El limbo legal de la prisi¨®n de Guant¨¢namo cumple diez a?os
La c¨¢rcel m¨¢s infausta de la guerra contra el terrorismo sigue abierta pese a las promesas de Obama Las dificultades legales para juzgar a los detenidos en EE UU complican el cierre
Hace hoy exactamente 10 a?os, una veintena de detenidos por el Ej¨¦rcito norteamericano durante los primeros meses de la guerra de Afganist¨¢n lleg¨® a la base naval de Guant¨¢namo, en la isla de Cuba, a bordo de un avi¨®n militar C-141, que hab¨ªa partido de Kandahar el d¨ªa anterior. Vestidos con monos y gorras de intenso color naranja; con los ojos, narices, bocas y o¨ªdos tapados; esposados de manos y pies, fueron desplazados a Camp X Ray, una c¨¢rcel al aire libre que se hab¨ªa utilizado, por ¨²ltima vez, para detener a criminales cubanos que hab¨ªa llegado a la base en el ¨¦xodo de balseros de Cuba de 1994.
Diez a?os de Guant¨¢namo
11 de enero de 2002: El primer grupo de 20 detenidos llega al Campo X-Ray en Guant¨¢namo, Cuba donde hay celdas al aire libre con piso de hormig¨®n.
18 de enero de 2002: El presidente George W. Bush decide que los prisioneros con cargos por terrorismo no pueden ser protegidos como prisioneros de guerra, como lo indica la Convenci¨®n de Ginebra.
9 de mayo de 2003: Guant¨¢namo llega al m¨¢ximo de su capacidad con una poblaci¨®n de 779 detenidos.
10 de noviembre de 2003: La Suprema Corte de Estados Unidos acepta estudiar el caso de la prisi¨®n de Guant¨¢namo.
15 de febrero de 2006: Un informe de Naciones Unidas recomienda el cierre de Guant¨¢namo.
29 de junio de 2006: La Suprema Corte de Estados Unidos reconoce que la comisi¨®n militar de Guant¨¢namo viola la ley internacional y las del pa¨ªs. Decide que los detenidos deben ser protegidos por la Convenci¨®n de Ginebra.
14 de marzo de 2007: Abd al-Rahim al-Nashiri, acusado del bombardeo del destructor USS Cole en Yemen en 2000, asegura que fue torturado para confesar su relaci¨®n con actividades terroristas.
14 de enero de 2009: Por primera vez la administraci¨®n de George W. Bush reconoce que uno de los detenidos ha sido torturado.
22 de enero de 2009: Dos d¨ªas despu¨¦s de que Barack Obama tomara el cargo como Presidente, firma tres ¨®rdenes sobre Guant¨¢namo. Una para cerrar la prisi¨®n en un a?o, otra para detener las t¨¦cnicas de la CIA para interrogar a los detenidos, y una m¨¢s para revisar las condiciones de las detenciones.
21 de enero de 2010: El Departamento de Justicia concluye que 50 de los 196 detenidos en Guant¨¢namo deben permanecer en la prisi¨®n indefinidamente sin un juicio.
5 de marzo de 2010: Los asesores de Obama recomiendan que los detenidos relacionados con el 11 de septiembre de 2001 sean procesados en tribunales militares y no en los civiles como hab¨ªa propuesto el fiscal general del Estado, Eric H. Holder.
7 de marzo de 2011: Obama ordena la reanudaci¨®n de las comisiones militares en Guant¨¢namo.
25 de abril de 2011: Wikileaks revela informes, de entre 2002 y 2009, sobre las condiciones de la prisi¨®n en los que se reconoce la tortura de los prisioneros.
Siete d¨ªas despu¨¦s, el presidente George W. Bush compareci¨® ante la naci¨®n para explicarle que aquellos hombres eran terroristas, que estaban asociados a los ataques del 11-S y que no se les aplicar¨ªan las protecciones de las convenciones de Ginebra, que amparan a los prisioneros de guerra. Nac¨ªa as¨ª la c¨¢rcel m¨¢s infausta de la guerra contra el terrorismo, una prisi¨®n en un limbo legal, en una base naval alquilada por EE UU a Cuba mucho antes de la revoluci¨®n comunista de los a?os 50. All¨ª se retendr¨ªa, dijo Bush, a los que bautiz¨® como ¡°combatientes il¨ªcitos¡±.
Camp X Ray dar¨ªa pronto paso a Camp Delta, donde se lleg¨® a retener a hasta 779 supuestos terroristas. La mayor¨ªa ya se ha marchado a otros pa¨ªses (al menos cinco a Espa?a). Los que quedan se dividen ahora en dos prisiones. En Camp 6 est¨¢ la mayor¨ªa de los 167 detenidos, muchos de los cuales aguardan el traslado a otros pa¨ªses. A escasos metros se halla Camp 5, una prisi¨®n de m¨¢xima seguridad donde una veintena de personas aguarda juicio, en r¨¦gimen de aislamiento casi total. All¨ª se hallan los ide¨®logos de los atentados terroristas del 11-S, como Khaled Sheikh Mohammed.
La presencia en Guant¨¢namo de esos detenidos de m¨¢xima seguridad es lo que mantiene la c¨¢rcel abierta. Hasta que Washington averig¨¹e qu¨¦ puede hacer con ellos, esa tierra de nadie seguir¨¢ abierta frente al mar Caribe. Entre esas rejas hay, adem¨¢s, cuatro presos que ya han sido condenados y cumplen condena. El proceso de comisiones militares, en las que se juzga a los detenidos, sigue tambi¨¦n su curso. La semana que viene se reanudar¨¢n los procedimientos contra Abd al-Rahim al-Nashiri, acusado del bombardeo del destructor USS Cole en Yemen en 2000, un ataque en el que murieron 17 soldados de EE UU.
En cierto sentido, Guant¨¢namo era un lugar id¨®neo para las intenciones de Bush de crear un limbo legal m¨¢s all¨¢ de las convenciones de Ginebra. La soberan¨ªa all¨ª es cubana, pero el territorio est¨¢ controlado por los norteamericanos. El contrato de arrendamiento, firmado en 1903, solo puede romperlo Washington. EE UU manda cada a?o a La Habana un cheque para pagar el alquiler, por valor de 3.100 euros y que nunca se cobra. Bush encontr¨® la ecuaci¨®n perfecta sobre la que crear esa prisi¨®n: una base en territorio soberano de un enemigo con el que EE UU no tiene contactos diplom¨¢ticos.
A muchos de los detenidos se les sigue interrogando. Lo hacen frecuentemente los empleados militares del centro de detenci¨®n. Tambi¨¦n tienen acceso a ellos agentes de la CIA, que en el pasado les torturaron, con las t¨¦cnicas aprobadas por la Administraci¨®n de Bush, como la privaci¨®n del sue?o, la exposici¨®n a temperaturas extremas o el ahogamiento fingido. El a?o pasado, EL PA?S public¨® unos documentos cedidos por Wikileaks que revelaban las duras condiciones de ese trato.
¡°Los interrogatorios tienen una funci¨®n estrat¨¦gica en la guerra global contra el terrorismo. Tienen un elemento de protecci¨®n para nuestros guardas y sus operaciones¡±, explic¨® recientemente a este diario el contralmirante David B. Woods, comandante de la Fuerza Conjunta de Guant¨¢namo, que engloba a las prisiones y toda la log¨ªstica que las sustenta. ¡°Es una red global de terrorismo. Necesitamos entender esa red, y c¨®mo funciona, como se financia y entrena. Todas esas piezas son parte de un puzzle que nos ayuda a defendernos en la guerra global contra el terrorismo¡±.
En 2009, el d¨ªa despu¨¦s de tomar posesi¨®n de su cargo, Barack Obama ilegaliz¨® las t¨¦cnicas extremas de interrogaci¨®n y firm¨® un decreto por el que ordenaba el cierre de Guant¨¢namo en el plazo de un a?o. El Gobierno incumpli¨® la orden. Cuando quiso juzgar a los ide¨®logos del 11-S en juzgados federales de Nueva York, el revuelo pol¨ªtico le oblig¨® a dar marcha atr¨¢s. Tante¨®, paralelamente, diversas c¨¢rceles que podr¨ªan albergar a los detenidos, pero los republicanos en el Capitolio se opusieron frontalmente a su traslado a suelo nacional norteamericano. Seg¨²n su razonamiento, si el juicio se declarara nulo, porque los presos hab¨ªan sido sometidos a tortura, podr¨ªan llegar a ser puestos en libertad dentro de las fronteras de Norteam¨¦rica.
Entre esas rejas hay cuatro presos que ya han sido condenados y cumplen condena
Previamente, la justicia norteamericana ya hab¨ªa desmerecido las decisiones de Bush. En 2006, el Tribunal Supremo, la m¨¢xima instancia judicial de EE UU, decidi¨® que el sistema de comisiones militares ideado por la Casa Blanca violaba las leyes internacionales y que las convenciones de Ginebra se deb¨ªan aplicar a los detenidos. Dos a?os despu¨¦s, aquel tribunal vot¨® a favor de que los detenidos pudieran desafiar su arresto ante la justicia federal norteamericana, reclamando las garant¨ªas judiciales de?habeas corpus, cuya finalidad es prevenir las detenciones arbitrarias e injustas. Todas esas decisiones judiciales y pol¨ªticas no han servido para desmantelar esa c¨¢rcel en una d¨¦cada. Obama orden¨® la reanudaci¨®n de las comisiones militares en Guant¨¢namo en marzo del a?o pasado.
En un clima de austeridad, el precio de Guant¨¢namo es tambi¨¦n una fuente de preocupaci¨®n. La base naval tiene 2.100 soldados, y de ellos 1.500 trabajan para la prisi¨®n. Mantener a cada preso le cuesta a los contribuyentes norteamericanos 800.000 d¨®lares (627.000 euros) cada a?o. En total, son 137 millones de d¨®lares de los presupuestos anuales aprobados por Washington, una cifra considerable en un contexto en el que el Congreso, en Washington, est¨¢ buscando c¨®mo recortar 1,5 billones de d¨®lares en el gasto gubernamental. A fecha de hoy, Guant¨¢namo es, a parte de un problema diplom¨¢tico, la prisi¨®n m¨¢s cara del mundo.
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