Berlusconi rompe con Fini y deja al Gobierno de Italia en el aire
El primer ministro fuerza a abandonar el partido al presidente del Congreso, que desde hace meses critica la acci¨®n del Gobierno y exige medidas para solucionar la "cuesti¨®n moral" que aflige al PDL
Silvio Berlusconi ha roto la alianza con Gianfranco Fini -su socio pol¨ªtico desde 1994 y cofundador junto con el primer ministro del Pueblo de la Libertad (PDL), en una maniobra que pone en grave riesgo la estabilidad del Ejecutivo. Berlusconi reuni¨® este jueves en Roma a la c¨²pula del partido para concretar la expulsi¨®n de la corriente de Fini, que desde hace meses critica la acci¨®n del Gobierno y exige medidas para solucionar la "cuesti¨®n moral" que aflige al PDL.
"Ya no existen las condiciones para seguir bajo el mismo techo", dice el documento de censura aprobado por la direcci¨®n del partido, que subraya las "insalvables divergencias" con el grupo liderado por Fini, que es tambi¨¦n presidente del Congreso. La c¨²pula tambi¨¦n decidi¨® sancionar a tres lugartenientes del l¨ªder disidente. "Ya no estoy dispuesto a aceptar el disenso, un partido en el partido", dijo Berlusconi.
El castigo empuja a la corriente de Fini a salir del partido y a formar dos nuevos grupos parlamentarios, uno por cada c¨¢mara. El destino del Gobierno depende ahora de la capacidad de arrastre de Fini. La prensa italiana calculaba ayer que los disidentes contar¨ªan con 33 diputados y 15 senadores. De confirmarse esas cifras, la coalici¨®n gubernamental perder¨ªa la mayor¨ªa en la C¨¢mara de Diputados y podr¨ªa perder el Senado. Berlusconi cuenta actualmente con 174 senadores sobre un total de 315 y 344 diputados de 630, respectivamente.
Ello, en todo caso, no significar¨¢ una ca¨ªda autom¨¢tica del Gobierno, ya que el grupo disidente de momento no se muestra dispuesto a respaldar una moci¨®n de censura al Ejecutivo. Sin embargo, la capacidad de iniciativa del Gobierno se ver¨ªa muy mermada.
Es el punto final de un matrimonio de conveniencia sellado hace dos a?os de cara a las elecciones tras la ca¨ªda del Gobierno de Romano Prodi; la disoluci¨®n de un partido que nunca dej¨® de ser una fusi¨®n en fr¨ªo de la berlusconiana Forza Italia y de la posfascista Alianza Nacional.
Italia despierta as¨ª, una vez m¨¢s, en la incertidumbre pol¨ªtica, concentrada en la aritm¨¦tica del nuevo, nebuloso, escenario. Habr¨¢ que ver cu¨¢ntos finianos est¨¢n dispuestos a abandonar el buque del Gobierno para subirse a la lancha de la oposici¨®n.
Antes de la ruptura, Il Cavaliere se mostr¨® confiado en que "los n¨²meros son abundantes y no cabe la posibilidad de cambios en el Ejecutivo y en la mayor¨ªa". Incluso en el mejor de los escenarios, su mayor¨ªa va a ser muy fr¨¢gil. Una situaci¨®n que recuerda la de Romano Prodi en 2008. Gobernar as¨ª va a ser complicado para quien se jacta de ser el mejor primer ministro de la historia de Italia y presume de liderar il Governo del fare (el Ejecutivo del hacer). Al Professore Prodi, mucho menos ambicioso, se le cay¨® el Gobierno y hubo que adelantar las elecciones. La historia parece a un paso de repetirse.
Fuego cruzado
La expulsi¨®n de Fini y sus compa?eros llega tras meses de fuego cruzado entre los dos fundadores del PDL. El presidente del Congreso declar¨® en varias ocasiones que no aprobaba el frecuente recurso a mociones de confianza y decretos ley, instrumentos ampliamente utilizados por el Gobierno para saltarse los tr¨¢mites parlamentarios. El 22 de abril, en la direcci¨®n del partido, los dos se pelearon en directo por televisi¨®n. Berlusconi amenaz¨®: "Si quieres hacer pol¨ªtica, renuncia a tu cargo institucional". Casi a gritos y perdiendo por un instante su aplomo brit¨¢nico, Fini contest¨®: "Si no, ?qu¨¦ haces? ?Me vas a echar de mi partido?". Desde entonces todo ha ido a peor.
Dos son las cuestiones principales que les separan. Primero, la ley mordaza. Fini oblig¨® a suavizar el proyecto que regula el uso de las escuchas telef¨®nicas, para garantizar algo de libertad de prensa a periodistas y editores y la posibilidad de investigar a los magistrados. Berlusconi, principal inspirador de la propuesta, apenas pudo esconder su mal humor. El segundo tema cr¨ªtico es la investigaci¨®n sobre la presunta asociaci¨®n secreta que intentaba hacerse con concursos p¨²blicos y condicionar los nombramientos de los jueces del Consejo Superior de la Magistratura y de tribunales clave para los juicios al entorno de Berlusconi.
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