El asesinato del general Yunis agrava la divisi¨®n entre los rebeldes libios
Partidarios del jefe militar culpan del crimen a una facci¨®n rival
El misterioso asesinato, el jueves, del general Abdel Fatah Yunis, jefe militar de la rebeli¨®n libia, ha puesto contra las cuerdas a las autoridades rebeldes. Cada vez m¨¢s indicios apuntan a que Yunis, cuyo cad¨¢ver baleado y carbonizado le fue entregado ayer a su familia, fue secuestrado por una facci¨®n armada rival, y no por un comando gadafista, como sostienen los dirigentes de Bengasi. La capital de la Libia liberada estaba ayer conmocionada. Sobrepasado por los acontecimientos, el Gobierno de transici¨®n intenta evitar que el crimen active las rivalidades tribales y desate una lucha interna hasta ahora contenida.
El asesinato del general Abdel Fatah Yunis es un rompecabezas en el que faltan muchas de las piezas y sobran rumores. La pel¨ªcula de los hechos arranc¨® en la ma?ana del jueves, cuando Yunis abandon¨® el frente de Brega en un coche oficial para presentarse ante una comisi¨®n judicial en Bengasi, que quer¨ªa interrogarlo "sobre cuestiones militares". ?Cu¨¢les? Supuestamente, se le achacaban graves errores en la ofensiva de Brega. Una acusaci¨®n complicada para un hombre como Yunis, que suscitaba recelos en algunos sectores rebeldes por su antigua cercan¨ªa con Gadafi, de quien hab¨ªa sido ministro del Interior y jefe de las fuerzas especiales antes de unirse a la rebeli¨®n de febrero.
A lo largo del jueves, partidarios del Yunis exigieron la liberaci¨®n de su jefe. Por eso, cuando ya por la noche, el Gobierno anunci¨® que el general y dos coroneles que le acompa?aban hab¨ªan sido asesinados, la sorpresa fue may¨²scula. Mustafa Abdel Yalil, presidente del Consejo Nacional de Transici¨®n (CNT, la autoridad interina rebelde), dej¨® entender que el crimen era obra de un comando gadafista, cuyo cabecilla hab¨ªa sido detenido. Dijo tambi¨¦n que estaban buscando los cad¨¢veres.
La comparecencia del presidente del CNT desat¨® las alarmas, porque no ten¨ªa ni pies ni cabeza. ?C¨®mo se sab¨ªa que Yunis y sus compa?eros hab¨ªan muerto si no ten¨ªan los cuerpos? ?C¨®mo un fantasmag¨®rico comando gadafista podr¨ªa interceptar una comitiva oficial escoltada? La ira se adue?¨® de algunos seguidores de Yunis, que dispararon contra el hotel donde se celebraba la conferencia de prensa y clamaron venganza.
?Contra qui¨¦n? Es de sobra conocida la enemistad entre Yunis y el general Jalifa Heftar, h¨¦roe de la guerra del Chad y luego exiliado, que pugn¨® en balde por dirigir las fuerzas rebeldes. Pero los colaboradores m¨¢s directos de Yunis se?alan a la Brigada 17 de Febrero, un grupo paramilitar fuertemente armado, dirigido por un ingeniero, Fauzi Bukatef, cuya autonom¨ªa y sus abusos han provocado m¨¢s de un quebradero de cabeza al CNT. Un guardaespaldas de Yunis asegura que su jefe fue detenido por ese cuerpo. Ayer, la base militar de Brigada hab¨ªa sido desalojada. Un oficial de ese cuerpo aseguraba a la agencia Efe que Yunis hab¨ªa sido interrogado porque "estaban bastante seguros de que trabajaba para Gadafi".
Este viernes, en el funeral, la familia de Yunis cerr¨® filas con el CNT. Su actitud fue recibida con alivio por el Gobierno rebelde, porque la tribu de Yunis, los Obeidi, es la m¨¢s importante del este de Libia. Lo que no est¨¢ claro es que los miles de hombres leales al general se vayan a quedar de brazos cruzados.
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