El hallazgo de enormes yacimientos minerales abre otra era en Afganist¨¢n
Estados Unidos descubre reservas por un valor de casi un bill¨®n de euros
Los dep¨®sitos de minerales descubiertos por Estados Unidos en Afganist¨¢n constituyen, como reconoci¨® ayer el Gobierno de Kabul, una riqueza suficiente como para cambiar la din¨¢mica de la guerra y negar el destino tr¨¢gico que parece corresponderle a esa naci¨®n. Pero para su explotaci¨®n, para la conversi¨®n de ese prometedor man¨¢ en una realidad, se requieren condiciones que Afganist¨¢n est¨¢ hoy muy lejos de alcanzar.
El hallazgo de vastas reservas de oro, cobre, hierro, cobalto y, especialmente, litio, un mineral imprescindible en la fabricaci¨®n de bater¨ªas para tel¨¦fonos m¨®viles, computadoras y otros potenciales desarrollos tecnol¨®gicos, fue confirmado ayer por el portavoz de la presidencia afgana, Waheed Omar. "Esta es una gran oportunidad de unir al pueblo de Afganist¨¢n en una causa que beneficiar¨¢ a todo el mundo", declar¨®.
El jefe militar de Estados Unidos en la regi¨®n de Oriente Pr¨®ximo, general David Petraeus, certific¨® a The New York Times, el diario que desvel¨® la noticia , la trascendencia de este descubrimiento, aunque a?adi¨® tambi¨¦n algunas precauciones: "Esto tiene un potencial gigantesco. Hay muchas dudas a¨²n, pero el potencial es enormemente significativo".
Las posibilidades para Afganist¨¢n son, desde luego, considerables. Las reservas est¨¢n valoradas en un m¨ªnimo de un bill¨®n de d¨®lares (unos 830.000 millones de euros), quiz¨¢ m¨¢s. Cuando el presidente afgano, Hamid Karzai , estuvo en Washington el mes pasado coment¨® con sus interlocutores que la riqueza del subsuelo de su pa¨ªs podr¨ªa llegar hasta los tres billones de d¨®lares.
No es exagerado. Un informe elaborado en 2007 por el instituto de investigaci¨®n geol¨®gica de Estados Unidos revel¨® la magnitud de las reservas de cuya presencia se sospechaba desde tiempo atr¨¢s. El a?o pasado el Pent¨¢gono cre¨® un equipo, coordinado con las autoridades afganas, para detallar los lugares y las dimensiones del mineral.
Ahora deber¨ªa de darse paso a la fase de extracci¨®n, y es aqu¨ª donde empiezan los problemas que podr¨ªan relativizar el efecto de este hallazgo. En primer lugar, los expertos advierten que la explotaci¨®n de una mina de litio puede tardar entre dos y cinco a?os, en funci¨®n de la localizaci¨®n del mineral y el entorno geol¨®gico. Para esos trabajos se requieren, adem¨¢s, tecnolog¨ªas avanzadas y un clima adecuado de seguridad. Afganist¨¢n carece de ambas cosas. La primera podr¨ªa ser resuelta con la concesi¨®n a empresas extranjeras que cuentan con los medios necesarios. Pero la segunda depende de una guerra a la que no se ve un fin pr¨®ximo.
Muchas de las reservas de litio encontradas est¨¢n, por ejemplo, en la provincia de Ghazni, actualmente bajo control de los talibanes, que han demostrado en los ¨²ltimos meses capacidad militar suficiente como para boicotear cualquier intento de establecer un determinado ritmo econ¨®mico sin su aprobaci¨®n.
Ser¨¢ imprescindible, pues, terminar la guerra para convertir Afganist¨¢n, como dicen algunos, en la Arabia Saud¨ª del litio. Esta nueva realidad sugiere, al mismo tiempo, algunas preguntas que hasta hoy no eran tan evidentes. ?Est¨¢ el esfuerzo de reconciliaci¨®n con los talibanes promovido por Karzai motivado por este hallazgo? ?Est¨¢ la persistencia norteamericana en una guerra impopular justificada por la misma raz¨®n? ?Fue la guerra promovida desde el inicio por el conocimiento de estas reservas?
El descubrimiento se presta a toda clase de teor¨ªas conspiratorias. Los imperios se han extendido siempre, al fin y al cabo, en busca de materias primas. Pero lo m¨¢s realista en este caso no es pensar en el inter¨¦s norteamericano en los minerales afganos como un objetivo desde el comienzo del conflicto sino como una posible soluci¨®n ahora que la fuerza militar se demuestra insuficiente.
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