Cuba har¨¢ los cambios a su ritmo y sin presiones de la prensa extranjera
El vicepresidente Machado Ventura pronuncia un discurso inmovilista
Tres ideas: nosotros a nuestro ritmo; cambios s¨ª, pero solo los necesarios para hacer sostenible el socialismo en "este momento hist¨®rico"; y nada de dejarse llevar por "precipitaciones" ni "presiones externas", mucho menos por agendas y "campa?as de la prensa extranjera". Los mensajes del 57? aniversario del asalto al cuartel Moncada, la fecha revolucionaria m¨¢s importante de Cuba, fueron bastante claros. Otras cosas quedaron m¨¢s difusas en la ciudad de Santa Clara, sede del acto pol¨ªtico.
Ra¨²l Castro, el orador esperado, estuvo presente pero por razones que se desconocen prefiri¨® no hacer uso de la palabra. El discurso lo pronunci¨® el vicepresidente primero, Jos¨¦ Ram¨®n Machado Ventura, de 79 a?os, que muchos analistas ven como s¨ªmbolo de la ortodoxia y el inmovilismo.
Desde luego, no fue el de Machado Ventura un discurso aperturista. Al contrario, transmiti¨® una sensaci¨®n de frenazo en el peor momento, cuando algunos vaticinaban que, ahora s¨ª, las reformas podr¨ªan avanzar en paralelo al proceso de excarcelaci¨®n de 52 prisioneros de conciencia, actualmente en marcha. Se sab¨ªa que, en una fecha como el 26 de julio, este tema ni se mencionar¨ªa. Pero ni ese, ni otros.
La crisis econ¨®mica galopante que sacude al pa¨ªs la toc¨® solo de refil¨®n, y sobre todo para enfatizar lo imprescindible que resulta "ahorrar" y "racionalizar recursos" en todas las esferas, incluidas la educaci¨®n y la salud, los grandes emblemas de la revoluci¨®n. Nada de menciones a "liberar las fuerzas productivas" o a los famosos "cambios estructurales y de concepto" de los discursos anteriores de Ra¨²l Castro.
Tampoco hubo comentarios ni pistas sobre las reformas que supuestamente el Gobierno realizar¨¢ a partir de septiembre para reactivar la econom¨ªa, algo que la sociedad demanda a gritos desde hace tiempo. Entre las medidas a adoptar, estar¨ªan la ampliaci¨®n del trabajo por cuenta propia as¨ª como la cooperativizaci¨®n de algunos servicios, adem¨¢s de otras para eliminar subsidios y aligerar unas plantillas infladas en casi un tercio de la poblaci¨®n activa de Cuba, 1.300.000 trabajadores.
Sin embargo, las palabras de Ventura m¨¢s que dar ¨¢nimo reforzaron la tesis del inmovilismo cr¨®nico en Cuba. "Actuaremos sin soluciones populistas, demag¨®gicas o enga?osas. No nos conduciremos por campa?as de la prensa extranjera", dijo el n¨²mero dos del Gobierno, y agreg¨®: "Progresaremos con sentido de la responsabilidad, paso a paso, al ritmo que determinemos nosotros, sin improvisaciones ni precipitaciones, para no errar...". Un mensaje bien clarito a quien lo quiera escuchar.
Lo que m¨¢s llam¨® la atenci¨®n este 26 de julio fue el silencio de Ra¨²l. Desde 1959, en las conmemoraciones del Asalto al Moncada siempre hab¨ªan hablado Fidel o Ra¨²l Castro. Sol¨ªan, incluso, aprovechar la fecha -que marca el inicio de la lucha revolucionaria en Cuba- para pronunciar el discurso m¨¢s importante del a?o, en el que se delineaban directrices pol¨ªticas y econ¨®micas de futuro. Esta vez Ra¨²l decidi¨® no hablar y surgieron las especulaciones: que si la reciente reaparici¨®n de Fidel ha cambiado la correlaci¨®n de fuerzas entre "reformistas" e inmovilistas"; que si Ra¨²l no cree en la l¨ªnea de barricada del discurso de ayer y por eso call¨®; que si la cohabitaci¨®n entre Fidel y Ra¨²l es perfecta, y que el menor de los Castro simplemente se reserva para su intervenci¨®n ante el Parlamento, el pr¨®ximo 1 de agosto, donde podr¨ªa esbozar la futura l¨ªnea econ¨®mica....
Hip¨®tesis hay para todos los gustos. Aunque una cosa es cierta. Tras cuatro a?os de ausencia, Fidel Castro -que el s¨¢bado reapareci¨® de verde olivo- est¨¢ mejor de salud y cada vez m¨¢s presente. Lo confirmaba as¨ª Ventura: su "visible recuperaci¨®n es motivo de profunda alegr¨ªa para todos los revolucionarios cubanos y progresistas del mundo"; nadie puede negar ya que " est¨¢ presente y combatiendo en este d¨ªa que tanto significa para ¨¦l".
Su amigo Hugo Ch¨¢vez tambi¨¦n estaba invitado a Santa Clara. A ¨²ltima hora el presidente venezolano declin¨® asistir debido al incremento de las tensiones con Colombia. Pero sentenci¨® Ventura: "Ante las amenazas y provocaciones, Venezuela tiene todo el derecho a defenderse y contar¨¢ siempre con el firme respaldo de todo el pueblo cubano". Ra¨²l lo miraba sentado junto al vicepresidente bolivariano Rafael Ram¨ªrez, ministro de Energ¨ªa y Petr¨®leo. Lo que pensaba, entre pronunciamientos de barricada, solo ¨¦l lo sabe.
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