"?Qu¨¦ tipo de arma trae a Mogadiscio?"

Cuando aterrizas en Mogadiscio, cuando ya te has quitado de encima la impresi¨®n de estar accediendo al lugar mas peligroso del mundo, a la capital de ese Estado fallido que es Somalia, un funcionario te pide que rellenes el formulario de entrada al pa¨ªs. Bien, como pasa en cualquier aeropuerto del mundo. Pero cuando ya has respondido a los habituales apartados de c¨®mo te llamas, de d¨®nde eres, cu¨¢l es tu numero de pasaporte o qu¨¦ vienes a hacer, debes de contestar a la pregunta numero 16, esa que dice "?Qu¨¦ tipo de arma trae?", y rellenar las casillas de modalidad, marca, calibre y n¨²mero de serie. Obviamente, despu¨¦s no atraviesas ning¨²n detector de metales. Una simp¨¢tica funcionaria te hace una foto con una webcam de ¨²ltima generaci¨®n (las malas lenguas dicen que financiadas por la CIA para fichar a todo el que entra), y te suelta un "Welcome to Somalia".

Mogadiscio es la capital del caos, pero de un caos organizado, donde cada barrio, cada distrito, cada ciudad y cada regi¨®n, est¨¢n repartidos en un orden invisible entre los diferentes se?ores de la guerra. Hay un gobierno provisional, s¨ª, apoyado por Occidente, pero sus soldados, mal armados y mal pagados, siguen manteniendo sus lealtades a los clanes, subclanes y subsubclanes en los que est¨¢ repartida esta sociedad. Hay milicias en cada esquina, hay un Kalashnikov en cada lugar al que mires, hay camionetas artilladas con tipos malencarados pasando veloces en todas las direcciones. Somalia es el se?or¨ªo de la guerra. Llevo unas horas aqu¨ª y ya he conocido varios adolescentes que no han vivido otro entorno que el del combate. Que su ni?ez ha sido corrompido por unos mayores que les ense?aron a disparar antes que a leer. He visto un cr¨ªo de 14 a?os, armado con un AK-47, amedrentar a una cola de refugiados que se peleaban por una escudilla de arroz.

"Hotel Paz" en la guerra

A la entrada de nuestro hotel, al que su due?o ha llamado "Hotel Paz", un guardia armado reparte chalecos antibala y cascos a los clientes que dejan la recepci¨®n. Somos muy pocos, apenas media docena: dos periodistas, y algunos cooperantes que tratan de aplicar cuidados paliativos a un pa¨ªs que vive incrustado en la anarqu¨ªa desde hace 20 a?os. Me atrever¨ªa a decir que Somalia es el paradigma de la Anarqu¨ªa.

Y a esa situaci¨®n de guerra constante, en la que han parasitado las diferentes bandas de piratas que dominan sus costas, en la que unos pocos warlords se est¨¢n haciendo ricos, en la que traficantes de droga y armas encuentran una base de operaciones inmejorable, a esa situaci¨®n, digo, y por si no tuvieran suficiente, hay que sumar la mayor sequ¨ªa en 30 a?os, una hambruna de proporciones b¨ªblicas, y el peor desastre humanitario que se recuerda en ?frica en d¨¦cadas. Eso s¨ª, en cuanto aterrizas te salta en el m¨®vil el saludo de al menos cuatro compa?¨ªas de telefon¨ªa m¨®vil somal¨ª. Porque la mayor¨ªa estar¨¢ muri¨¦ndose de hambre, pero aqu¨ª unos pocos est¨¢n haciendo mucho dinero.