ha pospuesto su decisi¨®n hasta despu¨¦s de retornar de Estados Unidos, a donde parti¨® ayer para entrevistarse con Barack Obama. El ministro de Justicia, el presidente del Poder Judicial y la patronal de empresarios, entre otros, se han mostrado a favor de la expulsi¨®n.
Berenson, nacida en Nueva York, fue protagonista de una de las capturas m¨¢s sonadas en Per¨², el a?o 1995, y sentenciada por pertenecer al Movimiento Revolucionario T¨²pac Amaru, el mismo que en 1996 tom¨® la residencia del embajador de Jap¨®n en Lima y ahora est¨¢ totalmente desmovilizado. A Berenson se la acus¨® de estar planificando un ataque contra la sede del parlamento y durante el proceso admiti¨® a voz en cuello su pertenencia al grupo terrorista, pese a lo cual sus padres insistieron en su inocencia y organizaron varias campa?as en su favor en Estados Unidos. Fue condenada a condenada a cadena perpetua por un tribunal militar sin rostro, pero posteriormente su juicio fue revisado y la sentencia reducida a 20 a?os, de los cuales cumpli¨® una parte en la fr¨ªa y dura prisi¨®n de Yanamayo, a m¨¢s de 4.000 metros de altura en el altiplano, antes de ser trasladada al penal de mujeres de Lima.
La sentencia de Berenson concluye en 2015, pero ella ha podido beneficiarse de un decreto dado en 2003, durante el gobierno de Alejandro Toledo, que permite a los convictos por terrorismo reducir sus penas y acceder a libertado condicional siempre y cuando hayan cumplido tres cuartas partes de su pena. La jueza Jessica Le¨®n Yarango -la misma que ahora ha recibido la solicitud de los vecinos miraflorinos- decidi¨® otorgarle el beneficio penitenciario luego de recibir un informe del Instituto Nacional Penitenciario que afirma que Berenson, quien ahora tiene 43 a?os y es madre de un ni?o nacido el a?o pasado, "no representar¨ªa un perjuicio para la sociedad" en caso de ser liberada. Bajo el r¨¦gimen actual, la estadounidense est¨¢ obligada a reportarse ante el juzgado una vez por semana, solicitar permiso antes de cambiar de domicilio y est¨¢ prohibida de abandonar el pa¨ªs.
El temor general en la opini¨®n p¨²blica peruana es que esta liberaci¨®n la primera de varias de cabecillas terroristas que est¨¢n cerca de cumplir sus sentencias, entre ellos Osm¨¢n Morote, quien antes de su captura, en 1988, era el n¨²mero 2 de Sendero Luminoso y ya ha solicitado el beneficio de la semilibertad. Ante el evidente rechazo que causa su presencia entre los vecinos de Miraflores, su esposo y abogado, el tambi¨¦n ex convicto por terrorismo An¨ªbal Apari, se?al¨® la semana pasada que Berenson considerar¨¢ la posibilidad de cambiar de domicilio. D¨ªas despu¨¦s se dio a conocer una carta de ella, en la que pide disculpas al pa¨ªs y tambi¨¦n solicita la gracia presidencial que le permita dejar el pa¨ªs. "Hemos planteado una alternativa que concilia dos aspectos importantes, por un lado respeta los fallos judiciales y, por el otro, responde al sentimiento y deseo ciudadano de no tener contacto con esta persona que, siendo extranjera, de alguna manera le ha generado un grave da?o al pa¨ªs", se?al¨® el ministro de Justicia, V¨ªctor Garc¨ªa Toma.
Aunque en el gobierno se?alan que la expulsi¨®n de Berenson ser¨ªa factible, algunos juristas discrepan y se?alan que el hecho de tener un hijo nacido en Per¨² le podr¨ªa otorgar el derecho a arraigo. "De aplicarse, esta situaci¨®n podr¨ªa generar un conflicto constitucional", opin¨®, en declaraciones al diario El Comercio, el abogado Luis Lamas. En cualquier caso, lo que queda claro del caso Berenson es que las heridas del terrorismo, pese a los a?os transcurridos, no han cicatrizado del todo en este pa¨ªs.
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