Marat¨®n republicano
La victoria de Gingrich en Carolina del Sur presagia unas primarias a dos, largas y duras
Tres primarias republicanas, tres ganadores. El ¨²ltimo, un Newt Gingrich que ha renacido de las cenizas en Carolina del Sur. La carrera no se va a resolver r¨¢pidamente. Va a ser de fondo y previsiblemente a dos: el propio Gingrich, y el que pod¨ªa parecer hasta el s¨¢bado que se iba a llevar las primarias de calle, Mitt Romney. Es probable que Rick Santorum y el libertario de derechas Ron Paul abandonen pronto la carrera y se decidan a engrosar la lista de los que ya se han retirado.
Va a ser tambi¨¦n una carrera dura. A ello contribuyen el dinero y esos comit¨¦s de acci¨®n pol¨ªtica de fondos ilimitados en virtud de la sentencia del Tribunal Supremo que as¨ª lo permiti¨®, que apoyan a los candidatos desde fuera. Se corre el riesgo de hastiar a los ciudadanos que, seg¨²n las encuestas, ven esta campa?a como excesivamente larga, negativa y tediosa. Sin embargo, Carolina del Sur ha demostrado que los debates entre los aspirantes, en los que ha brillado Gingrich, cuentan como un arma pol¨ªtica para convencer a los votantes.
La victoria del expresidente de la C¨¢mara de Representantes y art¨ªfice de la ¡°revoluci¨®n conservadora¡± de 1994, ha puesto tambi¨¦n de relieve que sus devaneos maritales no han sido ¨®bice para ganar entre las mujeres. Se ha llevado asimismo el voto de los evang¨¦licos, mayoritarios en ese Estado, y de los seguidores del Tea Party, lo que muestra que pese a haberse retirado su candidata, Michele Bachmann, de la carrera, el movimiento radical sigue contando aunque no est¨¦ en primera l¨ªnea.
Mitt Romney, al que un recuento le quit¨® el pasado martes la victoria en Iowa en favor de Santorum, tendr¨¢ que luchar. Es significativo de la situaci¨®n que vive Estados Unidos, que el hecho de ser rico y de haber pagado, legalmente, menos impuestos que una familia de clase media, se haya convertido ahora en un lastre para sus aspiraciones.
En todo caso, son buenas noticias para el presidente dem¨®crata Barack Obama y su anhelo de ser reelegido. Los republicanos se enzarzar¨¢n m¨¢s tiempo entre ellos para ver qui¨¦n es el l¨ªder m¨¢s aut¨¦nticamente conservador. Pero es en el centro donde se jugar¨¢, no ya las primarias republicanas, sino la partida presidencial de noviembre para la que cuentan los cada vez m¨¢s numerosos votantes independientes que se han alejado de los dos grandes partidos.
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