El Irak sin EE UU opta por el federalismo
Las provincias reclaman autogobierno ante el recelo del Ejecutivo de Bagdad. Sunn¨ªes y chi¨ªes siguen el modelo kurdo
Diyala se ha convertido esta semana en la segunda provincia iraqu¨ª que solicita el estatuto de regi¨®n aut¨®noma. Como sucediera a finales de octubre cuando el consejo provincial de Saladino hizo lo mismo, al Gobierno central trata de frenar ese objetivo. Aunque la nueva Constituci¨®n estableci¨® que Irak es un Estado federal para recoger las aspiraciones de los kurdos, el primer ministro Nuri al Maliki teme la reducci¨®n de poder que supondr¨ªa una aplicaci¨®n generalizada de ese derecho. El contexto que rodea las demandas las convierte en un instrumento de oportunismo pol¨ªtico.
¡°La aspiraci¨®n de Diyala convertir¨¢ esa provincia en un refugio para baazistas y elementos de los Muyahidin-e Jalq¡±, se han apresurado a denunciar desde la coalici¨®n gubernamental, en referencia al partido de Sadam Husein y los exiliados iran¨ªes que ¨¦ste acogi¨®. La poblaci¨®n chi¨ª de la provincia (que a diferencia de Saladino es significativa) tambi¨¦n se ha manifestado en contra.
Al Maliki, que se encontraba de visita en EE UU cuando se produjo el anuncio de Diyala, no ha reaccionado p¨²blicamente, pero es previsible que rechace la petici¨®n igual que hizo con la de Saladino. De acuerdo con lo establecido en la ley, las solicitudes para formar una regi¨®n aut¨®noma precisan la aprobaci¨®n del Consejo de Ministros antes de pasar a la Comisi¨®n Electoral para ser sometidas a refer¨¦ndum. Ninguna ha llegado tan lejos.
En 2008, cuando los habitantes de Basora se movilizaron a favor de una autonom¨ªa como la kurda, Bagdad respondi¨® ofreciendo al Gobierno provincial una compensaci¨®n de dos d¨®lares por cada barril de petr¨®leo extra¨ªdo de su subsuelo. Pero entonces Al Maliki conten¨ªa a su propio grupo, mientras que ahora son los sun¨ªes quienes abrazan el federalismo, lo que introduce un delicado elemento sectario. Adem¨¢s de Saladino y Diyala, tambi¨¦n Al Anbar ha mostrado inter¨¦s en convertirse en regi¨®n aut¨®noma aunque de momento no lo ha oficializado.
Este giro de los sun¨ªes, una comunidad que en 2005 boicote¨® las elecciones porque la Constituci¨®n sancionaba el federalismo, se produce despu¨¦s de que el pasado verano el presidente del Parlamento, Osama al Nuyaifi, mencionara esa alternativa como una posible opci¨®n para resolver la marginaci¨®n de los sun¨ªes en Irak. Ayden Aqso, el portavoz de Al Nuayifi, rechaza sin embargo que sus palabras hayan inspirado la actual fiebre federalista.
¡°El presidente y su grupo ven esa aspiraci¨®n como resultado de las malas relaciones entre el Gobierno central y los gobiernos provinciales¡±, asegura. La lista de agravios es larga. Desde la desigual distribuci¨®n de los presupuestos a la falta de inversiones pasando por la ausencia de coordinaci¨®n en las operaciones de seguridad. Bajo esos problemas subyacen el sectarismo que gu¨ªa la pol¨ªtica iraqu¨ª y el tradicional centralismo de Bagdad.
Seg¨²n Aqso, para Al Nuyaifi, el federalismo se ha convertido en un freno a la concentraci¨®n de poderes del primer ministro. ¡°Tenemos un Gobierno central dirigido por un solo individuo, lo que no permite avanzar en el proceso democr¨¢tico¡±, explica. El portavoz recuerda que durante la redacci¨®n del texto constitucional, Al Maliki fue uno de los defensores del federalismo al que ahora se opone.
Sin embargo, no est¨¢ claro que las peticiones respondan a un verdadero sentimiento popular. La mayor¨ªa de los observadores las ven m¨¢s bien como un instrumento de presi¨®n ante el bloqueo al que ha llevado la pol¨ªtica sectaria. La permisiva ley que desarrolla el establecimiento de regiones aut¨®nomas permite ese oportunismo. Basta con que un tercio de los miembros del consejo provincial pidan un refer¨¦ndum.
¡°No me opongo a la idea del federalismo, ni a la descentralizaci¨®n, el problema es el contenido; el modelo es muy radical¡±, se?ala el ex diputado Hunain al Qaddo, que form¨® parte del comit¨¦ constitucional. Pone como ejemplo que el Ej¨¦rcito no puede desplegarse en una regi¨®n sin el consentimiento del Parlamento regional, algo que sin duda reducir¨ªa el poder de Al Maliki que, como primer ministro es tambi¨¦n el jefe de las Fuerzas Armadas.
Al Qaddo, que pertenece a la minor¨ªa shabak, le preocupa ¡°la desintegraci¨®n de Irak en mini estados que luchen unos contra otros por las fronteras, el petr¨®leo y el agua¡±. El Gobierno de Bagdad tendr¨ªa poco sobre lo que gobernar si los sun¨ªes al oeste y los chi¨ªes al sur siguieran el modelo kurdo.
Hasan al Yoburi, uno de los diputados del bloque sadrista (que apoya al Gobierno de Al Maliki), considera que no es el momento oportuno para plantear la cuesti¨®n. ¡°Hay que esperar a que el Gobierno sea m¨¢s fuerte y se haya consolidado el proceso pol¨ªtico¡±, se?ala tras admitir que es una opci¨®n constitucional.
Los kurdos son poco m¨¢s receptivos. Najeeb Balata, diputado de la Uni¨®n Isl¨¢mica de Kurdist¨¢n y miembro del comit¨¦ de provincias y regiones del Parlamento, reconoce que ¡°no se ha implantado el sistema descentralizado que establece la Constituci¨®n¡±. Tambi¨¦n le parece "una gran injusticia" que ¡°una provincia como N¨ªnive, donde vive el 10% de los 30 millones de iraqu¨ªes, s¨®lo reciba un 1,5% del presupuesto nacional.¡± Sin embargo, considera inviable ¡°un estado federal con 40 ministerios y 13 regiones con otros tantos¡±. ¡°Hay que pensar en la financiaci¨®n¡±, apunta antes de concluir que ¡°el Gobierno iraqu¨ª no est¨¢ resolviendo el problema de base¡±.
Otros diputados kurdos recuerdan que existen disputas territoriales que deben solucionarse primero. ¡°La coalici¨®n kurda apoya el federalismo, pero los lindes de esas provincias est¨¢n en discusi¨®n y no vamos a permitir su autonom¨ªa mientras no se aclaren sus l¨ªmites¡±, se?ala Khalid Shawani, de la Alianza Kurda. En el caso de Diyala, los kurdos reclaman las comarcas de Janequ¨ªn y Mandali; y en la de Saladino, Tuz-khurmatu. A pesar de las peticiones separadas, Shawani se muestra convencido de que ¡°es el punto de partida para una regi¨®n sun¨ª¡±.
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