Las escuchas ilegales de la prensa de Murdoch llegan a los Comunes
Cameron cree "espantoso" que un diario espiara el m¨®vil de una ni?a desaparecida
El esc¨¢ndalo de las escuchas ilegales practicadas por el tabloide londinense News of The World toma rasgos de crisis pol¨ªtica al saberse que el diario lleg¨® a interceptar el buz¨®n de voz del tel¨¦fono m¨®vil de una ni?a de 13 a?os que estaba desaparecida y que luego fue hallada asesinada. Los Comunes celebrar¨¢n hoy un debate de tres horas para decidir si piden al Gobierno que se abra una investigaci¨®n judicial independiente. Y el primer ministro David Cameron, que se encuentra visitando Afganist¨¢n, ha declarado que ese episodio es "un acto absolutamente espantoso".
El asunto pone en cuesti¨®n el futuro de Rebekah Brooks, directora del dominical cuando se produjeron esos hechos en 2002, que ascendi¨® luego a directora del Sun, el tabloide m¨¢s influyente del pa¨ªs, y que en la actualidad es uno de los ejecutivos m¨¢s poderosos del emporio medi¨¢tico de Rupert Murdoch en Reino Unido en calidad de directora general de News International, la filial de News Corporation que agrupa el negocio de la prensa brit¨¢nica.
Seg¨²n las revelaciones publicadas por el diario The Guardian, un investigador privado a sueldo del diario intercept¨® el buz¨®n de voz del m¨®vil de Milly Dowler, una ni?a de 13 a?os que desapareci¨® en marzo de 2002 y apareci¨® muerta seis meses despu¨¦s. Su asesino no fue descubierto hasta hace poco y condenado el mes pasado. El investigador no s¨®lo intercept¨® los mensajes que entraban en el m¨®vil de la ni?a, sino que cuando el buz¨®n se llen¨® borr¨® los m¨¢s antiguos para que pudieran seguir grab¨¢ndose nuevos mensajes.
Al hacer eso dieron a la familia de la ni?a falsas esperanzas de encontrarla con vida porque creyeron que era la propia Milly quien los hab¨ªa borrado. Y, adem¨¢s, destruyeron potenciales pruebas sobre el caso porque alguno de los mensajes borrados pod¨ªa haber sido dejado por su asesino.
Las revelaciones suponen un salto cualitativo en el esc¨¢ndalo de las escuchas ilegales del News of The World, que hasta ahora hab¨ªan afectado sobre todo a pol¨ªticos y gente famosa, incluido el pr¨ªncipe Guillermo, la modelo y actriz Sienna Millar o el actor Hugh Grant. El haber espiado a una ni?a desaparecida puede generar una ola de antipat¨ªa hacia los peri¨®dicos brit¨¢nicos de Murdoch, que controla The Sun, The Times y News of The World adem¨¢s de la televisi¨®n Sky, de la que ahora est¨¢ intentando hacerse con el control absoluto.
En un comunicado dirigido a los empleados del grupo, Rebekah Brooks admite que las acusaciones "son tan horrorosas que parece dif¨ªcil creerlas". "Tengo que deciros que me pone enferma que se diga que han pasado esas cosas. No solo porque era la directora del News of The World en ese momento sino porque, si las acusaciones son ciertas, sus efectos devastadores para la familia de Milly Dowler son imperdonables". Brooks promete que el grupo "perseguir¨¢ vigorosamente la verdad".
Desde que estall¨® el esc¨¢ndalo, en 2006, el grupo Murdoch ha intentado presentar las escuchas ilegales como una iniciativa aislada de un periodista, que fue condenado a dos a?os de c¨¢rcel en 2007 al igual que el investigador privado que las ejecut¨® materialmente. Pero con el tiempo ha ido tomando cada vez m¨¢s cuerpo la impresi¨®n de que se trataba de una pol¨ªtica sistem¨¢tica y ya son varios los jefes de redacci¨®n que se han visto salpicados.
El asunto tiene tambi¨¦n serias ramificaciones pol¨ªticas por la pasividad con que durante a?os han actuado tanto la polic¨ªa como la clase pol¨ªtica, que ha puesto de relieve la dependencia mutua entre los peri¨®dicos de Murdoch y Scotland Yard y los partidos. Los laboristas pidieron ayer la dimisi¨®n de Rebekah Brooks y "una investigaci¨®n p¨²blica sobre las ilegalidades en la industria period¨ªstica", pero durante los a?os de Tony Blair el laborismo se apoy¨® en el Sun y sus relaciones con Rupert Murdoch eran id¨ªlicas.
Las actuales revelaciones no son consecuencia de la tenacidad con la que Scotland Yard ha investigado el caso, sino la tenacidad de The Guardian, empe?ado en demostrar que se trataba de una pol¨ªtica sistem¨¢tica de escuchas ilegales que podr¨ªa afectar tambi¨¦n a otros diarios. El dato del espionaje a la pobre Milly probablemente era conocido desde a?os por la polic¨ªa, que en enero se vio obligada a reabrir las investigaciones que en su d¨ªa ya hab¨ªa dado por cerradas.
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