La cerraz¨®n de un dictador
El horror de la muerte de ni?os, ancianos, mujeres y civiles inocentes antes o despu¨¦s comenzar¨¢ a pasar factura a El Asad entre los cristianos y la gobernante minor¨ªa alau¨ª
Cada d¨ªa que pasa, Bachar el Asad se hunde a¨²n m¨¢s en el pozo de los siniestros dictadores arrancados de sus sillones por el odio de su pueblo. La obsesi¨®n con que bombardea desde hace m¨¢s de tres semanas una ciudad de un mill¨®n de habitantes, Homs, le impide entender que se est¨¢ ganando a pulso el rechazo masivo de los sirios y no solo el de la subyugada mayor¨ªa sun¨ª (70% de la poblaci¨®n). El horror de la muerte de ni?os, ancianos, mujeres y civiles inocentes ¡ªseg¨²n la ONU, las v¨ªctimas mortales en estos 11 meses de conflicto ascienden a 7.500¡ª antes o despu¨¦s comenzar¨¢ a pasarle factura entre los cristianos y la gobernante minor¨ªa alau¨ª.
El Asad, como todos los tiranos, se queda solo, aislado entre un estrecho c¨ªrculo de figurantes que cantan y bailan para tapar el ruido de los bombardeos y ocultar la sangre que corre por las calles sirias. Ni siquiera ha tenido la dignidad de retirar los tanques y el Ej¨¦rcito de las ciudades sitiadas para dar credibilidad al refer¨¦ndum convocado el domingo pasado para poner en marcha una reforma constitucional que abrir¨ªa las puertas del r¨¦gimen. Nadie debe votar bajo la intimidaci¨®n del continuo tableteo de las ametralladoras; no hay urna que soporte la explosi¨®n de los morteros.
La obstinaci¨®n en el uso de la fuerza conduce inexorablemente a la barbarie y arroja por la rampa del genocidio a quien no quiere ver la realidad de que los d¨ªas de su poder est¨¢n contados. Los tiempos de su difunto padre, Hafez el Asad, en que ba?¨® en sangre impunemente la ciudad de Hama han pasado. Mientras el Gobierno contaba papeletas y presentaba orgulloso a la comunidad internacional ¡ªque condena la masacre indiscriminada de la poblaci¨®n siria¡ª unos resultados de apoyo cercanos al 90% de los votos, la violencia se generalizaba por otras ciudades del norte del pa¨ªs y por los barrios de las afueras de la capital. La respuesta fue inmediata. El lunes las Fuerzas Armadas sirias sitiaban con tanques nuevas poblaciones y disparaban sus ca?ones contra la d¨ªscola poblaci¨®n civil.
Las sanciones de la Uni¨®n Europea, que intenta asfixiar econ¨®micamente al r¨¦gimen, no parecen haber hecho mella en las autoridades, que han apostado por la resistencia mientras sepan que cuentan con el sost¨¦n de dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: China y Rusia. De ah¨ª que, ante los o¨ªdos sordos de Damasco, la comunidad internacional debe reforzar la comunicaci¨®n con estos dos pa¨ªses. Es necesario ganarse el apoyo de Pek¨ªn y Mosc¨² para lograr una salida a la dram¨¢tica situaci¨®n que vive Siria.
Los esfuerzos diplom¨¢ticos y las negociaciones deber¨ªan tener como objetivo atraerse a esos dos pa¨ªses hacia una posici¨®n com¨²n que permita poner fin a la matanza de inocentes y organizar con las distintas fuerzas de la oposici¨®n siria el futuro del pa¨ªs. Evitar que Siria se hunda en una guerra civil debe ser el principal desvelo de la comunidad internacional. Mientras tanto, es urgente la puesta en marcha de pasillos humanitarios que permitan la evacuaci¨®n de heridos y la entrada de alimentos y medicinas a la castigada poblaci¨®n.
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