Berlusconi: "?Dimitir yo? ?Acaso est¨¢is locos?"
La oposici¨®n en bloque pide en vano la dimisi¨®n del primer ministro italiano
"?Pero acaso est¨¢is locos?". Eso ha dicho este martes Silvio Berluscioni a los periodistas que le han preguntado si ten¨ªa intenci¨®n de dimitir. El primer ministro entraba en ese momento en la C¨¢mara de Diputados, donde reuni¨® a todos los diputados de su grupo que tienen el t¨ªtulo de Derecho y les invit¨® a formar parte del equipo legal que le ayudar¨¢ a defenderse en los tribunales de las acusaciones de prostituci¨®n de menores y abuso de poder. Un ej¨¦rcito de testigos presenci¨® esos supuestos delitos, y Berlusconi puso en pie la m¨¢quina de guerra contra sus odiados fiscales milaneses. "Yo no hago ese tipo de gestillos, estoy sereno", a?adi¨®, "me estoy divirtiendo".
Mientras eso sucede, lejos de los palacios de la pol¨ªtica nacional, el resto del pa¨ªs asume con filosof¨ªa la sobredosis de vulgaridad y sordidez inyectada por la publicaci¨®n casi integral de las 389 p¨¢ginas del sumario judicial del 'caso Ruby'.
El sombr¨ªo relato de las noches de Arcore deja una sensaci¨®n de "tristeza y sordidez", analiz¨® La Repubblica, y muestra a un hombre "vulnerable ante sus compa?eras ocasionales, chantajeado por menores, que miente y obliga a mentir a las muchachas y que declara la guerra a las escuchas telef¨®nicas y a los peri¨®dicos solo para defenderse del alud de esc¨¢ndalos".
Otros editoriales y la oposici¨®n en bloque pidieron en vano la dimisi¨®n del primer ministro, que por la tarde subi¨® al Quirinal para despachar con el Jefe del Estado, en teor¨ªa con el fin de preparar las celebraciones del 150 aniversario de la unidad del pa¨ªs, que se festeja este a?o y que, seg¨²n se?al¨® Beppe Severgnini en Il Corriere della Sera, "pueden acabar siendo un funeral y no un cumplea?os".
Napolitano afirma ser "muy consciente de la turbaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica" ante las "graves" imputaciones formuladas, y a?ade una frase que parec¨ªa despejar el camino a Berlusconi: asegura que no interferir¨¢ "en las decisiones pol¨ªticas que puedan tomar el jefe del Gobierno y las fuerzas parlamentarias", y apostilla que conf¨ªa en que "aclare del todo y lo antes posible los hechos en sede judicial".
En la Iglesia cat¨®lica, fiel aliada de Berlusconi, la reacci¨®n ha osciladoentre las cr¨ªticas del diario de los obispos, Avvenire, y el mudo estupor de L'Osservatore Romano, que se limita a reproducir la nota de Napolitano. Seg¨²n el vaticanista Filippo di Giacomo, el movimiento significa que "el Vaticano tiene muchas ganas de desembarazarse del problema pero no sabe c¨®mo hacerlo".
La tormenta sexual oscurece una noticia llegada de Florencia, donde un arrepentido de la mafia ha afirmado en el juicio que analiza los atentados contra bienes culturales de 1993 que fue "Berlusconi quien orden¨® los ataques".
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