Miles de polic¨ªas devuelven la calma a Londres en la cuarta noche de disturbios
Los ciudadanos se quejan de la falta de seguridad y exigen soluciones al Gobierno.- "Haremos todo lo necesario para restablecer el orden", dice el primer ministro
A los Gobiernos se les exige que gestionen bien la econom¨ªa, la educaci¨®n, la sanidad, el transporte. Pero, por encima de todo, a los Gobiernos se les exige que garanticen la seguridad. Y los brit¨¢nicos, los londinenses al menos, no se sienten seguros. David Cameron volvi¨® deprisa y corriendo de Italia porque la revuelta por los disturbios de Tottenham amenazaba con convertirse en una revuelta contra el Gobierno. Una revuelta de los votantes contra ¨¦l. Cameron anunci¨® un despliegue policial sin precedentes: 16.000 agentes vigilan desde esta noche las calles de Londres. A pesar del anuncio, decenas de comercios empezaron a cerrar a media tarde. Y a pesar de que ha sido una noche de relativa tranquilidad en la capital brit¨¢nica, a primera hora de la noche empezaron los incidentes en West Bromwich (Birmingham) y en Manchester. Hoy por la ma?ana el primer ministro, David Cameron, mantendr¨¢ una reuni¨®n con sus principales ministros para analizar la actuaci¨®n realizada por el amplio dispositivo policial puesto en marcha esta noche.
Quiz¨¢ lo m¨¢s grave del fest¨ªn de violencia que se vivi¨® el lunes por la noche en Londres, en Birmingham y, en menor medida en ciudades como Liverpool, Manchester o Bristol, fue la sensaci¨®n de que los alborotadores ten¨ªan carta blanca para pillar lo que quisieran. "Aqu¨ª los matones se han pasado dos horas saqueando las tiendas", se quejaba un ciudadano en Clapham. "D¨®nde estaba la polic¨ªa para protegernos", clamaba la due?a de una peluquer¨ªa asaltada simplemente porque a los matones les excit¨® ver su cara de miedo.
Miedo. Los londinenses tienen miedo. Y su primer ministro ha venido por fin de su est¨ªo toscano para prometerles m¨¢s polic¨ªas en las calles de Londres, casi el triple que los 6.000 que se hab¨ªan visto impotentes la v¨ªspera, y mano dura con los revoltosos. El anuncio pareci¨® tener cierto efecto: a primera hora de esta noche no se ten¨ªan noticias de disturbios graves. Al menos no de la gravedad del d¨ªa anterior. Hab¨ªa escarceos en West Bromwich y "des¨®rdenes menores" en el centro de Manchester y en la periferia, en Salford, aunque la situaci¨®n en Manchester parec¨ªa deteriorarse a medida que pasaban las horas. Pero no hab¨ªa la sensaci¨®n de caos y p¨¢nico con que la v¨ªspera se fueron a la cama los brit¨¢nicos.
La opini¨®n p¨²blica y los medios m¨¢s a la derecha han cuestionado las t¨¢cticas de la polic¨ªa, consideradas demasiado blandas. Y acusan de ello a la izquierda liberal, por su tendencia a criticar en el pasado de forma feroz cualquier exceso policial. Pero esa tibieza de Scotland Yard engarza tambi¨¦n con la tradici¨®n brit¨¢nica de renegar de lo que en el continente es moneda corriente para contener las manifestaciones violentas: pelotas de goma, gases lacrim¨®genos, ca?ones de agua. Un reniego con aromas de hipocres¨ªa porque las balas de goma y los ca?ones de agua s¨ª se utilizan en Irlanda del Norte, territorio del Reino Unido.
Scotland Yard anunci¨® que iba a generalizar el uso de veh¨ªculos acorazados porque en la v¨ªspera permitieron atajar los pillajes que se estaban dando en Lavender Hill (Clapham) de madrugada. Y dio a entender que podr¨ªa recurrir a las balas de goma. Pero la ministra del Interior, Theresa May, descart¨® de forma tajante el uso de ca?ones de agua porque no est¨¢n en "la tradici¨®n policial brit¨¢nica de actuar con el consentimiento de las comunidades".
La responsable del Home Office no est¨¢ teniendo una buena crisis. Tampoco el primer ministro, que ha tardado demasiado en dejar las vacaciones. Lleg¨® a Londres a primera hora de la ma?ana para presidir una reuni¨®n de Cobra, el organismo que coordina la acci¨®n del Gobierno en casos de crisis y emergencia nacional. En una breve declaraci¨®n a las puertas de Downing Street puso m¨¢s ¨¦nfasis en la ret¨®rica que en medidas concretas. El Parlamento interrumpir¨¢ el jueves sus vacaciones durante 24 horas para debatir la situaci¨®n. "Haremos todo lo necesario para restablecer el orden", dijo Cameron. "Lo que est¨¢ ocurriendo es pura y simple criminalidad a la que hay que enfrentarse y derrotar. Necesitamos muchos m¨¢s polic¨ªas en la calle y que act¨²en con m¨¢s contundencia", a?adi¨®.
El primer ministro advirti¨® a los revoltosos m¨¢s j¨®venes -uno de los detenidos el lunes por la noche tiene tan solo 11 a?os- que "si tienen edad para cometer estos delitos tambi¨¦n tienen edad para afrontar las consecuencias". Y explic¨® que ha habido ya m¨¢s de 450 detenciones y que espera que los procesos judiciales se aceleren. Luego, Cameron se dio un paseo por Croydon, uno de los lugares m¨¢s afectados en los disturbios del lunes por la noche. Ya a media tarde la cifra de detenidos hab¨ªa aumentado a 563 solo en Londres, de los que algo m¨¢s de 100 hab¨ªan sido acusados. Y esta madrugada, la polic¨ªa aumentaba el n¨²mero de arrestados a 685, 111 ya imputados con cargos por las autoridades judiciales.
Tampoco el alcalde de Londres, Boris Johnson, est¨¢ teniendo una buena crisis. Tambi¨¦n ¨¦l ha tardado tres d¨ªas en darse cuenta de la gravedad de la crisis y dejar las vacaciones. Johnson se dio un paseo por Clapham, donde pudo comprobar personalmente que la gente no estaba para re¨ªrle las gracias: le recibieron con abucheos y le echaron en cara su tardanza en volver a Londres y, sobre todo, la falta de polic¨ªas.
Para Scotland Yard, su ineficacia en los disturbios es la guinda de una larga serie de tropiezos que parec¨ªan haber tocado techo hace solo unos d¨ªas, durante la crisis de las escucha ilegales del News of The World. La Polic¨ªa Metropolitana no solo no est¨¢ garantizando la seguridad de los londinenses, sino que corre el riesgo de acabar siendo se?alada como responsable de que todo esto empezara.
La Comisi¨®n Independiente de Quejas de la Polic¨ªa (IPCC) ha p¨²blicos este martes los primeros resultados del an¨¢lisis bal¨ªstico por la muerte el jueves de Mark Duggan, el incidente que desat¨® el s¨¢bado los disturbios de Tottenham y que luego se extendieron a los cuatro puntos cardinales de Londres antes de extenderse a otros puntos de Inglaterra.
El an¨¢lisis bal¨ªstico ofrece argumentos para todas las interpretaciones. Confirma que Duggan no dispar¨® contra los polic¨ªas que le iban a detener, lo que parece dar la raz¨®n a quienes critican la manera en que actu¨® la polic¨ªa en esa operaci¨®n. Pero tambi¨¦n confirma que se encontr¨® un arma de fuego ilegal, lo que puede dar argumentos a Scotland Yard para defender que sus hombres dispararon porque tem¨ªan por su vida. El informe confirma tambi¨¦n que la polic¨ªa dispar¨® dos veces y que una de esas balas es la que acab¨® incrustada en la radio de uno de los agentes.
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