Y despu¨¦s de la bomba... nos sentamos a comer
El periodista de Canal Plus sufre a escasos metros de donde come un atentando con un muerto
Hay que ser el alcalde de Mogadiscio para ser el ¨²nico que cree que su ciudad no es la m¨¢s peligrosa del mundo. Hay que llamarse Ahmed Nur Mohammed, haber abandonado su confortable vida en Londres, aceptar una nueva existencia blindada por decenas de guardaespaldas, y tener una moral a prueba de bombas. Y eso no es una frase hecha, sino una realidad. Hace dos semanas le volaron el coche delante del Ayuntamiento mientras despachaba asuntos cotidianos de un primer edil, que en Mogadiscio son organizar la ayuda humanitaria, negociar con los mafiosos locales su distribuci¨®n, saber cu¨¢ntos nuevos refugiados le han entrado en la ciudad, o cu¨¢ntos de ellos se han muerto de hambre o de c¨®lera. En fin, "las cosas del d¨ªa a d¨ªa", dice.
El se?or Nur es corpulento y viste a la occidental. Mira a los ojos cuando habla y sonr¨ªe y dice que prefiere no contestar cuando le pregunto si tiene ambiciones presidenciales. "Mogadiscio no es m¨¢s peligroso que Bagdad o Kabul en t¨¦rminos num¨¦ricos. Lo que pasa es que aqu¨ª no hay americanos. Y decir que este es el sitio m¨¢s peligroso del planeta es la coartada para olvidarnos y abandonarnos", defiende. Le cuento que he estado en esos lugares y que all¨ª percibes un riesgo obvio de atentado, pero que la sensaci¨®n en Mogadiscio es de una enorme volatilidad. De que hay tantas armas en la calle que en cualquier momento la situaci¨®n se tensa y no sabes muy bien qui¨¦n es tu amigo y qui¨¦n tu enemigo. "Creo que es necesario acabar de una vez con los warlords y sus milicias. Tienen que aceptar que el monopolio de la violencia reside en el Estado. Hay que desarmar a todos esos se?ores de la guerra porque son una bomba de relojer¨ªa que nos va a estallar a todos", me cuenta tajante.
Bombazo en el Hotel Paz
Al volver al "Hotel Peace" el cocinero, TJ, un somal¨ª que conoce el nombre de todos los equipos de la liga espa?ola de f¨²tbol, nos espera con un men¨² de pescado rebozado y arroz con pasas. Mientras repasamos la entrevista con el alcalde y elegimos si titular de este art¨ªculo con su negaci¨®n de Mogadiscio como ciudad mas peligrosa del mundo, una bomba explota delante de nuestro hotel.
Trozos de metralla y de carrocer¨ªa caen a nuestro alrededor. El ruido y la onda expansiva nos dejan inm¨®viles un par de segundos. Los suficientes para palparnos y ver que estamos enteros. Salimos r¨¢pidamente hacia la terraza del edificio con las c¨¢maras. Los dos cooperantes que com¨ªan con nosotros se esconden en sus habitaciones. Los cuatro miembros de un equipo chino de televisi¨®n reci¨¦n llegado se quedan bloqueados en el pasillo, sin saber qu¨¦ hacer o d¨®nde ir. "Bienvenidos a Moga". Desde la azotea vemos el coche reventado, un hombre en su interior y un reguero de sangre. Todo sucede muy r¨¢pido. Hay gritos, confusi¨®n y nervios. Las preguntas se atropellan mientras grabamos la escena y vigilamos nuestro alrededor. ?Cu¨¢l era el objetivo?, ?qui¨¦n es el muerto?, ?es un conductor suicida?, ?iba a por nosotros?...
El jefe de seguridad del hotel nos grita que nos agachemos. "Los de Al Shabab suelen grabar sus atentados en v¨ªdeo para colgarlo en Internet. Si os confunden, los soldados o cualquier paramilitar puede disparar hacia vosotros", nos dir¨¢ luego. Volvemos hacia la recepci¨®n del hotel. El veh¨ªculo pertenece a una empresa de seguridad que trabaja para el Gobierno somal¨ª y que tiene su sede enfrente del hotel, nos dicen. Nos quedamos m¨¢s tranquilos. Todo lo tranquilo que se puede quedar uno cuando acaba de reventar un coche en medio de la comida. "?Y el muerto, qui¨¦n era?", pregunto. "Bah, el conductor...", responde el due?o del hotel. TJ, el cocinero, aparece con una bandeja de espaguetis. "Vamos, que se va a quedar fr¨ªa la comida", nos dice sonriendo. Y nos acordamos del alcalde de Mogadiscio. Y nos sentamos a comer...
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