Siete ideas sobre la situaci¨®n del conflicto en Libia
Gadafi, aislado en Tr¨ªpoli, ha perdido el apoyo de la comunidad internacional y de sus diplom¨¢ticos en la ONU y en muchas embajadas por todo el mundo
En Ben Gardan, la ciudad tunecina a 35 kil¨®metros de la frontera con Libia, una chica ve en la televisi¨®n la presentaci¨®n con la que un canal resume su cobertura de la revuelta. Las im¨¢genes venden la guerra con la m¨²sica y los tonos ocres de The Pacific, la serie producida por Steven Spielberg y Tom Hanks sobre las batallas de los aliados en la II Guerra Mundial. ?pica para mantener el esp¨ªritu vivo.
Separ¨¦monos de la ¨¦pica por un momento y ci?¨¢monos a la informaci¨®n de la que se dispone en estas siete ideas sobre el conflicto. Un r¨¢pido repaso a lo que est¨¢ pasando.
1. Gadafi est¨¢ aislado en Tr¨ªpoli. Ha perdido el apoyo de la comunidad internacional y de sus diplom¨¢ticos en la ONU y en muchas embajadas por todo el mundo. La mayor¨ªa de los militares tambi¨¦n le han abandonado y muchas ciudades a ambos lados del pa¨ªs han ca¨ªdo en manos de los comit¨¦s revolucionarios. Pero eso no quiere decir que el dictador est¨¦ ya acabado.
2. A ambos lados de la capital libia la situaci¨®n b¨¦lica es la siguiente. El este est¨¢ pr¨¢cticamente en manos de las fuerzas rebeldes. Desde la frontera egipcia hasta Bengasi se puede circular sin problema. All¨ª las tropas rebeldes preparan ataques para avanzar m¨¢s kil¨®metros hacia Tr¨ªpoli. Por ahora, esos planes solo est¨¢n en la pizarra. Lo siguiente por conquistar es Sirte, la provincia natal de Gadafi. Si los militares que han desertado en el este avanzan hasta ese punto podr¨¢n llegar a la ciudad de Misurata. Esta ciudad, entre Tr¨ªpoli y Sirte, est¨¢ manos de los ciudadanos rebeldes, pero todav¨ªa sufre ataques espor¨¢dicos por su parte occidental. Militares fieles a Gadafi han protagonizado en las ¨²ltimas horas ofensivas para recuperar algunos enclaves.
3. En el oeste, las cosas no marchan tan bien para los opositores. Las ciudades parecen estar controladas, unas m¨¢s y otras menos, por los comit¨¦s revolucionarios. Zauiya, a 50 kil¨®metros de Tr¨ªpoli, es la esperanza de un ataque por ese lado a la capital. Otras ciudades como Sabrata y Zwara, siguen recibiendo incursiones. El problema es una base militar a 40 kil¨®metros de Zwara. Los soldados de esa base controlan las carreteras y los accesos a las ciudades. Tambi¨¦n tienen tropas cerca de la frontera. Eso hace que todav¨ªa sea impenetrable.
4. La situaci¨®n de los refugiados. Unas 20.000 personas se concentran ahora mismo en la frontera oeste de Libia, en el puesto de Ras el Adjir. Las organizaciones internacionales hablan ya de crisis humana. La mayor¨ªa son egipcios que han escapado de las ciudades del oeste donde se produc¨ªan los ataques. Unos 150.000 refugiados han ido hasta ahora a ese lado y buscan la forma de regresar a sus pa¨ªses. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha instalado un campamento para ellos en la zona.
5. Las rarezas del conflicto. La personalidad de Gadafi est¨¢ dando al conflicto un tinte extravagante. Para demostrar que no hay ninguna guerra, el r¨¦gimen ha invitado a varios periodistas a Tr¨ªpoli. Ese era el objetivo del tour, pero los reporteros han visto se?ales de que las cosas no son como pintaba Gadafi. Los escoltas les han llevado incluso a ciudades tomadas como Zauiya, donde los periodistas pudieron entrar, hablar con la gente y ver la antigua bandera del reino de Libia en la plaza central. Entre las dem¨¢s ocurrencias del dictador destaca su explicaci¨®n de por qu¨¦ los j¨®venes se le pon¨ªan en contra. Dijo que Bin Laden y Al Qaeda estaban detr¨¢s de todo y que los j¨®venes estaban bajo los efectos de unas p¨ªldoras alucin¨®genas que les hab¨ªan echado en el Nescaf¨¦.
6. Durante sus 42 a?os de dictadura, Gadafi se ha cuidado mucho de mantener a la poblaci¨®n y al ej¨¦rcito fragmentados. Los primeros, divididos en distintas tribus y clanes, obedec¨ªan a sus l¨ªderes que manten¨ªan relaciones clientelares con el r¨¦gimen. Lo mismo ocurr¨ªa entre los soldados, que solo respond¨ªan a las ¨®rdenes de sus oficiales. La represi¨®n de Gadafi contra el pueblo (10.000 muertos seg¨²n el representante libio de la Corte Penal Internacional) ha hecho que todos se est¨¦n uniendo. Pero su natural fragmentaci¨®n hace que no haya l¨ªderes que arrastren a las masas. La revoluci¨®n va sumando adeptos poco a poco.
7. En el documental La niebla de la guerra, Robert Macnamara, secretario de Defensa de Estados Unidos con John F. Kennedy, ven¨ªa a decir que en las guerras nadie tiene ni idea de lo que pasa, ni siquiera los que est¨¢n metidos en ellas. Las informaciones desde dentro del pa¨ªs siguen siendo escasas y a veces contradictorias. Pero por lo que sabemos, los testimonios de las ciudades tomadas, y por la presi¨®n internacional se puede aventurar que Gadafi tiene los d¨ªas contados si no recibe ayuda. ?Cu¨¢ntos? Habr¨¢ que meterse dentro de la niebla.
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