La madre y esposa tigre
Con una agitada vida profesional y personal, Wendi Murdoch ha intentado eludir los focos medi¨¢ticos desde su boda con el due?o de News Corporation, aunque no siempre lo consigue
Wendi Murdoch, la tercera esposa del magnate de la comunicaci¨®n Rupert Murdoch, nunca ha sido una mujer previsible. Nacida en Xuzhou (China) como Deng Wenge hace 42 a?os, lleva m¨¢s de 12 casada con el propietario de News Corporation, al que conoci¨® cuando era su jefe. Aunque su vida parece haberse relajado desde entonces, nadie cree en el papel de madre (tienen dos hijas) y ama de casa que se le intent¨® asignar tras la boda.
Quiz¨¢s para compensar la intensidad de sus primeras tres d¨¦cadas de vida. Pese a algunos cambios de residencia obligados por el trabajo de sus padres (ambos ingenieros del sector p¨²blico chino), el aut¨¦ntico salto de Wendi se produjo a los 19 a?os. Brillante alumna, decidi¨® entonces dejar los estudios de medicina y mudarse a California con un matrimonio estadounidense. Jake y Joyce Cherry, a quienes hab¨ªa pedido ayuda en China para practicar ingl¨¦s, le ofrecieron irse con ellos y en consecuencia la acogieron en su casa. Ella inici¨® entonces estudios de Econom¨ªa en una universidad p¨²blica, a la vez que las conversaciones con Jake pasaban a algo m¨¢s.
Al menos fue entonces cuando Joyce lo descubri¨® y los puso a ambos en la calle. Poco despu¨¦s, Wendi vivir¨ªa su primera boda. Un matrimonio que dur¨® dos a?os. O visto de otra manera, "siete meses m¨¢s de lo que Deng necesitaba para obtener una Green Card que le permitiera vivir y trabajar permanentemente en EE UU", seg¨²n se?al¨® The Wall Street Journal en un art¨ªculo publicado en noviembre de 2000. Sus autores, tres periodistas de la centenaria cabecera en Pek¨ªn, Los ?ngeles y Singapur, describ¨ªan tambi¨¦n la causa del fracaso matrimonial: Wendi manten¨ªa otra relaci¨®n con un compa?ero de universidad 25 a?os m¨¢s joven que su marido.
La tarjeta verde le permitir¨ªa culminar su brillante curr¨ªculum acad¨¦mico en la escuela de negocios de Yale. Despu¨¦s, llegar¨ªa el retorno a China. Fue en 1996 y ya para trabajar en News Corporation. Hong Kong acog¨ªa STAR TV, una televisi¨®n por sat¨¦lite del grupo de comunicaci¨®n. En tres a?os, la becaria se convirti¨® en esposa del emperador. Se conocieron en 1997 en una fiesta celebrada en la excolonia brit¨¢nica. En 1998 ella trabaj¨® como su int¨¦rprete en un viaje a la China continental y ya se les vio cogidos de la mano. Y en 1999 ¨¦l puso fin a su matrimonio con Anna, su segunda esposa, con la que se hab¨ªa casado un a?o antes de que Wendi naciera. 17 d¨ªas despu¨¦s se celebr¨® la boda.
Desde entonces, Wendi, un importante activo para los negocios asi¨¢ticos de su marido, ha intentado eludir los focos medi¨¢ticos. No siempre lo ha logrado, como muestra el art¨ªculo de The Wall Street Journal. Aunque parece que a Rupert Murdoch no le hizo mucha gracia, no lleg¨® a tiempo de detenerlo. Compr¨® la prestigiosa cabecera en 2007 con una redacci¨®n hostil a sus m¨¦todos y preocupada por que se tratase de una venganza. Por aquel entonces, otro peri¨®dico de su propiedad, el Sydney Morning Herald, hab¨ªa encargado un perfil de Wendi. El periodista Eric Ellis recibi¨® 25.000 d¨®lares a cambio de varios meses de investigaci¨®n y 11.000 palabras que no se publicaron. Oficialmente por motivos editoriales.
Las explicaciones de los directores del peri¨®dico australiano no detuvieron las sospechas de que Murdoch interfiri¨® para proteger a su mujer. Al menos tanto como ella ha tratado de asegurarse de que las hijas que han tenido, Grace Helen y Chloe (de 10 y 8 a?os), tendr¨¢n la misma parte de herencia que los otros cuatro hijos del magnate. Las dos hijas y los dos hijos de anteriores matrimonios aceptaron la voluntad de su padre cuando decidi¨® cambiar la herencia, que hab¨ªa sido fijada con el segundo divorcio. Y es que Wendi ha desarrollado su propio m¨¦todo para dedicarse a los suyos. Educada en la m¨¢xima rigidez, recientemente confes¨® que sus padres le dec¨ªan que avergonzaba a la familia cada vez que sacaba un 9,5. "Yo soy m¨¢s abierta al educar. No presionamos mucho a nuestras hijas, preferimos animarlas", declar¨® el pasado marzo en la presentaci¨®n de un libro sobre las Madres Tigre, como la escritora Amy Chua ha definido a las estrictas progenitoras asi¨¢ticas. Quiz¨¢s Wendi ha descubierto hoy que ella tambi¨¦n tiene instintos felinos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.