Las promesas de reforma en T¨²nez generan escepticismo en las calles
El presidente promete una "ruptura con el pasado". -La Justicia detiene a 33 familiares de Ben Ali
Est¨¢n entre la espada y la pared, pero el hierro ya pincha. Apenas pasa una jornada sin que el presidente de T¨²nez, Fuad Mebaza, o el primer ministro, Muhamed Ghanuchi, se dirijan solemnemente a la naci¨®n. Este mi¨¦rcoles fue el turno del jefe del Estado. Intent¨® de nuevo endulzar los o¨ªdos de una poblaci¨®n amargada nada propensa a escuchar promesas y que presiona para que ning¨²n miembro del Reagrupamiento Constitucional Democr¨¢tico, y menos quienes fueron ministros del dictador Zine el Abidine Ben Ali, sean ministros. "Queremos una ruptura total con el pasado. La separaci¨®n de los partidos y el Estado ser¨¢ la prioridad del Ejecutivo", proclam¨® Mebaza. No parece captar que para la mayor¨ªa de los 11 millones de tunecinos ese borr¨®n y cuenta nueva no puede nacer mientras permanezcan en cargos oficiales de la m¨¢xima relevancia una docena de ministros del antes oficial Reagrupamiento Constitucional Democr¨¢tico (RCD), especialmente seis que formaron parte de Gabinetes de Ben Ali.
Mebaza insisti¨® en que se est¨¢n "llevando a cabo profundas reformas" y alab¨® "la noble revuelta popular" de los tunecinos, que ha unido a ciudadanos de toda condici¨®n por el dram¨¢tico desempleo que aqueja a la juventud y por la ausencia total de libertades que afectaba a todos. "El Estado est¨¢ con vosotros, estamos reformando todos y la voluntad del pueblo est¨¢ siendo respetada", agreg¨® el ahora presidente. No es del todo cierto. El pueblo quiere otro Ejecutivo. El que ahora est¨¢ al frente carece de credibilidad. Poco importa las medidas que, en cascada, se adoptan para satisfacer a los descontentos.
Todos los presos pol¨ªticos -aunque no se ofrecieron cifras- fueron liberados el mi¨¦rcoles, incluidos los islamistas de En Nahda (Renacimiento). El toque de queda se relaj¨®, para entrar en vigor a partir de las ocho de la tarde. A algunos exiliados se les ha permitido ya regresar a T¨²nez. El RCD, el partido de Ben Ali, anunci¨®, en una decisi¨®n que puede provocar hilaridad entre la ciudadan¨ªa, que expulsaba de sus filas al d¨¦spota afincado ahora en Arabia Saud¨ª, a dos de sus principales consejeros, al ex ministro del Interior, Rafik Belhaj Kacem, adem¨¢s de al yerno de Ben Ali, el saqueador de cuello blanco Saher el Matri, y a otro miembro de la familia de Laila Trabelsi, la esposa de Ben Ali.
La lista sigue. La Fiscal¨ªa tambi¨¦n inform¨® de que se investigar¨¢ la corrupci¨®n hasta sus ¨²ltimas consecuencias, mientras la televisi¨®n mostraba im¨¢genes de joyas y contaba que 33 parientes de Ben Ali hab¨ªan sido detenidos por "cr¨ªmenes contra T¨²nez". Y, aunque en absoluto depende de Ghanuchi o de Mebaza, el Gobierno suizo asegur¨® que se confiscar¨¢n las cuentas corrientes de 40 familiares del ex gobernante y un avi¨®n privado que descansa en Ginebra. Los tunecinos, sin embargo, prestan escasa atenci¨®n a estos asuntos.
Ghanuchi se esforz¨® el mi¨¦rcoles por reformar su Gobierno despu¨¦s de que la v¨ªspera cuatro ministros -tres sindicalistas de la Uni¨®n General de Trabajadores de T¨²nez y el l¨ªder del Foro Democr¨¢tico por el Trabajo y las Libertades, Mustafa Benjaafar? dimitieran a las pocas horas de asumir el cargo. Mustaf¨¢ Benjaafar confirm¨® anoche que no volver¨ªa al Gabinete. Pareci¨® estar de acuerdo, en principio, en convertirse en ministro. Pero todo indica que este veterano opositor ha ca¨ªdo en la cuenta de que la mayor¨ªa de los 11 millones de tunecinos sospechar¨¢ siempre de quienes ahora acepten cualquier componenda con dirigentes del r¨¦gimen defenestrado.
Est¨¢ previsto que hoy el primer ministro Ghanuchi se re¨²na por primera vez con su disminuido Gabinete. Pero tal como est¨¢ el patio, unas horas son en el T¨²nez de hoy d¨ªa una eternidad.
"Si la situaci¨®n contin¨²a con un Gobierno construido sobre la base de la antigua dictadura, las manifestaciones en la calle seguir¨¢n, y lo que deseo es que la estabilidad regrese a T¨²nez lo antes posible", afirm¨® Moncef Marzouki, un hist¨®rico opositor reci¨¦n retornado del exilio que lo primero que hizo es visitar la tumba de Mohamed Bouazizi, el hombre de 26 a?os que el pasado 17 de diciembre se roci¨® de gasolina y se quem¨® vivo en Sidi Buazid, prendiendo la mecha de una revuelta civil que, por primera vez en la historia, despoj¨® del poder a un dictador ¨¢rabe.
Todo cambia con rapidez inusitada y la gente est¨¢ tambi¨¦n desconcertada porque solo han conocido una realidad: la bestial represi¨®n del r¨¦gimen de Ben Ali, el pavor a manifestar cualquier opini¨®n, a hacer cualquier cosa que pudiera despertar las sospechas de los omnipresente chivatos. Pero los islamistas se esconden menos cada d¨ªa. Ya el lunes, en la capital, un manifestante se golpeaba el pecho y chillaba: "Soy islamista, soy islamista". Impensable la semana anterior. Tambi¨¦n se atrev¨ªa a proclamar su filiaci¨®n algunos comunistas, tambi¨¦n represaliados durante d¨¦cadas. Pero la mayor¨ªa -mirada de profunda desconfianza cuando se les preguntaba- se decantaba todav¨ªa por la cautela. Prefer¨ªan declararse independientes.
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