La presencia militar de EE UU se refuerza con la llegada de dos buques anfibios
Uno de los nav¨ªos tiene capacidad para desplazar hasta 2.000 marines, aunque seg¨²n el responsable de defensa lleva unos 400.- Par¨ªs dice que no apoyar¨¢ ninguna intervenci¨®n en Libia sin mandato de la ONU y Londres respalda la creaci¨®n de una zona de exclusi¨®n a¨¦rea
Estados Unidos sigue dando pasos para estrechar el cerco sobre Muamar el Gadafi y promete mantener esa presi¨®n por los medios que sean necesarios hasta conseguir su derrocamiento. "Estamos trabajando para convertir las palabras de condena en acciones y resultados", dijo ayer la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en una comparecencia ante el Congreso. Horas despu¨¦s, el secretario de Defensa, Robert Gates, se?alaba que en las pr¨®ximas horas llegar¨¢n a la zona dos buques anfibios con centenares de marines.
Mientras sigue la presi¨®n diplom¨¢tica en Naciones Unidas -de cuyo Consejo de Derechos Humanos ha sido expulsada Libia-, EE UU y Reino Unido insisten en que el objetivo prioritario debe ser impedir que Gadafi siga utilizando sus aviones, un arma que los rebeldes no pueden contrarrestar y que podr¨ªa llegar a liquidar el movimiento insurgente. Tal como dijo primero Obama y repiti¨® ayer Clinton, la Administraci¨®n norteamericana est¨¢ considerando la declaraci¨®n de una zona de exclusi¨®n a¨¦rea "de forma activa". Es decir, que Estados Unidos est¨¢ actuando para hacerlo viable tanto en el frente diplom¨¢tico como en el militar. En ambos resulta extremadamente dif¨ªcil.
En el diplom¨¢tico, porque, como Washington ha dicho desde el principio, se requiere un acuerdo previo de los socios de la OTAN, primero, y de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, despu¨¦s. Para dejarlo claro, el ministro de Exteriores franc¨¦s, Alain Jupp¨¦, ha asegurado que "se pueden estudiar diferentes opciones" pero ha dejado claro que Par¨ªs no apoyar¨¢ ninguna operaci¨®n militar en suelo libio si no es bajo mandato de la ONU.
En el ¨¢mbito t¨¦cnico-militar las dificultades son a¨²n mayores. Como advirti¨® ayer en el Capitolio el general James Mattis, jefe de las fuerzas norteamericanas en Oriente Pr¨®ximo, incluido Libia, el establecimiento de una zona de exclusi¨®n a¨¦rea sobre ese pa¨ªs es una operaci¨®n "de gran complejidad", que exige un considerable movimiento de recursos militares y, probablemente, el uso de la fuerza.
Dos nuevos buques con cientos de marines
Con la insurrecci¨®n entrando ya en su tercera semana y Gadafi agarr¨¢ndose a contrataques cada vez m¨¢s sangrientos pero menos efectivos, EE UU dio algunas pistas sobre su plan para desplegar buques de guerra en la zona. A ¨²ltima hora del martes se avistaron los primeros desde el pa¨ªs ¨¢rabe. El coronel libio Hamad Abdal¨¢ al Hasi, que se ha unido a los rebeldes, asegur¨® a la cadena Al Yazira que "varias unidades navales de EE UU navegan frente a la costa de Al Baida", una ciudad del noreste en el ¨¢rea que controlan los anti-Gadafi. Uno de los barcos podr¨ªa ser el destructor USS Barry, que atraves¨® el canal de Suez el lunes y se encuentra en el suroeste del Mediterr¨¢neo. Lo que parece claro es que pronto no ser¨¢ el ¨²nico nav¨ªo en la zona. Robert Gates adelant¨® la inminente llegada a Libia de dos buques anfibios. Se trata del USS Kearsarge y el USS Ponce. Se espera que el USS Kearsarge atraviese el canal de Suez desde el mar Rojo antes de la ma?ana del mi¨¦rcoles y se sit¨²e poco despu¨¦s frente a las costas libias, preparado para cualquier eventualidad, seg¨²n confirman el Departamento de Defensa y fuentes egipcias. Un barco como el Kearsarge est¨¢ preparado para diversos tipos de misiones, desde procurar ayuda humanitaria hasta operaciones de asalto. Tiene capacidad para 2.000 militares, aunque Gates en su anuncio hizo alusi¨®n a unos 400 marines. En cualquier caso, el pol¨ªtico apunt¨® que el objetivo de EE UU no es, de momento, eminentemente hostil, sino que ¨²nicamente pretende "asegurarse la mayor cantidad de opciones posibles" en caso de que Obama considere que es necesario intervenir.
El Pent¨¢gono tambi¨¦n quiere portaaviones frete a Libia. Una opci¨®n es desplazar el USS Mount Whitney desde Italia; la otra, el USS Enterprise desde el Golfo. Para situar en la zona todos esos buques, EE UU quiz¨¢ se vea obligado a un movimiento que afectar¨ªa pr¨¢cticamente al conjunto de sus fuerzas en la regi¨®n, puesto que si traslada el Enterprise ser¨ªa necesario mandar a esa zona, no libre de riesgos, otra nave similar, probablemente el portaviones que hoy vigila las costas de Somalia y el mar Ar¨¢bigo.
Una vez en el ¨¢rea de actuaci¨®n, el general Mattis manifest¨® que para poder vigilar y controlar en condiciones de seguridad el espacio a¨¦reo de Libia ser¨ªa preciso anular las defensas antia¨¦reas del pa¨ªs, lo que con toda seguridad requerir¨ªa acciones militares de cierta envergadura, como la destrucci¨®n de algunos radares. "No ser¨ªa decir simplemente que no despeguen aviones", explic¨® muy gr¨¢ficamente el militar.
Dif¨ªcil consenso internacional
Eso nos lleva de nuevo al campo pol¨ªtico. Estados Unidos no quiere hacer ese trabajo solo. Portavoces norteamericanos han sugerido en d¨ªas pasados que esto deber¨ªa de ser, prioritariamente, responsabilidad de Francia e Italia, los dos pa¨ªses con m¨¢s intereses en Libia. Adem¨¢s del acuerdo previo, la aplicaci¨®n efectiva de un espacio de exclusi¨®n a¨¦rea exigir¨ªa, por tanto, una firme voluntad europea de actuar.
Estados Unidos ha asegurado que no dejar¨¢ de hacerlo. "Vamos a mantener la presi¨®n sobre Gadafi hasta que se vaya y permita al pueblo de Libia expresarse libremente y decidir su propio futuro", declar¨® ayer la embajadora norteamericana en Naciones Unidas, Susan Rice. Como dijo Clinton ante el Congreso, este es un momento decisivo en el mundo ¨¢rabe en el que, si Washington no tiene intereses inmediatos en juego en algunos casos, s¨ª los tiene siempre a largo plazo. "Libia puede convertirse en una democracia pac¨ªfica o sufrir una larga guerra civil", dijo la secretaria de Estado. Y eso mismo puede aplicarse a otros pa¨ªses de la regi¨®n.
Por su parte, los l¨ªderes de la Uni¨®n Europea tratar¨¢n la situaci¨®n en Libia en una cumbre extraordinaria el pr¨®ximo d¨ªa 11 sobre Libia y el norte de ?frica. En la misma, el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, propondr¨¢ unas "l¨ªneas estrat¨¦gicas" de respuesta de los Veintisiete. Lla misma jornada los ministros de Defensa de la OTAN se encontrar¨¢n tambi¨¦n en Bruselas para una reuni¨®n informal, ya prevista de antemano.
Por otra parte, los jefes de Estado y Gobierno de la Uni¨®n Europea se reunir¨¢n en Bruselas el pr¨®ximo 11 de marzo en una cumbre extraordinaria. El primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, ha pedido a su Ministerio de Defensa que trabaje con los aliados en el establecimiento de una zona de exclusi¨®n a¨¦rea. "No es aceptable que el coronel Gadafi pueda asesinar a su pueblo con aviones y helic¨®pteros de combate", explicaba ayer.
Italia se dice dispuesta a facilitar su territorio como base de operaciones para una operaci¨®n semejante, pero Francia pone distancia con respecto a la soluci¨®n militar, aunque admite gradaciones. "En el momento en que hablo no hay ninguna intervenci¨®n militar prevista", inform¨® ayer el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Alain Jupp¨¦, a la Asamblea Nacional. "Se pueden estudiar diversas medidas, en particular la de una zona de exclusi¨®n a¨¦rea, pero digo claramente que no habr¨¢ intervenci¨®n sin mandato claro del Consejo de Seguridad".
El mandato del Consejo de Seguridad requiere que no haya veto por parte de Rusia y China, dos potencias recelosas del uso de la fuerza por terceros.
Mientras tanto, las medidas reales contra el r¨¦gimen de Gadafi se juegan solo en la escena diplom¨¢tica, donde prosigue la ofensiva. La Asamblea General de Naciones Unidas se reuni¨® ayer por la tarde en Nueva York y decidi¨® expulsar al pa¨ªs ¨¢rabe del Consejo de Derechos Humanos del organismo. Se trata de una medida adicional al paquete sanciones que la ONU ya aprob¨® el s¨¢bado.
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