Berlusconi pasa por la m¨ªnima la censura contra un ministro
Los seguidores de Fini ensayan la formaci¨®n de una coalici¨®n de centro en Italia
Silvio Berlusconi ha sobrevivido al primer examen parlamentario sobre la estabilidad de su Ejecutivo, tras la expulsi¨®n de Gianfranco Fini del Pueblo de la Libertad (PDL), el partido que ambos fundaron. Con 299 votos frente a 229, el Congreso confirm¨® la confianza al subsecretario de Justicia, Giacomo Caliendo, investigado por pertenecer a la llamada P3, una logia secreta que condicionaba el nombramiento de los jueces de tribunales y del Consejo Superior de la Magistratura.
El viceministro salva su esca?o y Berlusconi a su Gobierno. El voto ha servido para medir las fuerzas de que disponen los dos ex compa?eros y actuales antagonistas de la arena pol¨ªtica italiana. Ha regalado a Berlusconi un valioso pero moment¨¢neo alivio, que ha brotado en un fragoroso aplauso cuando ha ingresado en el hemiciclo. Fini en cambio, al estreno parlamentario de su nueva creaci¨®n, Futuro y Libertad, ha obtenido la prueba de disciplina y unidad de sus armadas.
Han votado contra la censura los diputados del PDL y de la Liga Norte, que sostienen al Gobierno. El ministro de Justicia Angelino Alfano, para defender a su n¨²mero dos, ha echado mano al refr¨¢n de la conspiraci¨®n - "La P3 es una invenci¨®n de magistrados e izquierdas" - y de la presunci¨®n de inocencia como principio inviolable de una democracia - "Est¨¢is pidiendo que dimita una persona s¨®lo porque est¨¢ siendo investigada". Los cuatro finianos presentes en el Gabinete se alinearon con sus colegas. El mismo Fini les hab¨ªa dado el permiso: "Por coherencia, no pueden quitar la confianza a un miembro del Ejecutivo al que pertenecen". Han elegido el s¨ª las formaciones de centro izquierdas, Partido Democr¨¢tico e Italia dei Valori, que hab¨ªan presentado la moci¨®n.
Los 33 ex miembros del PDL se han abstenido. La misma estrategia adoptaron los diputados de la Uni¨®n de Centro (UDC), los de la Alianza para Italia (API) y el Movimiento para la Autonom¨ªa (MPA), el partido que gobierna la regi¨®n aut¨®noma de Sicilia. "No queremos minimizar la cuesti¨®n moral, pero de momento no vemos en la conducta del viceministro responsabilidades penales suficientes como para pedir su cabeza", ha dicho Pier Ferdinando Casini (UDC).
Adem¨¢s de la cuenta de los votos entre ortodoxos del PDL y disidentes del FIL, se ha concretado un nuevo cuadro en el parlamento italiano. La convergencia de los finianos y de los cat¨®licos parece el ensayo general para el nacimiento de una coalici¨®n moderada entre los dos polos. Lo dijo claro Pino Pisticchio del API hablando de un "bipolarismo arcaico e ideol¨®gico". El eje entre Fini, Casini y Rutelli (API) ha cosechado 75 votos y provoca preocupaciones en la mayor¨ªa. Tambi¨¦n condena a Berlusconi a ser reh¨¦n de las decisiones de Fini. Algo que el orgullo personal y la credibilidad pol¨ªtica del Cavaliere no pueden permitir.
"Al primer accidente vamos al voto", amenaz¨® el primer Ministro. El titular de Interior, Roberto Maroni, afirm¨® en una entrevista con Il Corriere della Sera que existen los tiempos t¨¦cnicos incluso para votar en oto?o. Berlusconi sabe bien que ninguna de las fuerzas que lo sitian est¨¢ lista para las urnas. El presidente del Congreso necesita tiempo para coger fuerza, sobre todo si su ex compa?ero consigue echarle la culpa del eventual derrumbe del gobierno.
La supuesta alianza de Centro tampoco tiene base alguna para presentarse a los ciudadanos. Dario Franceschini, que expuso la posici¨®n del Partido Democr¨¢tico, ha gritado que "ya no existe la mayor¨ªa elegida por los electores, se ha quedado en un residuo deshilado que tendr¨¢ que buscarse la vida d¨ªa a d¨ªa. Berlusconi que amenaza el voto ense?ando m¨²sculos que ya no tiene". A¨²n as¨ª, el PD, no quiere someterse al juicio de los italianos con tres a?os de antelaci¨®n y pide un Gobierno de transici¨®n que cambie la ley electoral.
El empate de Montecitorio, con el moment¨¢neo alivio de Berlusconi y las maniobras centristas de Fini, no soluciona entonces los problemas de inestabilidad del pa¨ªs. Al contrario, los pone en evidencia, los escenifica como en una tragedia griega. El acto final, se escribir¨¢ despu¨¦s del verano.
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