EE UU alerta a Al Maliki sobre la ruptura del Gobierno de unidad
Pocos d¨ªas despu¨¦s del fin de las operaciones militares estadounidenses en Irak, el pa¨ªs amenaza con sumirse en la violencia sectaria
Dos d¨ªas despu¨¦s de que el ¨²ltimo soldado norteamericano abandonara Irak a trav¨¦s de la frontera con Kuwait, la Casa Blanca tuvo que pedirle el martes al Gobierno del primer ministro Nuri al Maliki que tome las medidas de consenso necesarias para evitar la desintegraci¨®n pol¨ªtica de la naci¨®n. La coalici¨®n que Estados Unidos ayud¨® a construir de forma tan laboriosa el a?o pasado, despu¨¦s de los ocho meses de estancamiento pol¨ªtico que siguieron a las elecciones legislativas, se est¨¢ desmoronando, y con ella la confianza en Washington de que se ha dejado atr¨¢s a una naci¨®n ¡°estable y autosuficiente¡±, tal y como el presidente Barack Obama la defini¨® en el discurso que marc¨® el fin de la guerra, la semana pasada.
Fue el vicepresidente norteamericano Joe Biden quien llam¨® el martes al primer ministro Al Maliki y al presidente del Consejo Iraqu¨ª de Representantes [parlamento], Osama al Nujaifi, para expresarles la preocupaci¨®n de EE UU por el clima pol¨ªtico en Irak.
¡°El vicepresidente dijo a ambos l¨ªderes que EE UU est¨¢ vigilando lo que sucede en Irak muy de cerca¡±, inform¨® la Casa Blanca en un comunicado. ¡°Destac¨® el compromiso de EE UU con una alianza estrat¨¦gica a largo plazo con Irak, nuestro apoyo a una alianza incluyente con su Gobierno y la importancia de actuar de un modo coherente con el imperio de la ley y la constituci¨®n de Irak. El vicepresidente destac¨® adem¨¢s la necesidad urgente del primer ministro y de los l¨ªderes de los otros grandes bloques pol¨ªticos de dialogar y solventar las divisiones con consenso¡±.
Consenso es lo que no existe en este momento en Irak. Al Maliki, del partido chi¨ª Dawa, ha emitido una orden de detenci¨®n contra el vicepresidente Tariq al Hashemi, del bloque parlamentario sun¨ª, al que acusa de actos de terrorismo. ?ste se ha refugiado en el Kurdist¨¢n. En consecuencia, el primer ministro ha dado a los l¨ªderes de esa regi¨®n un ultim¨¢tum para que lo entreguen y ha amenazado con romper el Gobierno de unidad nacional para formar otro con la mayor¨ªa chi¨ª de la que dispone. Durante d¨¦cadas, la minor¨ªa sun¨ª gobern¨® el pa¨ªs con mano de hierro a trav¨¦s del partido Baaz, del dictador depuesto Sadam Husein.
Semejante panorama ha sembrado la alarma en el Pent¨¢gono y en el sector m¨¢s conservador del Congreso. Ambos ejercieron presi¨®n sobre la Casa Blanca para que negociara con el Gobierno de Irak la manutenci¨®n indefinida en aquel pa¨ªs de un contingente de, como m¨ªnimo, 3.000 soldados de EE UU para labores de supervisi¨®n y para casos de emergencia. Al Maliki no se comprometi¨® a garantizar la inmunidad de esos soldados una vez finalizara formalmente la guerra, y Obama acab¨® por ordenar el repliegue total y definitivo. Hoy no hay m¨¢s soldados norteamericanos en Irak que los que trabajan en la embajada de Bagdad.
Dos veteranos republicanos del Senado, John McCain y Lindsey Graham, han exigido a la Casa Blanca que negocie urgentemente un regreso de tropas a Irak. ¡°Este es un signo muy claro de que el fr¨¢gil equilibrio pol¨ªtico logrado por el refuerzo de tropas de 2007, que acab¨® con la violencia sectaria a gran escala en Irak, se est¨¢ desmoronando ahora.
Esta crisis la ha facilitado en gran medida la incapacidad y la falta de voluntad de la Administraci¨®n de Obama de llegar a un acuerdo con el Gobierno de Irak para mantener una presencia testimonial de tropas de EE UU en Irak, algo que ha privado al pa¨ªs de la influencia estabilizadora del Ej¨¦rcito de EE UU y que ha disminuido la capacidad de EE UU de apoyar a Irak¡±, dijeron ambos senadores en una carta abierta fechada el martes.
¡°Un desgaste como el que estamos presenciando ahora en Irak no era algo imposible de prever, y el Gobierno de EE UU debe hacer lo que est¨¦ a su alcance para ayudar a los iraqu¨ªes a estabilizar la situaci¨®n. Le pedimos a la Administraci¨®n de Obama y al Gobierno de Irak que reabran las negociaciones con el objetivo de mantener una presencia residual de tropas de EE UU en Irak antes de que la situaci¨®n se deteriore aun m¨¢s¡±, a?adieron.
Ambos apoyaron a George W. Bush en el rearme de 20.000 tropas (cinco brigadas) ordenado en 2007, al que el Pent¨¢gono le atribuye el final de la violencia sectaria que casi desat¨® una guerra civil entre facciones sun¨ªes y chi¨ªes, un enfrentamiento que en estos momentos se reproduce en el plano pol¨ªtico.
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