Obama sopesa acelerar la retirada de Afganist¨¢n
El presidente de EE UU discute con el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, el calendario de salida de las tropas
Con la discreci¨®n y el tacto que aconseja un asunto en el que se juega el prestigio de Estados Unidos y de la OTAN, la Administraci¨®n norteamericana est¨¢ considerando una aceleraci¨®n del proceso de retirada de Afganist¨¢n despu¨¦s de los ¨²ltimos reveses que han demostrado la dificultad de obtener progresos en esa guerra. Barack Obama discutir¨¢ esa posibilidad con el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, durante la visita de dos d¨ªas que hoy ha comenzado.
Los l¨ªderes de los dos pa¨ªses con mayor n¨²mero de tropas en Afganist¨¢n no tienen previsto anunciar planes precisos sobre el calendario de retirada. La Casa Blanca advirti¨® que no se tomar¨¢ ninguna decisi¨®n antes de la pr¨®xima cumbre de la OTAN, que se celebrar¨¢ en mayo en Chicago. Obama se remiti¨® a esa reuni¨®n de jefes de Gobierno en unas breves declaraciones hechas este martes sobre la situaci¨®n en Afganist¨¢n.
¡°Tenemos una estrategia que nos permitir¨¢ salir de una forma responsable de este conflicto¡±, declar¨® el presidente norteamericano, quien record¨® que, de los 90.000 soldados norteamericanos que actualmente est¨¢n en Afganist¨¢n, volver¨¢n a casa antes del final del verano alrededor de 23.000. No dio detalles sobre la salida de otros destacamentos, pero fuentes oficiales citadas por la prensa norteamericana afirman que se est¨¢ estudiando la posibilidad de repatriar al menos a 20.000 soldados m¨¢s en 2013 y dejar una cifra muy reducida de hombres y mujeres para finales de 2014, la fecha en la que, de acuerdo al plan actual, est¨¢ prevista la retirada definitiva.
La matanza, el domingo, de 16 civiles afganos a manos de un soldado norteamericano ha acrecentado el sentido de urgencia con el que Obama, a ocho meses de las elecciones presidenciales, tiene que resolver este conflicto. ¡°Esto me convence m¨¢s de la necesidad de traer a nuestras tropas a casa¡±, ha dicho el presidente en una entrevista a una emisora de radio.
Su invitado oficial durante dos d¨ªas, Cameron, comparte esa urgencia por sus propias razones. Unos d¨ªas antes de la matanza en Kandahar, el Reino Unido, que cuenta con 10.000 soldados en Afganist¨¢n, perdi¨® seis hombres en un ataque de los talibanes, el mayor desastre brit¨¢nico en un solo d¨ªa desde el comienzo de la guerra. Cameron est¨¢ dispuesto a caminar de la mano de Obama hasta el final en esta crisis, pero no se puede permitir el lujo de quedarse por detr¨¢s de la retirada norteamericana. Si EE UU saca a un buen n¨²mero de tropas en 2013, el Reino Unido dejar¨ªa pr¨¢cticamente concluida su misi¨®n ese a?o.
Todo eso se discutir¨¢ con el resto de los aliados de la OTAN en Chicago, pero es previsible un ambiente muy favorable al aceleramiento de la retirada puesto que todos los pa¨ªses miembros de la organizaci¨®n atl¨¢ntica consideran esta guerra ya liquidada, con las buenas y las malas consecuencias que haya podido tener.
El propio Obama lo dec¨ªa en la entrevista radiof¨®nica: ¡°Ya es hora. Ha sido una d¨¦cada y, francamente, ahora que ya hemos agarrado a Osama Bin Laden, ahora que hemos debilitado a Al Qaeda, estamos en una posici¨®n m¨¢s fuerte para una transici¨®n de lo que est¨¢bamos hace dos o tres a?os¡±.
Para el presidente norteamericano existen presiones a?adidas. Afganist¨¢n va a ser un tema de campa?a electoral, y lo ¨²ltimo que quiere Obama es aparecer, como le ocurri¨® a George Bush con Irak, empantanado en una guerra crecientemente impopular ¨Cun 60% de la poblaci¨®n cree que ha sido in¨²til, un 54% quiere salir cuanto antes-. Se trata, adem¨¢s, de una guerra muy cara, y es dif¨ªcil de justificar el gasto de 300.000 millones de d¨®lares al a?o sin una clara perspectiva de obtener resultados positivos.
Al mismo tiempo, la Administraci¨®n norteamericana tiene que evitar que el hecho de acelerar la salida dificulte las negociaciones en curso con los talibanes. La palabra de moda en Afganist¨¢n es ¡°transici¨®n¡±, que es la forma elegante de reconocer que no se puede hacer nada m¨¢s y se va a dejar a los afganos para que se arreglen entre ellos. Para que esa transici¨®n funcione, es decir para que la salida de la OTAN d¨¦ paso a una situaci¨®n pac¨ªfica y no a una guerra civil, es preciso un arreglo con los talibanes. Pero es dif¨ªcil que los talibanes se avengan a ning¨²n arreglo si perciben que las tropas extranjeras est¨¢n a punto de irse por propia voluntad, sin necesidad de nada a cambio.
As¨ª pues, el papel que hoy cumple la OTAN en Afganist¨¢n es, esencialmente, de presi¨®n pol¨ªtica. La estrategia norteamericana est¨¢ volcada en las negociaciones de Qatar, que parec¨ªan a punto de dar alg¨²n resultado pocos d¨ªas antes de los sucesos de Kandahar. Todo lo que ocurra en el campo de batalla a partir de ahora, al menos todo lo que ocurra dentro de la planificaci¨®n rutinaria de la misi¨®n militar, estar¨¢ vinculado a esa prioridad.
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