Empieza el juicio a los l¨ªderes del Jemer Rojo por el holocausto de Camboya
Los cuatro dirigentes vivos de la guerrilla mao¨ªsta est¨¢n acusados de cr¨ªmenes de guerra, contra la humanidad, homicidio y genocidio.- Dos millones de personas murieron durante el r¨¦gimen, entre 1975 y 1979
Los cuatro dirigentes del Jemer Rojo que a¨²n viven se han sentado hoy en el banquillo de los acusados por los cr¨ªmenes cometidos por la organizaci¨®n mao¨ªsta hace m¨¢s de tres d¨¦cadas en Camboya, donde causaron la muerte de casi dos millones de personas, una cuarta parte de la poblaci¨®n, mediante torturas, ejecuciones, hambre y extenuaci¨®n en los campos de trabajo. Envejecidos y abandonados por las huestes de guerrilleros a las que ordenaron pulverizar el pa¨ªs, los tres hombres y la mujer que formaron parte de la c¨²pula liderada por Pol Pot, se enfrentan a acusaciones de cr¨ªmenes contra la humanidad, cr¨ªmenes de guerra, genocidio, asesinato, tortura y persecuci¨®n por razones religiosas y de raza contra la minor¨ªa musulmana cham, la poblaci¨®n vietnamita y la comunidad de monjes.
El caso se sigue en el tribunal internacional creado por Naciones Unidas hace cinco a?os con la finalidad de rendir justicia a las v¨ªctimas, y que hasta ahora solo hab¨ªa juzgado a Kaing Guek Eav, Duch, profesor de matem¨¢ticas convertido en director del principal centro de tortura de la guerrilla, y condenado a una pena de 35 a?os de c¨¢rcel, que luego redujo a 19 a?os. Los acusados son Khieu Samphan, de 79 a?os y presidente del que el Jemer Rojo llam¨® Gobierno de Kampuchea Democr¨¢tica; Nuon Chea, de 84 a?os el hermano n¨²mero dos del r¨¦gimen; Ieng Sary, de 85 a?os, que desempe?¨® el cargo de ministro de Exteriores; y su esposa, Ieng Thirit, de 79 a?os y por entonces titular de Asuntos Sociales. Los cuatro, que han rechazado las acusaciones en reiteradas ocasiones, no han mostrado ninguna emoci¨®n durante la lectura de las declaraciones iniciales, en un proceso televisado por la cadena nacional.
Cerca de medio millar de personas, la mayor¨ªa de ellas v¨ªctimas de torturas o familiares de aquellas que perecieron, han abarrotado la sala de vistas, separados de los acusados, los abogados y el tribunal por una mampara de cristal.
La audiencia inicial, que durar¨¢ cuatro d¨ªas, tratar¨¢ cuestiones legales, como la selecci¨®n de testigos y, sobre todo, si puede volver a ser juzgado Ieng Sary, teniendo en cuenta que un tribunal nacional le conden¨® a muerte en rebeld¨ªa por genocidio en 1979, pero luego recibi¨® una amnist¨ªa real en 1996. La fiscal¨ªa, los abogados de la defensa y de la acusaci¨®n particular han presentado ante el tribunal un listado con los nombres de 1.092 testigos, que ser¨¢ revisada por los jueces.
La defensa de Ieng Sary ha alegado que la instrucci¨®n realizada por los jueces es "incorrecta", porque supone una "violaci¨®n" de su derecho a no ser encausado dos veces por el mismo crimen. "(El tribunal) tiene que ser un ejemplo para las otras jurisdicciones de Camboya y debe por tanto respetar el derecho y el principio de legalidad", ha dicho su abogado, Michael Karnavas, que argumenta que el juicio de 1979 debe ser considerado como "adecuado y definitivo", ya que si Ieng Sary hubiera sido arrestado en ese momento, "habr¨ªa sido ejecutado".
Nuon Chea, de 84 a?os, con gorro azul y blanco y ocultando sus ojos con unas gafas de sol, dijo tras sentarse que no estaba "contento con la audiencia". Tambi¨¦n se quej¨® por su mal estado de salud y porque ten¨ªa fr¨ªo, antes de abandonar la sala tras decir que comparecer¨ªa de nuevo ante el tribunal una vez sean admitidas sus objeciones. "La investigaci¨®n judicial ha sido tan injusta que el caso contra Nuon Chea debe detenerse", ha a?adido su abogado, el holand¨¦s Michiel Pestman, quien ha culpado al Gobierno camboyano de "obstruir" las pesquisas. Tambi¨¦n Ieng Thirit se march¨® tras alegar que se sent¨ªa cansada.
"Momento cat¨¢rtico"
El juicio supone una prueba crucial para comprobar si el Tribunal Extraordinario de Camboya, una corte mixta de juristas internacionales y camboyanos cuyo funcionamiento es muy burocr¨¢tico y cuyo coste se calcula que superar¨¢ los 100 millones de euros a final de a?o, es capaz de impartir la justicia que esperan v¨ªctimas y familiares desde hace tres d¨¦cadas. Ou Virak, presidente del Centro Camboyano de los Derechos Humanos, cree que el inicio de este segundo juicio supone un "momento cat¨¢rtico". Los cr¨ªmenes de los jemeres rojos "siguen arraigados en la psique colectiva de Camboya. Espero que este juicio proporcione a todas las v¨ªctimas alg¨²n sentido de justicia, por mucho que haya tardado", ha dicho Ou Virak en un comunicado. Sin embargo, la primera sentencia del tribunal, que conden¨® al torturador Duch a 35 a?os de prisi¨®n reducidos a 19, fue considerada como poco severa por los familiares de las v¨ªctimas. La corte puede imponer penas entre cinco a?os de c¨¢rcel y cadena perpetua.
El hermano n¨²mero uno, Pol Pot, l¨ªder del brutal y enigm¨¢tico r¨¦gimen educado en Francia, muri¨® en abril de 1998 en la base guerrillera de Amlong Veng, al noroeste de Camboya. Son Sen, su ministro de Defensa, fue asesinado por los suyos, y Ta Mok, apodado El Carnicero, falleci¨® en prisi¨®n por problemas de salud.
Mientras los dirigentes son juzgados, otros muchos miles de miembros de los jemeres rojos viven en libertad mezclados con la gente de la que abusaron antes y durante los a?os de brutal r¨¦gimen, desde abril de 1975 a enero de 1979. El primer ministro camboyano, Hun Sen, un exoficial del Jemer Rojo que desert¨® antes de la invasi¨®n, se ha opuesto a que el tribunal juzgue a otros destacados miembros de la organizaci¨®n con el pretexto de que esa acci¨®n pondr¨ªa en peligro la estabilidad del pa¨ªs.
Con el Jemer Rojo casi desmantelado por las deserciones de regimientos enteros, Nuon Chea y Khieu Samphan se entregaron a finales de 1998, pero fueron puestos en libertad y regresaron a las junglas del oeste de Camboya. Ieng Sary y su mujer fueron detenidos en 2007 en una lujosa casa de Phnom Penh en la que viv¨ªan sin ocultar su identidad, y ese mismo a?o las fuerzas de seguridad detuvieron a Nuon Chea y Khieu Samphan.
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