Bolivia vive el mayor n¨²mero de protestas en los ¨²ltimos 41 a?os
Morales se niega a elevar a¨²n m¨¢s el 10% de incremento salarial ya decretado
El presidente de Bolivia, Evo Morales, vive hoy desde el otro bando la pesadilla de los conflictos sociales, de los que, en los primeros cinco a?os de la d¨¦cada pasada, fue uno de sus principales protagonistas desde los sindicatos cocaleros. Lo que ignoraba es que no solo iba a probar de su propia medicina, sino que soportar¨ªa el mayor n¨²mero de expresiones de descontento registrado en los ¨²ltimos 41 a?os.
El Centro de Estudios de la Realidad Econ¨®mica y Social (CERES) de Cochabamba ha informado de que el n¨²mero de conflictos sociales (entre huelgas, protestas callejeras, cierre de carreteras o de calles y rebeliones en las c¨¢rceles) en las ciudades bolivianas ha llegado a 811 en el a?o 2010, con un promedio de 67 conflictos mensuales. En el primer trimestre de 2011, seg¨²n cifras preliminares, se han producido 240 conflictos (67 en enero, 91 en febrero y 82 en marzo), en comparaci¨®n con los 207 registrados en ese mismo periodo de 2010.
El estudio, dirigido por el investigador Roberto Laserna, hace un detallado recuento del conflicto social en Bolivia desde 1970 y se?ala su incidencia en el desarrollo y el crecimiento del pa¨ªs. El segundo Gobierno m¨¢s afectado por los conflictos sociales en esta d¨¦cada fue el de Carlos Mesa, justamente cuando uno de los principales contestatarios era Evo Morales y, desde el retorno de la democracia, en 1982, la Administraci¨®n de Hern¨¢n Siles Zuazo soport¨® importantes olas de protesta social.
El Gobierno de Morales, caracterizado por su enorme peso pol¨ªtico y por un control casi total de los aparatos del Estado, ha mostrado una d¨¦bil capacidad de gesti¨®n gubernamental; los conflictos sociales, sin ¨¢nimo de derrocar a Morales, intentan obligar al Gobierno a ser m¨¢s operativo en la concreci¨®n de sus planes y proyectos, explica Laserna.
El creciente descontento de los trabajadores ha arreciado en los ¨²ltimos siete d¨ªas en todo el pa¨ªs, especialmente hoy, cuando las protestas se han radicalizado con el cierre de las v¨ªas de acceso a La Paz, a Cochabamba, a Trinidad, mientras que las Centrales Obreras departamentales de Chuquisaca, Potos¨ª y Tarija han hecho p¨²blico su rechazo al principio de acuerdo que se alcanz¨® el lunes por la ma?ana entre el Gobierno del presidente Morales y los dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB), encabezada por su m¨¢ximo l¨ªder, Pedro Montes.
El documento, de ocho puntos, est¨¢ en consulta entre los trabajadores de base, pero ya ha ocasionado una aparente fragmentaci¨®n de la COB. Los dirigentes de la Federaci¨®n de Mineros, de la que Montes es afiliado, aprobaron los logros en la negociaci¨®n con el Gobierno, pues lograron que se proceda a la abrogaci¨®n de las disposiciones legales que permitieron la vigencia de un modelo econ¨®mico de libre mercado.
Los principales sindicatos afiliados a la COB han adelantado el rechazo a ese documento porque no atiende favorablemente su demanda de incremento salarial mayor al 10% que el Gobierno aprob¨® con retroactividad a enero de 2011.
"Vamos a seguir en las calles. El aumento salarial del 10% no satisface nuestras necesidades", declar¨® en Cochabamba el docente Johnny Mil¨¢n y coincidi¨® con otros l¨ªderes sindicales en convocar mayores protestas callejeras; Mil¨¢n advirti¨® tambi¨¦n que la clase laboral va a considerar como "una verdadera traici¨®n si la COB resuelve firmar el acuerdo".
El Gobierno se niega a atender el aumento salarial a por lo menos un 15%, porque puede comprometer un mayor d¨¦ficit, que, revel¨® el ministro de Hacienda, Luis Arce, es de 880 millones de d¨®lares. El aumento supondr¨ªa que el d¨¦ficit del Tesoro General de la Naci¨®n subir¨ªa a 913 millones. Las protestas se expresan con mayor fuerza en la sede de Gobierno, La Paz, donde contin¨²an llegando decenas y decenas de trabajadores, maestros y universitarios de todo el pa¨ªs, con el fin de arrancar de Morales un mayor incremento salarial para compensar, se?alan, la subida en espiral de los precios de los alimentos tras la ya suspendida "nivelaci¨®n" de los precios subvencionados de la gasolina con los costes del mercado internacional.
A estas protestas, las m¨¢s duras en el Gobierno de cinco a?os de Morales, se suma el amotinamiento de los presos de las c¨¢rceles de todo el pa¨ªs, que rechazaron un 20% de aumento para la asignaci¨®n diaria para alimentos (desayuno, almuerzo y cena), que la dej¨® en 6,60 bolivianos (66 centavos de euro), y exigen al menos 10 bolivianos (un euro), dado que este monto se comparte generalmente con la familia. Pero adem¨¢s, los 10.000 presos ?de los que 7.600 no tienen sentencia? protestan por el hacinamiento en el que se les obliga a vivir en la gran mayor¨ªa de los penales bolivianos.
Y existen muchos otros problemas sociales que pueden considerarse menores en la globalidad, pero que han provocado que muchos vecinos se involucren y participen en el cierre de carreteras, en las huelgas y en ayunos, como medida para llamar la atenci¨®n de las autoridades y lograr as¨ª un puente, una escuela, o el aumento de precios de la leche natural para los peque?os productores. Incluso algunos estudiantes han llegado a coserse la boca para que se incremente el n¨²mero de postulantes en las escuelas para maestros.
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